Está de moda avergonzarse del PRI
¿Estampida por decoro o intereses?

OBSERVATORIO
    Igual de predecible que la debacle del PRI al optar por la imposición de Gárate, a pesar de que ella bien pudo ganar la contienda con el voto de las bases, resulta imaginable que los priistas que durante décadas tuvieron sus paraísos prendidos de las tetas tricolores, la mayoría, no todos, sueñan con mamar de la ubre morenista porque las quinielas que apuntan a triunfos electorales en Sinaloa y en el País de la mal llamada Cuarta Transformación hoy valen más que las convicciones que ni caso tiene a estas alturas ofrecérselas al PRI.

    A dos semanas de que fue designada como dirigente del Partido Revolucionario Institucional en Sinaloa, y cuatro días de que minimizara la secuencia de renuncias de militantes notables, Paola Gárate ya debe tener la seguridad de que le urge acelerar la “operación cicatriz” para detener la desbandada que amenaza con convertirla en líder sin bases, por culpas que no son todas de ella sino atribuibles en gran parte a la injerencia nefasta del presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Alejandro Moreno Cárdenas.

    Desde que tomó en sus manos la conducción del priismo estatal, el 2 de junio, y que 10 días después saliera a negar en conferencia de prensa la evidente estampida de “búfalos” tricolores, debe razonar que las señales que envían los que se van, así sean dinosaurios o figuras víctimas de ataques súbitos de dignidad, avisan de decepciones y vergüenzas que pueden curarse solamente con el decoro real o fingido como último reducto de la decencia política.

    Con el solo repaso de los argumentos que exponen los dimitentes basta para entender que existen pocos alegatos para rebatirlos. Es visible la entelequia de la renovación de la dirección del PRI en Sinaloa mediante el voto directo de los afiliados, que terminó reeditando el “dedazo” burdo y rancio procedente de las oficinas priistas en la Ciudad de México, por lo cual a relevo de pruebas en defensa propia, confesión de la parte que se prestó a tal jugarreta.

    En el PRI de este momento pierde validez la táctica de muerto el niño a tapar el pozo. Al contrario, a Paola Gárate le corresponde la faena de sanear la cloaca a través de reconocerla en toda la podredumbre posible y convocar a la limpieza participativa haciendo a un lado los resentimientos, ambiciones y golpes de pecho. Hubo la posibilidad de tener un partido distinto, hecho para Sinaloa por los priistas sinaloenses, y no se pudo. Venga entonces la gran creatividad para sanar las heridas en vez de rascar sobre éstas.

    Ayer Fernando Pucheta Sánchez aportó la más reciente cuota a la fragmentación priista sin variar en la justificante que hicieron los que se fueron antes que él. “Mi decisión obedece por estar en desacuerdo con la forma en que viene trabajando el partido, distante, frío y alejado de la gente y de los principios rectores basados en los valores de justicia social, igualdad y democracia, lo que desde luego discrepa con mis valores personales”. Lo dicho: buena hora para rasgar vestiduras desde hace tiempo hechas trizas.

    Pero el hecho de que adelante del ex Alcalde de Mazatlán la fila de los renunciantes sea larga da elementos para prever que las separaciones serán muchas más. La pérdida de protagonistas políticos como Gloria Himelda Félix, Francisco Javier Luna Beltrán, Gabriel Ballardo, Antonio Castañeda, Héctor Armenta y Sandra Lara, así como las regidoras priistas de Culiacán, Grecia Mirlteh Aguilar González y Elda Amor López, le están causando al PRI, dígase lo que se diga, desprendimientos relevantes en el momento más inoportuno.

    Esto trae el riesgo implícito de que el Revolucionario Institucional, a como van las cosas, sea desplazado como segunda fuerza política en el estado ya sea por el Partido Sinaloense o por Acción Nacional si es que la organización albiazul se pone las pilas y capitaliza la fuga de priistas que, dicho sea de paso, ya tenían no sólo un pie sino todo el cuerpo fuera del PRI, como es el caso de Pucheta, que coqueteó con el PAS en 2021 para obtener la candidatura a Presidente Municipal de Mazatlán, y luego le hizo guiños al Movimiento Regeneración Nacional con la posibilidad de incorporarse al Gabinete de Rubén Rocha.

    Otro peligro tiene que ver con la coalición electoral entre PRI, PAN y PRD de cara a la votación para alcaldes y diputados locales, en lo estatal, y Presidente de la República, senadores y diputados federales, en lo nacional. De no contener Paola Gárate la deserción interna, el partido a su cargo podría descender a la marginalidad electoral que presentan el panismo y el perredismo. Quizás por eso, al asumir el timón priista lanzó a botepronto la insinuación de la alianza con el PAS.

    Igual de predecible que la debacle del PRI al optar por la imposición de Gárate, a pesar de que ella bien pudo ganar la contienda con el voto de las bases, resulta imaginable que los priistas que durante décadas tuvieron sus paraísos prendidos de las tetas tricolores, la mayoría, no todos, sueñan con mamar de la ubre morenista porque las quinielas que apuntan a triunfos electorales en Sinaloa y en el País de la mal llamada Cuarta Transformación hoy valen más que las convicciones que ni caso tiene a estas alturas ofrecérselas al PRI.

    Para todos estos escenarios importa lo que haga o deje de hacer Paola Gárate, atrapada en el túnel de la crisis de pertenencia política donde cobra vigencia la conseja de “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”, principio del desteñimiento ideológico fomentado por el manotazo autoritario de “Alito” y la aquiescencia de quien en Sinaloa le siguió la corriente.

    Reverso

    Que se fueron llenos de pena,

    Del partido en que eran felices,

    A protagonizar otros deslices,

    Buscando la ubre ajena.

    Buitres que nunca faltan

    Sin causas propias, los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y De la Revolución Democrática quisieron adherirse (por no decir apropiarse) al movimiento de los productores de maíz que el martes radicalizaron la protesta en Culiacán, pero los manifestantes les aplicaron la ley del hielo para desprenderse rápido de los dirigentes de estas siglas. El sector que produce en el campo los alimentos para las familias mexicanas ha sabido en todo momento sacudirse rémoras que, invariablemente, están a la caza de luchas ajenas que por cierto las mismas siglas no apoyan desde los cargos de elección popular que ostentan.

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    alexsicairos@hotmail.com