No hace falta enfatizarlo, los hechos por sí solos hablan de la entereza de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien viene defendiendo con énfasis la soberanía nacional y todo lo que tiene que ver con el desarrollo de México. La ciudadanía se llena de fortaleza, sabe que en corto tiempo se lograrán superar los dolores que quedan en el cuerpo de la República.
Hay claras señales en ese sentido, lo hemos señalado reiteradamente. Los factores que han incidido en estas expectativas positivas parten de una lectura objetiva de la realidad; no son frases lanzadas al viento, en lo que aseveramos partimos de bases sólidas. Estamos seguros de que los hechos nos van a dar la razón. Caminamos al encuentro de noticias inéditas sobre la fortaleza de la economía de nuestra nación, las cuales sin duda van a dejar sin argumentos a la Oposición aldeana que lamentablemente padecemos.
Se ven hechos tangibles sobre cómo avanza México en el concierto de las naciones, aunque para la tozudez de la Oposición, no pasa nada, todo está igual. Su languidez ante a la realidad hace que ésta le golpee el rostro, pero, como dice la gente, “en su cuero lo hallarán”. Mientras tanto, el grueso de la población ve con nitidez el rumbo que ha emprendido el desarrollo del País, con buenas expectativas de lograr abatir el déficit de pobreza que todavía afronta una importante franja de la población. Es numeroso aún el núcleo que se encuentra en condiciones de pobreza, se reconoce; pero, al mismo tiempo, se enfatiza que se vienen aplicando importantes medidas por parte del gobierno para superar esa realidad en el país; superarla es la tarea para salir del subdesarrollo y dar un salto cualitativo como país.
Hacia allá camina México con certeza, rompiendo atavismos se vislumbra un horizonte lleno de buenos presagios. Contamos con el dinamismo de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien viene trabajando acompañada de un brillante equipo que no deja de buscar las mejores vías para consolidar el desarrollo de la nación; se palpa y se ve la entereza con la que trabaja el equipo gobernante, bajo la guía de la Presidenta, poniendo el entusiasmo que demanda la ciudadanía, como debe ser en un país democrático, donde se manda obedeciendo.
A diario vemos hechos que dan la pauta de cómo viene funcionando el gobierno en los todos sus niveles. Esta coordinación es el resultado de que el país cuenta con una extraordinaria presidenta, con mucha claridad y visión de cómo debe funcionar el gobierno, con el fin de terminar con los puntos problemáticos, donde todavía prevalece un atraso y se afecta a núcleos sociales. Esos puntos álgidos deben superarse, para detonar el progreso que abarque a la sociedad toda, donde se goce de bienestar generalizado, esa es la meta.
Los ciudadanos siguen sin aminorar el paso. Están ciertos que pronto van a consolidarse las metas que ha planeado el gobierno de la cuarta transformación. Los ciudadanos mismos muestran una determinación firme en lograr ese futuro promisorio, por el que han luchado siempre. Aunque también recuerdan el obstáculo que representaron los gobiernos corruptos que detuvieron el progreso armónico del País por largas décadas. Pero, a partir del 2018, el pueblo dijo: ¡basta! y se echó a andar con paso firme hasta lograr sus objetivos y buscar una vida digna. Lo que siempre ha buscado la ciudadanía, y en esto es irreductible, es lograr el desarrollo sustentable bajo la más amplia democracia.
Los ciudadanos están ciertos que lograrán lo que se han planteado y no van a arrear banderas hasta alcanzar lo que anhelan. En esos propósitos el pueblo no recula “ni para agarrar aviada”. Así de firme es su determinación, su plena confianza. Los núcleos populares son invencibles cuando se proponen alcanzar un objetivo, lo han demostrado a través del registro histórico del tiempo, confían en su liberación en corto plazo.
Los ciudadanos han aprendido a identificar a los políticos tradicionales, por su forma de hablar, por su actuar oportunista; saben, de sobra, si los están cuenteando. Por fortuna, esos especímenes demagógicos son una clase en extinción. Ahora, en su desesperación, empiezan a hablar de formar un nuevo partido político, son tan ingenuos que ni yendo a bailar a Chalma lograrán que el pueblo los vuelva a aceptar.
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