Gámez Mendívil: 172 días de restauración. Destituido Estrada, a Culiacán le va mejor
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Podría ser cosa de percepción, pero pareciera que a Culiacán le ha ido mejor en casi seis meses del gobierno de Juan de Dios Gámez Mendívil que en los tres años y medio que Jesús Estrada Ferreiro despachó como Presidente Municipal, al restablecerse en tan poco tiempo la gobernabilidad que resultó agitada cuantas veces el ex Alcalde se confrontó, burló, discriminó y ofendió a los culiacanenses. La ciudad lo siente, lo sabe, por el trabajo visible que sustituye la ociosa confabulación soterrada, cambio de estilo que lleva a sacar cuentas del irrecuperable tiempo perdido en rabietas y testarudeces.
Es el espacio común el que constituye el mejor parámetro de lo bien o lo mal que actúan los presidentes municipales porque allí convergen problemas y soluciones. La vialidad en mal estado, la basura dispersa en la calle, la alcantarilla desbordando aguas negras y el vecindario a oscuras, son síntomas inequívocos de la condición inepta del que gobierna y antítesis de la razón de ser del servicio público.
La imagen que ahora dan las vías citadinas recién asfaltadas, los camellones realzados y remozados, la jardinería repuesta, los barandales y estructuras de los puentes acicalados, los semáforos en buen estado y obra rápida para necesidades de urgente atención dan la impresión de que enseguida del terremoto político que por perturbador fue el mandato de Estrada Ferreiro llegó un tornado reparador de los muchos abandonos. Los ciudadanos ya ni preguntan cómo ocurrió la mutación de lo trivial a lo trascendente sino agradecen que la transición se haya dado.
Se trata de dos personalidades y modos distintos que al final de cuentas ayudan a desentrañar y cribar los tipos de liderazgos que cada sociedad necesita. Estrada Ferreiro atrabiliario, ocupando las notas de ocho columnas según fuera el tamaño de sus dislates; Gámez Mendívil sin tanto rollo, en efecto, recorriendo el municipio y llevándole respuestas a la gente que exige soluciones a contrarreloj, no esqueches.
Y quizás, en otra significación a botepronto, resulte con más “carnita” el Informe que rindió ayer el Alcalde Juan de Dios Gámez, que aquel que hubiera presentado Estrada Ferreiro. El de Culiacancito habría dedicado bastantes cuartillas a culpar a otros de sus fracasos, arremeter contra grupos vulnerables que necesitan pago de pensiones a viudas de policías y descuentos en Predial y tarifas de agua potable, y por su parte el de Guasave enumeró acciones concretas y verificables de una jornada breve con frutos variados. Por ejemplo, en 667 obras públicas con sentido social se invirtieron 446 millones de pesos en beneficio de 372 mil 460 habitantes.
Entre algunos de los resultados que Gámez Mendívil dio a conocer en presencia del Gobernador Rubén Rocha Moya destacan la creación de una base de datos con los cruceros conflictivos de la ciudad para trabajar en reducir el riesgo de accidentes, aplicación de pintura vial en 10 mil 800 metros cuadrados de pasos peatonales, instalación de 842 señales verticales en la ciudad y sindicaturas de orden vehicular y protección peatonal, implementación del Proyecto Zona 30 en el primer cuadro de la ciudad que en su primera etapa instaló 183 señales verticales preventivas y restrictivas, y el programa “Plantemos Vida” benefició a las principales vialidades citadinas.
También fueron eliminados los sobresueldos de trabajadores en las diferentes dependencias; ningún funcionario cuenta con línea de teléfono celular y/o radio pagada por el Gobierno municipal; hubo la cancelación de los convenios con clubes sociales y restaurantes donde los funcionarios consumían alimentos sin límite; con las estrategias de estímulos a contribuyentes se logró superar la meta de recaudación correspondiente al Predial y se cumplió con los pagos de cuotas patronales a favor del IMSS y amortizaciones a los créditos individuales de vivienda de los servidores públicos.
El Alcalde enlistó logros como la reactivación de los Certificados de Promoción Fiscal que en dos meses han atraído siete proyectos de inversión por un monto total de más de 848 millones de pesos creando 668 nuevos empleos eventuales y 167 permanentes; empezó la primera etapa del Parque Industrial Aeropuerto con la inversión de más de 50 millones de pesos; se colocó la segunda Planta Armadora de Camiones en el municipio y se concretó el otorgamiento de 470 microcréditos por un monto total de 11 millones 275 mil pesos a través del Programa Red Fosin.
Esos son los datos y finalmente es la eficiencia del gobernante, la capacidad de cercanía con los gobernados y la sensibilidad ante el sentimiento popular, la que hace el balance y difuminará las circunstancias que por necesidad política tuvieron que intervenir para cortar de tajo al estradismo que resbalaba por el tobogán de la anarquía. El autoritarismo no hace al recuerdo, es a buenos gobiernos a los que retiene la memoria social.
Juan de Dios Gámez trascenderá en la medida en que los habitantes de las sindicaturas y comunidades rurales vean remontada la orfandad de gobierno, corroboren el regreso de políticos que un día llegaron a pedir el voto y jamás regresaron a honrar la palabra. Lo que ancla en la gratitud colectiva es el progreso extendido a colonias populares y la posibilidad de quitarle a Culiacán el rostro viejo, huraño, reemplazándolo por el semblante moderno y amigable.
Después del tortuoso disparate,
Que fue el período de Estrada,
Culiacán celebra la coartada,
Donde Gámez vino al rescate.
Pero en Mazatlán continúa la acumulación de los daños una vez que Luis Guillermo Benítez también fue destituido bajo el parapeto de renuncia voluntaria. Anótese en las cuentas pendientes que dejó “El Químico” el brete en que está metido el Alcalde sustituto, Edgar Augusto González, quien acudirá al préstamo de 130 millones de pesos para atender compromisos de fin de año, incluido el pago de aguinaldo a los trabajadores municipales. Vengan más deudas; los mazatlecos pagan.