Equipo de Rocha: se aceptan devoluciones
Funcionarios que se van y les cuidan la silla
Excepto en el caso de Enrique Inzunza Cázarez, quien antes de irse al Senado deberá cerrar algunos ciclos que tienen que ver con la gobernabilidad de Sinaloa, como que está raro eso de que regresen a sus cargos en el Gabinete de Rubén Rocha Moya las secretarias de las Mujeres, María Teresa Guerra Ochoa, y de Educación, Graciela Domínguez Nava, a pesar de ya tener aseguradas sus curules en la Cámara de Diputados y Congreso del Estado. Igual llama la atención que Estrella Palacios sea la única en no reintegrarse a su anterior puesto como titular de Turismo.
Si bien es cierto que las leyes que regulan el servicio público y la participación electoral les permiten irse a buscar posiciones por la vía del voto y volver al gobierno ya sea en situaciones de derrota o triunfo, persiste la duda sobre la factibilidad de ese modelo de ubicuidad política que brinda condiciones de excepción a las que no accede cualquier ciudadano. Pocos gozan del privilegio de que pase lo que pase conservan la silla en despachos de alta jerarquía gubernamental.
La imprescindibilidad no existe en la función pública y si existiera tendría que ver con el servicio civil de carrera que propone conservar a aquellos que con su especialización en el área respectiva aportan el indispensable bono de experiencia para el adecuado funcionamiento de las dependencias. Lo otro consiste en la ocupación durante períodos delimitados de posiciones asignadas con criterios político más que de valoración de aptitudes.
De Enrique Inzunza se sabía que regresaría a ejercer como Secretario General de Gobierno una vez que resultara electo Senador, pues durante el período en que el órgano y tribunal electorales validan la legitimidad de los comicios el funcionario deberá desarrollar una amplia lista de pendientes vinculados a la estabilidad en materia de legalidad, seguridad pública, derechos humanos, certeza jurídica y cabildeos para la distensión. En lo personal tendrá que pausar algunas cosas como las demandas penales por posibles delitos de difamación cometidos en su contra, inducción en el trabajo fino de la Cámara baja y el aconsejable alto en el camino que debe existe en el tránsito de un cargo a otro.
Pero en los casos de Tere Guerra y Graciela Domínguez resulta recomendable que se preparen para dar buenos resultados desde el inicio en la intensa agenda parlamentaria que viene en las cámaras legislativas federal y estatal. En el ámbito nacional las reformas constitucionales que propone López Obrador y retomará Claudia Sheinbaum, y en lo estatal temas como la nueva Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa, demandan armar consensos y adquirir elementos de argumentación, por anticipado.
La Secretaria de las Mujeres se cercioró en el tiempo que dejó el cargo, del 28 de febrero al 10 de junio, que la Semujeres operó sin problemas la continuidad del plan de trabajo preestablecido. Consuelo Gutiérrez registró como encargada del despacho un desempeño notable en evidencia de que si un Secretario o Secretaria quiere irse siempre habrá quien ocupe el lugar sin menoscabos al programa de gobierno.
En la Secretaría de Educación Pública y Cultura el Gobernador Rubén Rocha igualmente se percató durante la ausencia de Graciela Domínguez de que en el staff de relevos hay buenas suplencias. De haber tomado la decisión de que sus anteriores colaboradores se conformaran con permanecer en calidad de representantes populares electos en el ínter de aquí al 1 de septiembre cuando se posesione el Congreso de la Unión, nada hubiera sido alterado en el día a día del aparato público estatal. Por cierto fue excelente el relevo emergente que estuvo bajo la responsabilidad de Catalina Esparza Navarrete.
De Estrella Palacios el Gobernador ha dado pocos detalles de cómo y por qué se decidió que no se reincorporara a la Secretaría de Turismo y quizás ella sea el prototipo de la conducta que los servidores públicos deben asumir al tener asegurada una posición a través del voto y al mismo tiempo aferrarse al cargo que ocupaban. La Alcaldesa electa de Mazatlán dispone de un tiempo valioso para imbuirse en la realidad y planear las acciones con miras a un buen desempeño del Gobierno Municipal.
En síntesis, es legítimo ¿pero también es ético que no haya cortes de apetencias de poder cuando se deja una Secretaría y se vuelve a ella por un lapso corto aún teniendo ya seguro el siguiente cargo a usufructuar? Mucho ojo con lo que dice y piensa la gente sobre aquellos que tienen exquisitas viandas de gobierno ya dispuestas y las dejan a medias por la ansiedad de servirse del siguiente banquete político.
A aquellos que se quieran ir,
Y abandonar sus deberes,
Si regresan les van a decir:
¿Y tu nieve de qué la quieres?
En lo que corresponde a los presidentes municipales en calidad de reelectos es válido el regreso a los cuerpos edilicios después de que renunciaron para hacer las campañas políticas, porque la continuidad es cuestión de desarrollo o rezagos para los ciudadanos. Aunque siendo muy quisquillosos valdría la pena reabrirles las puertas de los Ayuntamientos de par en par en casos como el de Juan de Dios Gámez en Culiacán cuyo triunfo es incuestionable al ser legitimado con la validación histórica de más de 200 mil votos, pero entrecerrarlas en situaciones como la de Gerardo Vargas que el próximo 5 de julio retornará al Gobierno de Ahome después de que su prolongación por tres años más en el cargo fue definida con una diferencia de apenas 4 mil 179 votos, que por poquito lo expulsa de Palacio Municipal.
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