En la UAS, cuatro cartas y cero esperanzas.
A Rectoría, ¿mejor perfil o lealtad al PAS?
Con las apuestas a que será Jesús Madueña Molina si el objetivo consiste en remarcar el binomio UAS-PAS, Santiago Inzunza Cázares en caso de que el rochismo decida tener una parte del control de la UAS aunque el resto lo comparta con el Partido Sinaloense, Gonzalo Armienta Hernández como tercero en discordia que al menos matice las apariencias, pero también con Soila Maribel Gaxiola Camacho que lleva todo el sello pasista para remarcárselo a la conducción de la institución educativa, la Universidad Autónoma de Sinaloa entró a la etapa decisiva del nombramiento del Rector que estará en funciones los próximos cuatro años.
Con tales perfiles de donde emanará el próximo Rector, la casa rosalina entra a un nuevo bucle de escepticismo donde lo mejor que le puede pasar no es quedar en manos del mejor sino del menos peor. Es la continuidad del bache donde durante década y media el alma máter luce estancada en el adagio de “el más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida” que expone el poeta Federico García Lorca.
En materia de currículum académico destacan Santiago Inzunza Cázares y Gonzalo Armienta Hernández y en lo referente a lealtad con el partido que creó y dirige Héctor Melesio Cuén Ojeda llevan la de ganar Jesús Madueña Molina y Soila Maribel Gaxiola Camacho. En dicha correlación de intereses es posible que palidezcan las trayectorias que le repondrían a la UAS la calidad educativa y cobre relevancia la aptitud para ampliar el statu quo que no permitiría las reformas profundas que le urgen a la Universidad.
Inzunza, con todo y la presunción del conflicto de interés del apellido que se vincula con la campaña de Rocha Moya, tiene la oportunidad del destacado desempeño académico. Armienta, a pesar de no tener culpa por ser hijo de Gonzalo Armienta Calderón que fue relacionado con la represión al movimiento estudiantil de 1970 a 1972, ofrece la eventualidad de la rebeldía contra el estado de cosas prevaleciente. Madueña, que ha transitado al lado de Cuén en el sistema de dominación universitaria y cuando éste fue Alcalde de Culiacán, lleva el germen de la traición como única expectativa de que libere al campus. Gaxiola, que sí trae experiencia en educación y desempeño de la función pública, anula cualquier probabilidad de romper el nexo UAS-PAS.
Sin embargo, lo que resulte el 21 de mayo cuando la Comisión Permanente de Postulación presente la terna y el Consejo Universitario (plenamente controlado por Cuén Ojeda) deba decidir por uno, está íntimamente vinculado al proceso electoral en curso para elegir al Gobernador de Sinaloa. Impensable que el líder del PAS pretenda el cogobierno con Rocha si no le cede una parte del “pastel” universitario al candidato del Movimiento Regeneración Nacional.
Es aquí donde vale la última oración ciudadana para que la UAS patrimonio de los sinaloenses se anteponga a las ambiciones de poder. Inclusive el proyecto de gobierno de Rocha Moya, si es que el voto lo instala como Gobernador, se vería fortalecido desde ya si en la presente coyuntura de cambio en la conducción universitaria se retoma el sursum versus quitándole al águila rosalina los lastres que la inmovilizan, principalmente el grillete de Universidad-partido.
Siendo ello como el último deseo concedido al sentenciado a muerte que está al frente del pelotón de fusilamiento, el viejo Liceo Rosales necesita la oportunidad de reencarrilarse en el sueño de Eustaquio Buelna que en la segunda mitad del Siglo 18 sembró la semilla de la UAS democrática, crítica y popular. A 148 años de nacer aquella quimera, pareciera exceso de ingenuidad plantear que dos ex rectores, Rubén Rocha y Héctor Melesio Cuén, acuerden atender el espíritu original de la entrañable Universidad del pueblo y para el pueblo.
Romanticismos aparte, en dos semanas la verdad vendrá alentadora o frustrante para los universitarios. En caso de que Inzunza o Armienta resulten designados, habrá un tenue signo del mando institucional compartido y la chispa de fe en que tarde o temprano concreten la transición entre el sometimiento de hoy y la autonomía rescatada para el futuro. Si de Madueña o Gaxiola saliera el ungido, vuélvase a perder toda esperanza.
Quien al margen de ser beneficiario del actual sistema de gobierno de la UAS quiere a la institución por lo que realmente es, por el único mejor futuro que significa para jóvenes que se juegan todo con la educación media y superior, por el baluarte desde el que se defienden las grandes causas sociales, tendría que plantarse ahora en la misma trinchera desde la cual enormes hombres y mujeres edificaron la Universidad para la inteligencia, el encuentro, la pluralidad y santuario de las libertades. No hay más opciones que la dignidad; lo demás son parapetos de la ingratitud y traición.
Busca, águila, zonas de paz,
En las cúspides que permitan,
El revuelo alto de la UAS,
Por más que las plumas le quitan.
Cuando fue Rector de la UAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda reformó la Ley Orgánica para evitar las ostentosas campañas donde hasta la Banda El Recodo jalaban aquellos que buscaban obtener direcciones de escuelas o conducir a la institución. Ahora, cuando el Partido Sinaloense domina en la Universidad y por lo tanto el centro educativo participa en el proceso electoral en curso, el Festival Cultural Universitario se luce con su “lluvia de estrellas” figurando Molotov, Pepe Aguilar, Franco de Vita, la misma Banda El Recodo y Miguel Mateos. Bonita gala en tiempos de coronavirus y de la alianza Morena-PAS. O sólo que esta apreciación sea equivocada y se trate sólo de la despedida a Juan Eulogio Guerra que fue el que eligió a su gusto la cartelera.