Enigmas del Gabinete de Rocha Moya
A develar los nombres y expectativas

OBSERVATORIO
16/09/2021 04:02

    Empieza el conteo de las horas que le quedan al Gobernador electo, Rubén Rocha Moya, para que complete el rompecabezas del Gabinete que lo acompañará en la administración pública estatal 2021-2027, los seis años que permitirán saber de qué material está hecho el maestro normalista, luchador social, Rector universitario y ahora el sinaloense con mayor poder político. Las piezas que le faltan por embonar son pocas, pero decisivas por ejemplo al definir qué cargos les asignará a Héctor Melesio Cuén Ojeda y Alejandro Higuera Osuna, y quién es la mujer que será Secretaria de Educación Pública y Cultura, cuyo nombre ha guardado muy bien.

    Después del 1 de noviembre a Rocha Moya se le conocerá por los hechos traducidos en políticas públicas, pero ante de eso a través de los miembros del equipo de trabajo será posible aventurar algunos rasgos que tendrá la era de la Cuarta Transformación en Sinaloa. Los enormes bonos de confianza y esperanza, más la circunstancia de dominio absoluto, hacen interesante la observación a quien significa la alternancia auténtica en el Ejecutivo estatal, no la que fue fingida en el periodo 2011-2016, de un priismo teñido con añil que la realidad se encargó de decolorar.

    A contracorriente de la idea popular que cree que acceder al Gobierno de Sinaloa representa una faena lúdica, los políticos se ven entre varias espadas y paredes que hasta puede tornarse insufrible. Vale dar por hecho que en las decisiones a tomar se recibirán críticas, presiones y hasta órdenes que se tienen que obedecer. Ganar la elección del 6 de junio requirió de bastantes apetitos motivados por las tajadas de poder que corresponden, así dijeran en su momento que lo único que los movía era el bienestar de los sinaloenses.

    El nombramiento que mayor morbo concentra es el que se le dará a Cuén Ojeda, dirigente del Partido Sinaloense, que fue en alianza con el Movimiento Regeneración Nacional en los comicios que le dieron el triunfo a Rocha. Todo indica que será Salud o Economía la Secretaría a asignársele, a él y no a otro pasista, para involucrarlo en el régimen de la 4T y desde alguna oficina en Palacio de Gobierno darle seguimiento a sus actividades. Rocha Moya es de los que creen que sólo lo que está en circulo cercano es lo que se puede controlar.

    Alejandro Higuera es un caso controversial. Es el hombre madeja, imposible de desenredar. Quienes lo conocen consideran que será difícil tenerlo conforme como secretario particular del Gobernador, ya que le apasiona estar en la toma de las grandes decisiones e influir sobre todo en cuestiones políticas. El “diablo azul”, como se le conoce, no está dispuesto a fungir como el “ángel de la guarda guinda” que esté detrás de un escritorio llevándole la agenda y obedeciendo instrucciones del jefe.

    También el tema de Jaime Montes Salas, el que se perfila para ocupar la Secretaría de Agricultura y Ganadería, trae implícita la desconfianza, ya que al desempeñarse como delegado del Gobierno federal operó para que el candidato de Morena a la Gubernatura fuera Luis Guillermo Benítez Torres y no Rubén Rocha Moya. De concretarse su incrustación forzada al Gabinete sería por petición del Presidente López Obrador y del influyente Ignacio Mier Velasco, los protectores del agricultor mochiteco.

    Y así, sucesivamente, restan bastantes cosas por operar. Poco se sabe de quién llegará a manejar la Secretaría de Administración y Finanzas, dependencia estratégica por exigir habilidad para bajar recursos federales e incrementar la recaudación local, pero al mismo tiempo clave en lo que respecta a la transparencia y combate a la corrupción, dos de las asignaturas donde la mayoría de los gobernadores ha reprobado. ¿A quién le confiará Rocha Moya dicha área que debe atraerle dinero al Gobierno y al mismo tiempo fortalecer la rendición de cuentas?

    En Obras Públicas se manejan los nombres de José Enrique Rangel Ramos, que se desempeñó como Director de Construcción y Mantenimiento cuando Rocha Moya fue Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (1993-1997), mientras que diferentes líderes del sector respaldan la propuesta de que el cargo lo ocupe el arquitecto Igor Lizárraga Guevara, quien también estuvo a cargo de la misma dependencia universitaria durante en dos períodos rectorales (2007-2013) y fue reconocido por la Auditoría Superior de la Federación debido a no tener observaciones por irregularidades.

    Otras secretarías a definir son Economía, a la cual se perfila a Javier Gaxiola Coppel; Turismo donde Alejandro Higuera Osuna aún tiene posibilidades; Transparencia y Rendición de Cuentas, en la cual se considera el buen papel que la juez Sara Bruna Quiñónez Estrada ha desempeñado en el combate a la corrupción, y la de Innovación que desaparecería para integrar esas labores en otra dependencia.

    A pesar de que ya están definidos otros puestos de alto nivel, siendo los casos de Enrique Inzunza Cázarez en la Secretaría General de Gobierno, Graciela Domínguez Nava en Desarrollo Social, Ruth Díaz Gurría en Desarrollo Sustentable y Cristóbal Castañeda Camarillo permaneciendo en Seguridad Pública, de todas formas los enroques o sorpresas son posibles cuando a partir de hoy la lista de Rocha Moya pase del lápiz a la tinta, del borrador a la última versión. En general estos podrían ser los nombres, pero la posición a ocupar puede cambiar de un momento a otro.

    Reverso

    En el equipo que Rocha ocupa,

    El nombre no es lo que importa,

    Sino que tengan la cola corta,

    Y les coloque encima la lupa.

    El gigantesco “¡ya basta!”

    Debería quedarse allí, nadie la borre, esa enorme cruz color rosa que las mujeres pintaron ayer en el patio central de Palacio de Gobierno para que los servidores públicos que ocuparán la sede del Ejecutivo estatal a partir del 1 de noviembre recuerden lo mucho que tendrán que esforzarse en abatir los feminicidios que denotan la cobardía de criminales que a su vez manchan de rojo no un edificio sino al estado entero.