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Pizzerías y pastelerías abarrotadas, filas interminables que daban vuelta a la cuadra. Las imágenes comienzan a recorrer el País, en la capital del estado de Sinaloa se rompió la cuarentena, se distrajo la autoridad y se flexibilizaron las medidas de contención para prevenir el contagio de la enfermedad que hasta ayer ha cobrado más de 140 vidas en nuestra entidad, 101 de ellas en Culiacán, según la Secretaría de Salud.
Se trata de un acto de absoluta irresponsabilidad ciudadana que comienza en la falta de cultura cívica, de valor y de valores de comunidad. Se trata de una burda exhibición de irreverencia ante las recomendaciones de los médicos y expertos. Falta de empatía por el prójimo y una profunda ignorancia de los daños colaterales que vendrán en las próximas semanas.
Pero también llevan responsabilidad las empresas y comercios que no detuvieron la venta, los restaurantes, tiendas y pastelerías que siguieron ofertando aun sabiendo que se estaban violentando las medidas y protocolos de salud. ¿Cuánto podrán haber ganado en la venta de ayer, como para que valiera la pena? ¿No pensaron en los clientes? ¿En la comunidad donde convivimos todos?
Ciudadanos irresponsables y negocios que dieron prioridad al dinero, una conjunción que mostrará sus efectos en más o menos 15 días, cuando según los expertos en salud, este juego de irresponsabilidades mostrará la cara mala, los llantos que buscaron ser risas. Más contagios, más enfermedad, más complicaciones, irremediablemente más muertes.
Pero en todo esto, la ausencia de la autoridad juega el elemento más peligroso. No hubo respuesta del Gobierno estatal, ni municipal. No disuadieron, ni detuvieron los tumultos, no cerraron comercios, ni mandaron a la genta a sus casas. El Gobernador y el Alcalde decidieron no ejercer la autoridad, podían hacerlo, pero decidieron no actuar. Y en política la no acción también es una decisión y, como todo, traerá consecuencias.
Mañana vendrán discursos y caras largas, comenzará de nuevo a rebotar la pelota de la irresponsabilidad. Fueron los ciudadanos, fueron los empresarios, fue el gobierno o fueron todos juntos. Pero será tarde, porque será pasado y el pasado no tiene remedio en una crisis como la que estamos viviendo.
Mientras tanto, uno de los pocos funcionarios que había actuado con valor, que se había mantenido muy activo cerrando comercios y negocios que de manera irresponsable mantenían operaciones sin ser elementales, se reporta infectado con Covid19. Francisco Vega, de Protección Civil, estará fuera de circulación por un tiempo, y se suma a una larga lista de servidores públicos que por estar en el frente de batalla tienen afectaciones en su salud. ¿Qué pasará si no alcanzan los médicos y enfermeras?
Al Gobernador y al Alcalde de la capital les urge replantear la estrategia contra la pandemia. Los números, en cualquiera que sea el resultado, serán única y exclusivamente su responsabilidad. Porque en ellos recae el ejercicio del gobierno, de la acción de la autoridad y el mantenimiento de la salud y el orden público.
El sinaloense, y en particular el “culichi”, cree que lo de ayer fue una broma, un acto de rebeldía social contra el aislamiento. Las voces más respetadas de la medicina en la entidad ven el jueves 30 abril como el punto quiebre de la esperanza para Culiacán. La irresponsabilidad de muchos, el oportunismo de otros y el disimulo del Gobierno harán girar las curvas a puntos de pesadilla. ¡Y ahí viene el 10 de Mayo! Luego le seguimos...