En 6 años podremos regenerar nuestros dientes perdidos (probablemente)

    El proceso de regeneración dental está estrictamente regulado por una serie de genes y rutas moleculares. En humanos, ciertos genes, como el USAG-1, parecen detener la producción de nuevos dientes después de que los dientes permanentes han erupcionado.

    En humanos se forman dos denticiones. La dentición primaria, o de leche, consiste en 20 dientes que comienzan a erupcionar alrededor de los seis meses de edad. La dentición permanente, que consiste en 32 dientes, reemplaza a los dientes de leche y comienza a erupcionar alrededor de los seis años de edad, completándose en la adolescencia. Este proceso coordinado y ordenado asegura la formación adecuada de los dientes, esenciales para funciones como la masticación, el habla y la estética facial.

    La falta de regeneración dental en la etapa adulta se debe a varias razones biológicas y evolutivas. En los humanos, la estructura que permite la regeneración de dientes en animales como los caimanes no está activada de la misma manera. En los caimanes, debajo de cada diente maduro hay una célula madre que puede diferenciarse en un nuevo diente. Aunque los humanos tienen un sistema similar durante las primeras etapas de desarrollo dental, estas células madre no permanecen activas ni disponibles para regenerar dientes después de que los dientes permanentes han erupcionado.

    El proceso de regeneración dental está estrictamente regulado por una serie de genes y rutas moleculares. En humanos, ciertos genes, como el USAG-1, parecen detener la producción de nuevos dientes después de que los dientes permanentes han erupcionado. Desde un punto de vista evolutivo, los humanos y otros mamíferos han desarrollado un sistema de dentición con dos fases: una dentición primaria (de leche) y una dentición permanente. Este sistema ha sido suficiente para la supervivencia y el éxito reproductivo. La capacidad de regenerar dientes múltiples veces puede no haber sido una ventaja evolutiva significativa en comparación con la inversión de recursos necesarios para mantener un sistema de regeneración dental activa.

    La estructura compleja de los dientes humanos y el tejido periodontal también juega un papel. Los dientes están fuertemente integrados en los maxilares por el ligamento periodontal, y la regeneración implicaría una reconfiguración significativa de estos tejidos, lo cual no ocurre naturalmente después de la pérdida dental.

    Durante el desarrollo embrionario y la odontogénesis, las células que forman los dientes (ameloblastos para el esmalte y odontoblastos para la dentina) tienen un ciclo de vida limitado. Una vez que han completado su tarea de formar el diente, estas células dejan de proliferar y diferenciarse, lo que significa que no pueden ser reactivadas fácilmente para formar nuevos dientes en la etapa adulta.

    Investigadores japoneses planean comenzar ensayos humanos de un medicamento para el recrecimiento dental este otoño en el Hospital de la Universidad de Kioto, tras exitosos ensayos en animales. La primera etapa de pruebas del nuevo medicamento comenzará en septiembre y se extenderá hasta 2025, involucrando a 30 hombres adultos. Una ronda posterior probará el medicamento en niños de entre dos y siete años con falta congénita de dientes.

    La regeneración de dientes no es realmente tan descabellada. Después de todo, sabemos que otros animales pueden regenerar dientes. En 2021, el equipo japonés descubrió un gen, el gen asociado a la sensibilización uterina-1 (USAG-1), que parecía detener la producción de dientes adicionales en ratones. Desactivar ese mismo gen y detener la producción de la proteína que regula también ha causado que otros animales crezcan dientes perdidos o incluso adicionales.

    Estos investigadores han creado su propia empresa llamada Toregem Biopharma para comercializar el medicamento USAG-1, y esperan tenerlo en el mercado para 2030. Aunque las pruebas iniciales están principalmente enfocadas en la pérdida dental congénita, el equipo espera que los dientes perdidos debido a caries, lesiones y otros accidentes también puedan regenerarse. Este proceso, al igual que la odontogénesis natural, aseguraría la formación adecuada de los dientes, esenciales para funciones como la masticación, el habla y la estética facial.

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    alberto.kousuke@uas.edu.mx

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