Es al parecer lo que le hicieron a Juana la Loca (1480-1555). Durante casi 50 años, la Reina legítima de España estuvo confinada en un palacio de Tordesillas: según algunos, víctima de una conspiración de sus parientes todopoderosos, en particular su padre viudo Fernando el Católico; según otros opinadores, a causa de una innegable enfermedad mental.
“El gaslighting es conocido como un abuso emocional en el cual se manipula a la víctima con el fin de provocar que dude de su propio juicio o memoria. Debido a ello, se desencadenan síntomas como ansiedad, confusión, incluso, depresión, deteriorando directamente la salud mental de la persona. Este término proviene de la película hollywoodense ‘Gaslight’, en la cual la trama cuenta sobre una mujer siendo manipulada por un hombre haciéndole creer que está fuera de estabilidad mental, esto con el fin de robar su fortuna. Para lograrlo, la persona que la está provocando recurre a la manipulación haciendo comentarios como ‘Yo nunca dije eso’ (cuando sí lo hizo). Otra forma de manipular e influir en la salud mental es asegurar que la víctima es muy ‘sensible’ y por ello se siente así, descartando así que exista el abuso, cuando sí lo hay. Las consecuencias a largo plazo son poca estabilidad mental, dudas sobre la capacidad de recordar, dudas sobre el propio razonamiento y baja autoestima.
https://www.vogue.mx/estilo-de-vida/articulo/gaslighting-que-es-ejemplos-como-salir-de-elpor Rebeca Domenech
¿Estoy loco? Es una pregunta que cualquiera que esté atravesando por gaslighting se hará. Imagínate que te haces la misma pregunta día tras día: este patrón repetitivo es exactamente el objetivo del gaslighter. ‘El gaslighting es una forma de abuso emocional o control coercitivo en el que el perpetrador trabaja para convencer a la víctima de que se está volviendo loca’, explica la doctora Stephanie Sarkis, psicoterapeuta y autora de Gaslighting: Recognise Manipulative and Emotionally Abusive People-And Break Free... ‘El gaslighter hace esto para aislar a la víctima de su familia y amigos, y para obligarla a confiar en la ‘versión de la realidad’ que él o ella le propone’.
La actriz Evan Rachel Wood y la cantante FKA Twigs han hablado públicamente sobre estar en relaciones abusivas. Wood, quien anteriormente habló de ser víctima de abuso y gaslighting, ha acusado a su ex pareja Marilyn Manson de acicalamiento y abuso. Su relación comenzó en 2007, cuando Wood tenía 19 años y Manson 38. Se comprometieron antes de terminar, Manson ha negado todas las afirmaciones. Twigs está demandando a su ex pareja, el actor de Hollywood Shia LaBeouf, por presunta agresión sexual, agresión y angustia emocional.
Tras el auge del movimiento Me Too en octubre de 2017, las mujeres que hablan sobre el abuso emocional y físico a manos de los hombres se han multiplicado por diez. Las mujeres nunca guardaron silencio, fueron silenciadas. O peor aún: les hicieron creer que su versión de la realidad no era cierta. ‘Desde que se criminalizó el control coercitivo en diciembre de 2015 en el Reino Unido, ha habido un mayor entendimiento de qué es el núcleo del abuso doméstico’, explica Teresa Parker, directora de relaciones con los medios y comunicaciones de Women’s Aid. ‘Puede que no haya violencia física, pero el control coercitivo crea cadenas invisibles y una sensación de miedo que puede apoderarse de su vida. Sin embargo, a pesar de estar criminalizado, la tasa de enjuiciamientos es baja y la comprensión profesional no es consistente’. Según las estadísticas de la ONS, 584 acusados fueron procesados y 293 delincuentes detenidos y sentenciados por comportamiento controlador o coercitivo en Inglaterra y Gales en diciembre de 2019. Según el informe de auditoría anual de Women’s Aid (2021), Parker señala: casi el 90 por ciento de las mujeres residentes en los servicios de refugio que respondieron en Inglaterra habían sufrido abuso psicológico.
Si bien el gaslighting en las relaciones íntimas se ha convertido en un delito según la legislación de control coercitivo, y el término se incluyó entre las ‘palabras del año’ de los diccionarios de Oxford en 2018 a medida que aumentaba la conciencia, todavía queda un largo camino por recorrer en términos de reconocer esta forma de abuso y comprensión de sus efectos insidiosos”.