Los Equipos de Trabajo Autodirigidos (ETAD), en lugar de organizar el trabajo de manera científica y estructurada, como lo propone la teoría de Taylor, los ETAD estructuran su trabajo en un proceso que integra a todos los niveles por igual.
Este tipo de grupos carecen de líder establecido que ejerza el poder, por lo cual toman decisiones de manera conjunta con base en sus necesidades. Incluso las grandes empresas han logrado un buen funcionamiento a través de este tipo de organización, por lo cual se perfila como “el modelo” administrativo para los próximo años.
En este sentido, el rol de los líderes está más asociado al desarrollo de los participantes de los equipos, con el fin de que puedan solucionar los problemas cada vez más difíciles, más que al control de las actividades particulares que realizan.
Los ETAD están basados en la filosofía del “empowerment”, que busca trasladar las decisiones al más bajo nivel posible de la organización, con el propósito de que el personal tome las decisiones que son relevantes para su propio trabajo. No se organizan con la jerarquía y burocracia tradicional, donde cada miembro del equipo realiza una tarea según la complejidad de su puesto, sino que se reparten las tareas disponiendo de los deseos de cada miembro.
Estos grupos poseen sus propias fronteras administrativas y físicas, por las cuales serán responsables. Son vistos como un centro de utilidad con su respectiva estructura de costos, es decir, reciben insumos (materiales e información), le agregan valor y lo envían a otros equipos.
Una de las grandes aportaciones para el logro de los ETAD, es la capacitación, el capital humano recibe entrenamiento cruzado, lo que lo hace más flexible, pues los trabajadores pueden rotar en distintos puestos.
Otro de los elementos que brinda consistencia a esta filosofía de trabajo es compartir beneficios y riesgos, lo que hace que la gente se sienta “dueña del negocio”.
Un ETAD, es un número pequeño de personas que comparten conocimientos habilidades y experiencias complementarias y que, comprometidos con un propósito común, se establecen metas realistas, retadoras y una manera eficiente de alcanzarlas también compartida, asegurando resultados oportunos, previsibles y de calidad, por los cuales los miembros se hacen mutuamente responsables.
Trabajar en equipo requiere practicar de forma recurrente un conjunto de creencias, tales como: disposición a escuchar y a responder de manera constructiva a los puntos de vista de otros colegas; proveer apoyo mutuo oportuno; reconocer los intereses de los miembros y sus logros; compartir conocimientos, soluciones y resultados probados; demostrar autocontrol en momentos de presión y realizar acciones de manera autodirigida sin necesidad de supervisión o de que sean ordenadas.
Obviamente, en un ETAD se requiere gente con mucha seguridad personal, gente líder de sí misma, dispuesta a aceptar la responsabilidad por las acciones que realiza y por los resultados que produce, que sabe pedir ayuda sin complejos cuando la necesita y que además, se involucra en tareas para fortalecer el equipo, sobre todo en tareas que no son de su responsabilidad, pero que al hacerlas fortalecen al equipo.
Sin duda trabajar en equipos autodirigidos replantea el tema del liderazgo como componente medular, ya que lo aleja del concepto tradicional del seguidor que es influenciado por alguien a quien se respeta y se sigue como líder y lo acerca al concepto de liderazgo de sí mismo o liderazgo personal. Los ETAD requieren de sus miembros una sola autodirección, autocontrol y auto percepción de “yo puedo”, a fin de hacerse cargo de uno como persona responsable, de ser líder del propio desempeño y del logro de las metas compartidas, por ello, suele decirse que en los ETAD: “El líder es la meta”.
Una de las características más importantes de los ETAD está asociada con la delegación. En los grupos de trabajo normales se discute, se decide y se delega, o alguien hace el trabajo, si es que finalmente se hace lo que se había acordado. En los ETAD se generan intercambios de ideas, se decide, pero no se delega, cada miembro hace el trabajo de manera independiente. Cada quien responde ante el equipo por la realización de su actividad. De esta forma se asegura interdependencia y logro del propósito común.
Para desarrollar Equipos de Trabajo Autodirigidos, se requieren dos condiciones dos condiciones muy necesarias, que son:
1. Compromiso de los niveles superiores en el desarrollo de los equipos y sus integrantes. Al iniciar el trabajo con los grupos autodirigidos, los participantes deberán desarrollar nuevas capacidades, lo cual requiere que la gerencia esté dispuesta a proporcionar los recursos y el “Coaching” para que estas se desarrollen.
2. Confianza entre los integrantes de la organización, éste es punto crucial, puesto que en la fase inicial existirá una mayor probabilidad de error en el trabajo de los grupos autodirigidos, para lo cual los integrantes de éste deben tener claro que no colocarán en riesgo su futuro dentro de la organización, por los posibles errores que puedan cometer, como resultado de generar nuevas soluciones.
Características que deben tener los ETAD para funcionar en forma efectiva y las ventajas para la organización de contar con ellos.
Las principales características son:
1. Tener metas claras. Si el equipo no comparte una meta clara que lograr, entonces este perderá el foco de acción y tendrían fuertes tensiones dentro del grupo impidiendo se pueda cumplir con la meta.
2. Reglas del juego bien establecidas. Es importante saber qué se puede o no se puede hacer dentro de las acciones que tomará el equipo y entre sus miembros.
3. Identificar los roles que cada uno desarrollará. Identificar los roles significa definir el espacio de problemas de los cuales cada persona dentro del equipo se hará cargo. Abriendo un espacio de creatividad.
Las ventajas serían las siguientes:
- Mejora de la calidad, productividad y servicio al cliente.
- Mayor flexibilidad.
- Reducción de costos operativos.
- Rápida adaptación al cambio tecnológico.
- Aumento del compromiso del empleado con la organización.
- Habilidad para atraer y retener al talento humano.
Profesor del Área de Dirección de Personas y Factor Humano
ICAMI, Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo, Región Noroeste