|
"OPINIÓN"

"Estrategia"

""

    qteran@yahoo.com.mx

     

    La prevención siempre resulta útil ante una emergencia. El Gobierno mexicano, desde finales de diciembre pasado, instruyó a su Secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, a que tomara las medidas necesarias para enfrentar con eficacia la llegada del Covid-19, que ha provocado alarma en la sociedad. En la actualidad se han suspendido multiplicidad de eventos de todo género que se habían programado en la ciudad de Culiacán, y se puede decir en todo el territorio nacional. Esta alerta sanitaria se prolongará, por lo que se ve, por un largo periodo, con efectos en la economía local y nacional.

    Ante la pandemia del coronavirus, el Gobierno mexicano ha asumido una actitud correcta para enfrentarla, las medidas de prevención y el seguimiento de la ruta de la pandemia han sido acuciosos y puntuales. El Sector Salud, junto al Gobierno, han desarrollado una acertada estrategia a la altura de las circunstancias.

    La razón por las que en el País no ha avanzado con la rapidez la epidemia tiene que ver en mucho con la eficacia y lo temprano de las medidas de prevención tomadas por la Secretaría de Salud contra la expansión el virus. Desde que se conoció el brote del virus en China, el Gobierno mexicano decidió tomar acciones inteligentes, seguro de que llegaría más temprano que tarde a nuestro País.

    En México se había estabilizado la solidez del peso, pero los efectos del coronavirus y la caída reciente de los precios del petróleo golpearon seriamente al peso, perdiendo puntos en relación al dólar. Hay pesimismo en algunos economistas de que logre el peso una pronta recuperación de la debacle provocada por la pandemia a nivel mundial; por nuestra parte, somos optimistas: pensamos que la crisis económica, derivada de las repercusiones del virus, una vez terminada su etapa crítica, amainará y la economía nacional poco a poco va tomar su cauce normal y se va a estabilizar el peso.

    Sin duda, lograr esta estabilización es una prueba crucial para el gobierno de la cuarta transformación; si sale avante de este trance imprevisto y logra encausar sus megaproyectos, entonces sí, la derecha y los partidos de viejo cuño deben olvidarse por muchos años en volver al ejercicio del poder en México.

    Se va a cumplir el vaticinio de Porfirio Muñoz Ledo, quien dijo que el actual partido político en el poder iba a gobernar por varios sexenios ininterrumpidos. Si el gobierno de López Obrador sale airoso de esta prueba, las cosas le van a favorecer por larga data, sin tropiezos mayores que pongan en riesgo la estrategia de sus programas. Los ciudadanos por primera vez en muchos años ven con optimismo la concreción de la democracia en el país, después de más de 80 años de corrupción e impunidad. Estamos corroborando un nuevo amanecer en el País.

    La tragedia que los gobiernos neoliberales causaron a México fue dantesca, con consecuencias sin parangón en la historia contemporánea; realizaron prácticas increíbles de corrupción que dejaron pasmados al más osado de los ciudadanos, llevadas a cabo además con un cinismo inaudito, fuera incluso de la lógica más pedestre, pero así fue, los ciudadanos lo vivieron en carne propia, no fue una ficción, sino una triste realidad.

    Hoy el país sigue un nuevo rumbo, el cual a la sociedad le produce certidumbre, contra una élite de opositores que desdeña todo lo que promueve el actual régimen. A mediados y, sobre todo, al final del presente sexenio la ciudadanía va a hacer su propio balance, va a evaluar los resultados. El grado de avance en la agenda ciudadana será el mejor parámetro que oriente el criterio de los mexicanos. El veredicto final se verá nítidamente en las urnas.

    La pandemia pasará, pero un buen gobierno dejará una huella perdurable en la historia de México, pues la transición a la democracia que estamos viviendo es, por primera vez, desde tiempos del prócer Francisco I. Madero, legítima, va en serio y cuenta con el consenso multánime de los mexicanos. Si el Gobierno saca adelante los megaproyectos en que viene trabajando, si saca al País de esta crisis de salud, que ha colapsado a países tan fuertes como Italia y Estados Unidos, va a consolidar su popularidad a dimensiones políticas pocas veces visto.