Finalmente, el Presidente López Obrador termina su mandato. Fueron seis años en constantes controversias y diferendos con buena parte de la sociedad, pero también con una reconocida aceptación de su forma de gobernar, con la consecuencia de que deja un país dividido, enfrentado y fragmentado, sobre todo entre los liderazgos del sector económico con su gobierno y del sector político de oposición con el sector político oficial; deja conflictos por todos lados: pobres contra ricos, “pueblo bueno” contra conservadores y neoliberales; indigenismo contra hispanidad; “políticos corruptos” de ayer contra “políticos honestos” de su gobierno y su partido.
Ya los medios de comunicación han hecho un resumen más o menos detallado de sus obras y de lo que deja pendiente, por lo que en esta columna se hará referencia a los problemas que le duelen al ciudadano común, aunque le agradezcan al ex Presidente los subsidios y pensiones:
1. Durante este sexenio se creció menos de 6 por ciento, es decir, sólo 0.8 por ciento anual, con un crecimiento de la población de alrededor del 8 por ciento en los seis años, es decir el Producto Interno Bruto por persona fue menor que lo que se obtuvo en sexenios pasados.
2. En este sexenio el número de mexicanos en situación de pobreza bajó en poco más de 5 millones de personas, aunque las personas en pobreza extrema, a quienes no les alcanza para la canasta básica, aumentó en más de 500 mil mexicanos.
3. AMLO deja un problema mayúsculo en inseguridad. Su “política” de “abrazos no balazos” fue aprovechada por la delincuencia organizada para aumentar su poder, controlar más territorio y más rutas de trasiego de drogas, dinero y armas y para reclutar más personal, niños, mujeres y jóvenes, como “consumidores”, “mulas”, “punteros”, “halcones” y “sicarios”. AMLO cierra su sexenio con casi 190 mil muertos; más de 100 mil desaparecidos, más de 72 mil cuerpos sin identificar; más de 53 mil denuncias reconocidas de extorsión y “cobro de piso” y se tuvo que recurrir a una total militarización, con múltiples labores civiles entregadas al Ejército, que se ve muy difícil que los generales y almirantes quieran ceder posteriormente.
4. López Obrador no atendió el aspecto educativo, aunque se quiera justificar con el problema de la pandemia. Según el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, el Gobierno redujo el gasto presupuestario para la educación en 175 mil millones de pesos en el sexenio, dejando escuelas sin mantenimiento y sin equipamiento, eliminando las 25 mil escuelas de tiempo completo y se calcula que más de un millón 600 mil estudiantes dejaron la escuela, con lo cual “hubo un retroceso académico de 20 años” que son prácticamente irrecuperables.
5. En el sector salud la situación es igualmente crítica. El mantenimiento y equipamiento en hospitales y clínicas de salud pública ha sido raquítico; es notorio el servicio insuficiente en urgencias en el IMSS, no hay camas suficientes y la limpieza e higiene es deficiente; el problema de los medicamentos tiene ya varios años sin resolverse, faltan medicinas, sobre todo de las más costosas, pero también constantemente se agotan las de consumo diario. Se retrocedió 10 años en vacunación, según la Organización Mundial de la Salud y la UNICEF y México ocupó el primer lugar en América Latina en “niños con dosis cero”; con la eliminación del Seguro Popular, 50 millones de mexicanos no tienen acceso a salud pública (según nota de Reforma del 26 de septiembre), porque el sistema IMSS-Bienestar y la megafarmacia fueron un megafraude, pues no han funcionado adecuadamente, aunque el número de médicos cubanos en el IMSS llega ya a 3 mil 101, obligando a los jóvenes médicos mexicanos a contratarse en los consultorios de las farmacias particulares.
6. El ex Presidente ha dejado “el rancho ardiendo” en el aspecto de las relaciones internacionales por los constantes desplantes, “pausas” y desaires a gobernantes extranjeros. Se está en conflicto con España por el desaire al Rey español; por la exigencia de que España “se disculpe” por el mal trato y muerte de indígenas durante la Conquista” y también acusando a las empresas hispanas de corrupción; por lo anterior, ni el Rey ni el Presidente español vinieron a la toma de posesión de la nueva Presidenta.
También se le han hecho desplantes a Estados Unidos con el problema del narcotráfico y se le aplica “pausa” al Embajador, todo con el riesgo de la próxima revisión del TMEC; agréguese las diferencias con Perú, con Argentina, Ecuador y hasta con Suecia, pues como dicen en México: “pero qué necesidad...”.
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