En memoria eterna a las víctimas de desapariciones forzadas

Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos
03/09/2023
    “No hay peor dolor que no encontrar a un ser querido, es un dolor que te destroza la vida y te persigue siempre, y lo peor es que el Estado no sólo no te ayuda a encontrar a tu ser querido, sino que te obliga a pensarlo muerto”. Madre buscadora

    @CMDPDH / Animal Politico / @Pajaropolitico

    Las palabras de los familiares buscadores en México son desgarradoras, sin embargo, sus luchas y resiliencia son ejemplos de una fuerza inmensurable que les permite seguir caminando a pasos de hormiga en el terreno tan rocoso de la impunidad y la violencia en México.

    De acuerdo con La Convención Internacional para la Protección de todas la Personas contra las Desapariciones Forzadas de la que México es parte, la desaparición forzada se define como el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o cometidas por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, además de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola de la protección de la ley. (1)

    La desaparición forzada en México es una problemática que ha trascendido los confines de ser un simple asunto criminal, para convertirse en una crisis de derechos humanos que ha afectado a cientos de miles de personas y ha causado un daño irrecuperable en la sociedad. Este fenómeno ha dejado una huella indeleble en la historia contemporánea del país. Al día de hoy México registra oficialmente más de 112,000 personas desaparecidas, (2) lo cual no solo da muestra del alarmante contexto del fenómeno, sino que da fe del prolongado patrón de impunidad que protege a los perpetradores, y de la tragedia que ocurre cada día.

    Si bien la desaparición forzada no es un fenómeno nuevo en México, en la última década los casos han aumentado de forma alarmante. De acuerdo con datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), hasta el 25 de mayo de 2023 se registraron en México 110,842 personas desaparecidas y no localizadas, de las cuales 96,636 están desaparecidas (se presume que han sido víctimas de delitos) y 14,206 están no localizadas hasta la fecha, un número que sigue en aumento. Cuando el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias (WGEID, por sus siglas en inglés) (3) visitó México en 2011, las cifras oficiales mostraban más de 5,000 personas reportadas como “desaparecidas” o “ausentes” en ese año. (4) Al 26 de noviembre de 2021, último día de la visita del Comité contra la Desaparición Forzada (CED, por sus siglas en Inglés) a México, 95,000 personas estaban oficialmente registradas como desaparecidas. (5) De ellas, más de 100 habrían tenido lugar durante la visita de 16 días del CED. (6)

    La desaparición forzada en México causa un dolor inimaginable para las familias de las víctimas. La incertidumbre y la angustia de no saber qué ha sucedido con su ser querido generan un trauma que se perpetúa con el paso del tiempo. Además, esta situación también afecta la cohesión social, alimenta el miedo y genera desconfianza en las instituciones del Estado. En palabras del CED, “La desaparición de personas en México es un problema de todos: de la sociedad en su conjunto y de toda la humanidad. Estas 100,000 personas registradas como desaparecidas no son las únicas víctimas: sus familiares y personas allegadas también sufren. Todos son víctimas”. (7)

    En este contexto, uno de los obstáculos más grandes que enfrentan las familias buscadoras es la impunidad. Si bien el CED reiteró su profunda preocupación por la mantenida situación generalizada de desapariciones en gran parte del territorio nacional, frente a la cual imperan una impunidad casi absoluta y la revictimización, el Gobierno mexicano no ha logrado dar respuesta al imperante problema. La falta de investigaciones eficaces y la corrupción institucional dificultan día a día la búsqueda de justicia por parte de las familias de las víctimas y el acceso a la justicia sigue siendo una asignatura pendiente en el país, una que urge resolver para poder garantizar la no repetición de estos actos atroces.

    Es profundamente desconcertante e inaceptable la manera en la que el Estado mexicano ha permanecido inerte frente a la grave problemática de las desapariciones forzadas, un flagelo que persiste en nuestro país como una sombra de impunidad y terror. Esta incredulidad se acrecienta al hacer una comparación con la república de Argentina, donde el gobierno y la sociedad se han unido en un empeño firme y contundente para hacer frente a este mismo fenómeno. La “guerra sucia” argentina, pese a su brutalidad, ha sido reconocida, investigada y judicializada, dando paso a una justicia, aunque tardía, que ha llevado a los responsables ante la ley y ha entregado respuestas a los familiares de las víctimas. En contraste, la indiferencia y el silencio mexicano han creado un vacío insostenible que deja a las víctimas y a sus familias en un limbo de angustia y desesperación, carente de justicia y verdad. La incredulidad y la indignación se acentúan al ver que el país, nuestro país, aún no toma las acciones necesarias y firmes para enfrentar y erradicar esta afrenta a la dignidad y los derechos humanos.

    Afrontar la desaparición forzada en México requiere de una estrategia integral que combine la reforma legal, la acción gubernamental, el trabajo conjunto con organizaciones de la sociedad civil y el apoyo de la comunidad internacional. Es vital que se fortalezcan las instituciones encargadas de la investigación de estos delitos, se implementen mecanismos de búsqueda efectiva y se apoye a las familias de las víctimas en su camino hacia la justicia y la verdad.

    El 30 de agosto conmemoramos el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas y hoy más que nunca, junto con las familias de personas desaparecidas, alzamos la voz para no callar esta realidad desgarradora que no puede ser ignorada. El camino hacia la erradicación de esta práctica atroz es complejo, pero con voluntad política, reformas institucionales y un compromiso colectivo con la justicia y los derechos humanos, es posible soñar con un futuro en el que ninguna persona tenga que vivir con el miedo y la incertidumbre de ser víctima de una desaparición forzada. Ello, no solo para las víctimas de hoy, sino para las generaciones futuras, que merecen un México donde los derechos humanos sean respetados y protegidos en todo momento.

    En nuestro país en donde las sombras de la desaparición acechan y la verdad se desvanece, hoy nos detenemos para honrar a aquellas personas cuyas vidas fueron destruidas por la desaparición forzada. En este día, alzamos nuestras voces en un grito unificado, recordando a las víctimas y desafiando a quienes perpetran estos actos infames. Juntas y juntos, exponemos la impunidad y exigimos justicia, porque cada vida desaparecida es una herida abierta en las familias y en el tejido de nuestra humanidad.

    Que este día sea un recordatorio inquebrantable de que no olvidaremos, no nos callaremos y no descansaremos hasta que cada víctima encuentre la luz que merece y cada perpetrador rinda cuentas por sus atrocidades. El tiempo puede pasar, pero la memoria persistirá. En nuestra lucha incansable por la verdad y la justicia, prometemos que las víctimas de desapariciones forzadas nunca serán olvidadas.

    1 Artículo 2 de la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos.

    2 México: El oscuro hito de 100,000 desapariciones refleja un patrón de impunidad, advierten expertos de la ONU, Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos, 17 de mayo de 2022.

    3 Una de las tareas primordiales del Grupo de trabajo sobre las desapariciones forzadas o involuntarias (WGEID, por sus siglas en inglés) consiste en ayudar a los familiares de las personas desaparecidas a averiguar la suerte y el paradero de las víctimas. En esa labor humanitaria, el Grupo de trabajo actúa como cauce de comunicación entre los familiares de las víctimas de desapariciones forzadas y otras fuentes que denuncian casos de desaparición y los gobiernos interesados.

    4 Informe del Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias sobre su visita a México. A/HRC/19/58/Add.2, 20 de diciembre de 2011.

    5 Informe del Comité contra la Desaparición Forzada sobre su visita a México al amparo del artículo 33 de la Convención, CED/C/R.9 (Findings), 12 de abril de 2022

    6 Es importante aclarar que si bien el contexto de desapariciones en México es grave, no todas las desapariciones registradas en México son desapariciones forzadas. Ver CMDPDH, La Guerra Interiorizada De los crímenes internacionales a la vida pública de México 2006-2021, enero 2023.

    7 México: El oscuro hito de 100,000 desapariciones refleja un patrón de impunidad, advierten expertos de la ONU, Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos, 17 de mayo de 2022.