Ante la eventualidad de que el Instituto Nacional Electoral determine la paridad de género en la elección de titular del Ejecutivo estatal en Sinaloa, estableciendo que los partidos postulen a mujeres a la Gubernatura, crece el activismo del sector femenino en las distintas siglas políticas con miras a 2027, anticipándole a la población en edad de sufragar algunas de las muchas opciones por las que podrá votar o estará en posibilidad de vetar, según la seduzcan o no los perfiles, propuestas y vocaciones de servicio.
De las 16 entidades que elegirán mandatarios estatales al menos en ocho tendrán que ser gobernadoras las que entren en funciones. La postulación paritaria es un hecho irreversible, pero en pleno Siglo 21 avanza con dificultades en el contexto posrevolucionario de política machista que se resiste a acatar reglas, ya sea interpretándolas a su manera con alevosía o no creándolas en legislaciones locales.
Pero por lo que se ve en Sinaloa, las mujeres vienen con todo y por todo. La principal evidencia de ello está en el Movimiento Regeneración Nacional que al ser el partido en el poder alienta futurismos al por mayor: la Senadora Imelda Castro; la Diputada local María Teresa Guerra Ochoa; la dirigente estatal de Morena, Merary Villegas Sánchez, y la Secretaria del Bienestar y Desarrollo Sustentable, María Inés Pérez Corral, son las que poco a poco se ubican en el arrancadero del hándicap sucesorio.
Si se toma como elemento de medición del nivel de conocimiento que adquieren a través de las redes sociales, sin duda Imelda Castro y Tere Guerra se distribuyen las audiencias que todavía no pueden considerarse como adhesiones. La Senadora ha integrado una importante colmena humana de promotores a lo largo y ancho de Sinaloa, y la profusa promoción digital de la Diputada hace que les aparezca hasta en la sopa a los cibernautas.
En el Partido Revolucionario Institucional, si la candidatura ha de determinarse por méritos y capacidad de índole políticos, la delantera la lleva la Senadora Paloma Sánchez Ramos cuyo sello personal resalta en el planteamiento de soluciones a las diferentes crisis que enfrenta México, con tono propositivo más que confrontativo. Le sigue la Diputada Paola Gárate Valenzuela, todo un éxito en campañas de promoción por Facebook e Instagram no obstante que el ataque directo, constante y feroz podría costarle el rechazo de votantes que prefieren la propuesta y la mente fría.
Por las mismas anda, abriéndose cancha en lo estatal desde su actual posición de Regidora de Culiacán, la también aguerrida Erika Sánchez Martínez que juega sus batallas desde el bajo perfil sabiendo que un alto nivel de exposición en redes, de manera prematura y sin estrategia, igual significa desgastes a destiempo. A otra mujer que no se le puede perder de vista es a la Diputada Irma Moreno Ovalles, habituada a participar en la lid electoral a través de sus valores y formación profesional.
En el Partido Acción Nacional la única carta fuerte parece ser la Diputada Roxana Rubio Valdez, a pesar de que al interior de su partido le ponen barricadas para que no llegue a otras posiciones políticas más allá de la que ahora desempeña. A veces da la impresión de que la corriente roxanista es la única que sobrevive en el PAN a tal grado que se extraña a enormes mujeres del panismo sinaloense como María Serrano, Luisa Urrecha, Alma Alcaraz, Yudith del Rincón y Catalina Frank, entre muchas más que dignificaron al albiazul.
Por parte de Movimiento Ciudadano, al dirigente estatal Sergio Torres no le agrada que haya mujeres que le disputen las magras posiciones políticas que la fórmula naranja posee en Sinaloa, pero tiene de compañera de partido en el Congreso a Elizabeth Montoya Ojeda para cuando la misoginia de “El Morrín” ceda. A Fernanda Rivera, candidata al Senado, le atravesó grandes trancas para impedirle que le echara a perder el “Club de Tobi” que es el emecismo local.
Las mujeres que pelean por los likes e interacciones en las redes sociales ni son todas las que están ni están todas las que son. De más bajo perfil y por lo pronto dedicadas a responsabilidades puestas en sus manos, de un momento a otro la lupa futurista podría colocarse encima de Estrella Palacios Domínguez, Alcaldesa de Mazatlán; Gloria Himelda Félix Niebla, Secretaria de Educación Pública y Cultura; Angélica Díaz Quiñónez, Diputada del Partido Sinaloense, y ¿por qué no? las también legisladoras morenistas Nancy Yadira Santiago Marcos y Sthefany Rea Reátiga.
Esto es un ejercicio de análisis a priori. La pasarela de mujeres que quieren gobernar en Sinaloa apenas comienza, pero a través de escudriñar minuciosamente a las pretensas sí es posible aventurar desenlaces más o menos acertados.
Cualquiera daría la sorpresa,
De sí saber dirimir rencillas,
Golpeándose bajo la mesa,
Con sus afiladas zapatillas.
En realidad las mujeres que hoy importan, y mucho, son aquellas en calidad de desaparecidas a consecuencia de la guerra bestial que libran células criminales al seno del Cártel de Sinaloa. Madres que las buscan sin límite de fuerzas y sociedad que debemos acompañarlas mientras las autoridades de seguridad pública y procuración de justicia den la impresión de abandonar a las víctimas y sus familias. Ayer retumbó por las calles de Culiacán, de Catedral a la Fiscalía General del Estado, el nombre de Diana Alejandra, la joven de cuyo paradero nada se sabe desde el 5 de abril. Por piedad, regrésenla sana y salva al lado de sus seres queridos. Las queremos con vida a ella y a las demás.