"¿En realidad se le va a apostar a la formación y capacitación de los docentes?"
*Director del Centro de Investigación e Innovación Educativa del Sistema Educativo Valladolid (CIINSEV).
Como es de dominio público, en el mes de mayo de este año se aprobó una nueva reforma educativa en México. Con ésta se pretende mejorar -de forma continua- la educación, así como revalorar la función docente para garantizar una educación de excelencia a las niñas, niños y adolescentes en México. En mi calidad de investigador y profesional de la educación, he de señalar que coincido con los fines, pero me parece que el éxito de la reforma educativa va a depender de la voluntad política que se integre a ciertos aspectos centrales de la reforma, como el caso de la profesionalización de los docentes. Me explico:
Con la reforma al Artículo 3 Constitucional, se reconoce la labor del maestro -tras los hechos ocurridos con la evaluación docente contenida en la reforma educativa del 26 de febrero del 2013-, y se le ubica como un agente fundamental en la transformación de la realidad social. Para tal efecto, en el párrafo 4 del citado artículo, se afirma que los docentes tendrán derecho a “acceder a un sistema integral de formación, de capacitación y de actualización retroalimentado por evaluaciones diagnósticas, para cumplir los objetivos y propósitos del Sistema Educativo Nacional”. Esto ha sido recogido como política educativa en el marco del nuevo modelo educativo denominado “Nueva Escuela Mexicana” para el caso de la educación básica y media superior. Y se señala que: a) Se revalorará el papel del docente; b) Se diseñará una evaluación diagnóstica integral que detecte las necesidades específicas de formación de los docentes en contextos diferenciados para la mejora educativa; c) A partir de la evaluación diagnóstica, se afirma que se establecerán programas de formación, actualización y acompañamiento para el trabajo en el aula. Estas mismas líneas de política educativa están siendo recogidas en el proyecto de iniciativa de Ley de las Maestras y los Maestros que se está discutiendo en el Congreso de la Unión.
Agrego lo siguiente: La formación, actualización y capacitación del maestro estará orientada hacia el nuevo modelo de la Escuela Mexicana, y sobre todo a garantizar una educación de excelencia, definida como el “Mejoramiento integral constante que promueve el máximo logro de aprendizaje de los educandos, para el desarrollo de su pensamiento crítico y el fortalecimiento de los lazos entre escuela y comunidad”. En la reforma del Artículo 3 Constitucional de la pasada reforma educativa, este concepto no fue definido, lo cual representó un vació conceptual. Ahora comienza a definirse, aunque se hace de una forma no muy clara. Si nos detenemos en esta definición, las claves conceptuales de la Educación de Excelencia estarán en una educación integral, y para acercarse a este otro concepto hay que remitirse a otras fuentes para saber a qué se están refiriendo con el presente concepto. Y esas fuentes son los lineamientos de la política de Educación Básica y Media Superior que se han dado a conocer por parte de la SEP. Ahí se declara a la educación integral como aquella que se constituye por una educación donde se trabaja la parte cognitiva, estética, moral, cívica, emocional, y física del alumno. Vacíos y definiciones conceptuales pues, que van surgiendo al paso que se asientan las autoridades educativas.
Pero vayamos al punto: en el plano formal, las líneas de política educativa en lo referente a los maestros se ven bien en el papel. No obstante, se requiere más que eso para tener resultados favorables en este periodo de gobierno en materia educativa. Un sistema de formación y capacitación docente no sirve de mucho si no se le integra un presupuesto suficiente con el cual se pueda operar una capacitación eficiente y eficaz en las áreas donde requieren los maestros.
Digámoslo más claro: se reconoce en este gobierno que se le reconozca a los maestros sus derechos laborales, y se pretenda dotarles de una “Carrera Magisterial” para generarles mejores condiciones profesionales a los maestros. Sin embargo, por encima de ese propósito se debe instalar la formación y capacitación de los maestros para mejorar los aprendizajes de nuestros niños.
Desde 1993 se creó en México un Sistema de Formación, Actualización y Capacitación docente, y de ese tiempo a la fecha no se han generado resultados. Seguimos teniendo los mismos niveles de aprendizaje de nuestros niños. Ahora, con este nuevo gobierno se ha hecho de este propósito un mandato constitucional. Y, por lo tanto, está obligado el gobierno federal a generar una realidad diferente en esta materia.
No obstante, como ha ocurrido históricamente en México, no basta que algo esté contenido en la constitución o que forme parte de la política educativa. Al final del día, todo termina en la voluntad política del presidente para que algo se atendido con la seriedad debida. Y esto último se sintetiza en la forma como es abordada una determina agenda, si con pesos o con centavos.
En el papel, se observa voluntad de este gobierno para abonarle de forma importante a la capacitación de los maestros. Habrá que ver si esa voluntad “institucional” se refleja en el presupuesto.