¿Funciona la democracia con poder absoluto?

    Se pretende eliminar los contrapesos para que el Poder Ejecutivo sea un poder absoluto; y sin una real división de poderes, la democracia no funciona.

    El profesor Adam Przeworski, en su obra “Las crisis de la democracia”, formuló una precisa explicación de cómo funciona la democracia, cómo se deteriora y cómo colapsa. Tres puntos resumen esta reflexión:

    La democracia funciona cuando las instituciones políticas pueden estructurar, absorber, regular y resolver los conflictos, sea cual sea la naturaleza de estos.

    La democracia se deteriora cuando lo que está en juego es demasiado. Las elecciones son el cauce para definir quién puede gobernar legítimamente. Sin embargo, las elecciones solo funcionan en democracia cuando perder una elección no constituye un desastre para las fuerzas políticas derrotadas y estas cuentan con posibilidades de ganar en el futuro.

    La democracia retrocede cuando en las elecciones triunfan partidos políticos altamente ideologizados que procuran eliminar los obstáculos institucionales para consolidar su ventaja y ganar discrecionalidad en la elaboración de políticas públicas.

    ¿Cómo nos encontramos respecto a esos tres puntos?

    Primero, siendo México un país tan plural y complejo, es lógico pensar que todos los días hay desencuentros, distintos puntos de vista y hasta visiones contradictorias de su historia y de sus expectativas. Partiendo de la idea de que las instituciones deben tener capacidad para procesar todos los conflictos, revisemos muy brevemente, solo para ilustrar la incapacidad institucional de solucionar, uno de los más sensibles: el relativo al déficit de seguridad pública.

    La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2023 del Inegi indica que la percepción de inseguridad sigue una tendencia ascendente desde 2013 a 2023; más del 70 por ciento de la población mexicana se siente insegura en su ciudad, llegando a sus niveles más altos en 2018 y 2019. Más allá de los estudios de percepción, según datos también del Inegi, la tendencia de homicidios de 2006 a 2022 es incremental, registrándose 36,685 homicidios solo en 2018.

    Con estos elementos, es evidente que se trata de un problema no resuelto por las instituciones políticas. Más aún, suena increíble que, siendo un tema tan relevante, se encuentre fuera de la propuesta de reforma para mejorar la impartición de justicia.

    Segundo, nuestra Constitución prevé que no se genere una pérdida total para el pluralismo frente a una fuerza dominante en las urnas, por eso instituyó dos reglas en su artículo 54: 1) Ninguna fuerza política debe tener más de 300 diputaciones por ambos principios, y 2) Ninguna fuerza política debe tener un número de escaños que supere el 8 por ciento respecto a su porcentaje de votación obtenida.

    Así, las reglas de acceso al poder político siempre estarían resguardadas por un Poder Constituyente plural, garantizando así la imposibilidad de perpetuarse en el ejercicio del poder mediante el acomodo de las reglas del juego democrático, que por el hecho de ser excluyentes y refractarias a la deliberación, dejarían de ser democráticas.

    Es por ello que en este 2024, respecto al resultado de las elecciones, un elemento que preocupa por su nivel de injusticia y su incidencia en la pretensión de la mayoría electoral de obtener una ventaja contraria al espíritu de la Constitución es la sobrerrepresentación. Con 54 boletos comprados, quieren ocupar 74 asientos en el estadio.

    Finalmente, se actualiza el supuesto mencionado en el tercer punto, pues la pretensión del partido del gobierno de obtener mediante la sobrerrepresentación indebida una mayoría absoluta, es para eliminar elementos clave que han sido límites al ejercicio discrecional de las atribuciones de los poderes Ejecutivo y Legislativo de la Unión. Un ejemplo claro de esos límites fue el Plan B, que proponía destazar al INE y que fue invalidado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

    La reforma al Poder Judicial, tal como está planteada, provocará una mayor concentración del poder en la presidencia de la república. Es una afectación sistémica con resultados no calculados por sus propios promoventes.

    En otras palabras, se pretende eliminar los contrapesos para que el Poder Ejecutivo sea un poder absoluto; y sin una real división de poderes, la democracia no funciona. Se trata, además, de una pretensión suicida para el pluralismo interno de Morena y sus aliados, pues vale recordar a Lord Acton: “El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente”.

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    @RobertHeycherMx
    Animal Politico / @Pajaropolitico

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