Entra Sinaloa a crisis por déficit de agua
¿Y el plan de contingencia por la sequía?

Cuando se aproxima el inminente momento en que las 11 presas de Sinaloa estén al 10 por ciento de su capacidad de almacenamiento, e inicie a partir de allí la emergencia por disponer de agua únicamente para consumo humano, el gobierno que preside Rubén Rocha Moya podría dar a conocer el plan de contingencia, el comité técnico que operará la crisis hídrica y sobre todo determinar cómo será suministrado el vital líquido a las familias sinaloenses y cuáles otras repercusiones colaterales traerá la sequía.

Al tratarse de decisiones que tendrán impacto directo en los sinaloenses y sectores productivos, cada día que transcurre resulta fundamental para la anticipación y control de daños, apremiando las medidas de ahorro de agua que hoy debieran estarse socializando para reducir las extracciones a las presas y la sobreexplotación de los mantos freáticos. Evitar, ya, que las instituciones actúen cuando las consecuencias sean tan duras que desquicien la intervención social en enfrentarlas.

Aunque la Secretaría del Bienestar y Desarrollo Sustentable efectúa campañas de concientización al respecto, hace falta revelarle a la población las acciones drásticas que corresponden a una situación delicada por el estiaje que se ve venir con la única expectativa de que la naturaleza saque a Sinaloa de tal complicación aportando lluvias copiosas en cuencas de ríos y áreas de captación de las obras hidráulicas.

No obstante las activaciones que ya ocurren, como es el caso del suministro de agua con pipas a poblaciones en estado de aridez crítico, importa informarle a la gente los detalles del programa que implementará el Gobierno del Estado y aquello que las familias deben efectuar desde los hogares porque el futuro inmediato nos cobrará un alto costo por cada gota de agua desperdiciada ahora. Desplegar la mayor jornada de involucramiento, al mismo nivel del reto de la escasez acuífera.

Es que aparte de secarse los cuerpos de agua y tomando como punto de partida que el reporte de ayer indicaba que el nivel de las presas de Sinaloa era del 12.6 por ciento del total de la capacidad de almacenamiento, cualquier demora en la toma de acciones hará que la población resienta más lo fuerte de la determinaciones como la distribución por el sistemas de tandeos donde las válvulas se cierren a una parte de las ciudades mientras se abren en otros sectores.

Asociado a esto importa informar lo más posible de las afectaciones que tendrá el fluido eléctrico por el hecho de que cierren las compuertas de las presas y sean inmovilizadas las turbinas de las hidroeléctricas. ¿En qué momento el Gobierno tomará dicha medida siendo que los estudiosos del comportamiento del clima advierten de un verano con temperaturas más altas de lo normal, que por cierto ya se siente?

Otro punto que inquieta es la no disposición de agua para las actividades del campo, situación que ya repercute en el norte de Sinaloa y poco a poco será extensivas hacia el resto del estado. ¿A cuáles cultivos alternativos se acudirá? ¿Qué daño económico estiman para el sector productor de granos? ¿Cómo los gobiernos federal y estatal apoyarán a los labriegos que tendrán ociosas sus parcelas? ¿Por qué tardan en proyectar las secuelas en otras ramas del desarrollo como la pesca y la industria?

De la misma manera, el plan de emergencia debe contener las estrategias que mediante la tecnología de estimulación de lluvias puedan atemperar los efectos de la sequía para inducir en los sinaloenses en la certeza de que las instituciones y quienes las dirigen no estarán atadas de manos, solamente poniendo de cabeza la estatuilla de San Isidro Labrador y ateniéndose a que el santo les resolverá todo.

Las extracciones a las presas tienden a bajar al mínimo indispensable, sacándoles ayer 93 metros cúbicos por segundo, pero cada día que pasa el agua se agota más. Para el 17 de abril de 2023 teníamos reservas de 3 mil 80 millones de metros cúbicos y al día de ayer solamente había disponibles mil 972 millones de metros cúbicos. Esto significa que Sinaloa ya entró a la crisis por falta de agua y que los sinaloenses debiéramos conocer las acciones gubernamentales de contingencia e involucrarnos en estas.

Hoy no nos llega al cuello el agua,

Sino el miedo por no disponer de esta,

Y no saber lo que Gobierno fragua,

Ni lo que la gente a hacer se apresta.

Anticipándonos a otro desafío, el de la inteligencia artificial que para el mundo se ha convertido en asunto de gran prioridad, resultó muy oportuna la conferencia organizada ayer por la Coordinación de Comunicación Social que dirige Adriana Ochoa, la Secretaría de Economía a cargo de Javier Gaxiola, y el Rector de la Universidad de Occidente, Pedro Flores, en la cual Jair Ramírez, experto en este boom tecnológico que ya está aquí, sembró la semilla para crear el Comité de Inteligencia Artificial de Culiacán con el objetivo de democratizar la tecnología y ponerla al servicio de las diferentes industrias.

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