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La epidemia del coronavirus, una vez terminadas las fases del contagio, va a dejar ricas enseñanzas en la sociedad mexicana, sin duda útiles para afrontar contingencias en salud y de otra índole que se presenten. Con el tiempo se valora en toda su magnitud las estrategias que han establecido directivos y especialistas de la Secretaría de Salud, para aplanar la curva ascendente del virus que ha azotado en todas las regiones del país.
La epidemia es global y los estragos que viene causando han sido catastróficos en distintas partes del globo, en pérdidas humanas y económicas, dejando una huella de penurias a su paso.
En ese contexto es de destacar el reconocimiento, por parte de la Organización Mundial de la Salud, y organismos y gobiernos de otros países, a la bien organizada estrategia establecida en nuestro País, por parte del Gobierno de la República y la Secretaría de Salud, lo que ha permitido contener el contagio y que haya los menos fallecimientos posibles.
México es uno de los pocos países que ha logrado un buen panel de información a la sociedad, que cubre la geografía del País, por medio del cual se ha mantenido informada a la población sobre la pandemia y sus efectos, con llamados precisos, a partir de las fases concretas de avance de la pandemia, a tomar las debidas precauciones para prevenir el contagio.
Donde el pueblo ha acatado los llamados, estamos viendo una buena contención del virus.
La información, eficaz y oportuna, y el seguimiento de las instrucciones por parte de la población, ha permitido mitigar el avance del coronavirus en el país. Los ciudadanos se sienten satisfechos por las acertadas medidas que ha implementado el gobierno de la República en la lucha para contener los efectos del contagio de la epidemia, que ha causado estragos dramáticos en varios países. Va a llegar el momento del reconocimiento a especialistas y científicos mexicanos que desde la Secretaría de Salud han puesto su talento y conocimiento al servicio de la sociedad, con buenos resultados.
Claro que no han faltado, durante la pandemia, voces catastrofistas esparciendo noticias falsas y perversas -algunas con inconfesables fines políticos y otras propias de
mentes desquiciadas-, proclives a producir miedo entre las personas. Aunque estos que han intentado lucrar políticamente con el coronavirus y oponerse por sistema a las medidas del gobierno, han fracasado rotundamente. Esos personeros de algunos partidos políticos, o de poderoso grupo económico que no quiere pagar sus impuestos, han sido exhibidos en las redes sociales en su ruindad sin límite, como verdaderos aventureros de la política que buscan su beneficio personal, sin detenerse a pensar en el dolor humano. Por fortuna, la gente ha despertado y los tiene bien ubicados.
Se va a poner en marcha un importante programa de apoyos a empresarios con pequeños negocios, como parte de los de los programas de reactivación de la economía, que anunció el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su informe a la Nación del 5 de abril. Se va a ampliar el empleo a niveles inéditos y se van a tener créditos con tasas bajísimas para pequeños y medianos emprendedores. Y la gente sabe que lo que ofrece el presidente lo cumple plenamente. Lo que sí no va a haber es otro Fobaproa, es decir, acudir a “salvar” a los más ricos empresarios con fondos públicos y sí, al contrario, se les exigirá que paguen sus millonarias cuentas pendientes con el fisco.
En eso estriba el reconocimiento de los ciudadanos al Presidente Andrés Manuel López Obrador quien, en el tiempo que lleva al frente del gobierno, ha demostrado que se puede confiar en su palabra y que lo que se propone lo lleva a su consecución, sin ninguna duda; en eso se finca la certeza ciudadana de que para fin de año se habrán removido muchas inercias y se van a consolidar los cambios que se han proyectado en la presente administración. Esos cambios serán irreversibles, llegaron para quedarse en beneficio de los desposeídos.
Construyendo una sociedad solidaria en el más amplio sentido de la palabra; esto no es retórica, está de testigo la historia, forjada en acciones de una nobleza heroica.