Entre Hamás y jamás

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    La historia del conflicto es de muchos siglos atrás y tiene un trasfondo religioso como sustento. Los palestinos se proclaman descendientes directos de los filisteos, a quienes se les llamaba así porque eran pueblos venidos del mar que ocuparon aquellas tierras.

    Apenas habíamos escrito en la columna anterior sobre la fuerza del amor, basados en el testimonio de Yasuaki Yamashita (sobreviviente de la bomba de Nagasaki), cuando la ofensiva palestina de Hamás sobre territorio israelí desmintió este mensaje de paz y perdón. Lógicamente, las fuerzas de Israel no se quedaron con los brazos cruzados e inmediatamente respondieron atacando con misiles la franja de Gaza. Estos primeros escarceos han arrojado ya cientos de víctimas y, por desgracia, los objetivos no han sido militares, sino civiles.

    La historia del conflicto es de muchos siglos atrás y tiene un trasfondo religioso como sustento. Los palestinos se proclaman descendientes directos de los filisteos, a quienes se les llamaba así porque eran pueblos venidos del mar que ocuparon aquellas tierras.

    Sin embargo, los israelíes sostienen que esa tierra es suya porque Dios se las concedió en heredad, como se atestigua nueve veces en relatos bíblicos al designar que los límites van desde Dan, en el extremo norte, limitando con Líbano, hasta Berseeba, en el extremo sur. Vaya como muestra este texto: “y confirmando el trono de David sobre Israel y sobre Judá, desde Dan hasta Beerseba” (2 Sam 3,10).

    Por tal motivo, los israelitas defendieron esta tierra que Dios les concedió y expulsaron a los palestinos que ya estaban asentados ahí. Con las negociaciones realizadas por los gobiernos de Inglaterra y, posteriormente, Estados Unidos, Israel contó con el apoyo para crear su nación, legalmente reconocida como tal por la ONU en 1948.

    Empero, las hostilidades entre ambas fuerzas nunca han cesado. Actualmente, el grupo islamista Hamás lanzó sorpresivo ataque e Israel respondió. El Presidente israelí, Benjamín Netanyahu, expresó: “Nuestro país está en guerra y la vamos a ganar. Nuestro enemigo pagará un precio que no ha conocido jamás”.

    ¿Rechazo la guerra?