No, no se espante usted. El título de esta columna no es un error ortográfico ni un barbarismo. La palabra helenizar es correcta cuando se emplea para designar la extensión de la cultura, costumbres y civilización griega, pues desde Homero se acuñó esta expresión derivándola del concepto Hélade.
Sin embargo, nosotros preferimos utilizar aquí el neologismo “Elenizar” para indicar el orgullo y satisfacción por el reconocimiento que se le concedió a la escritora y periodista Elena Poniatowska, de 91 años, al ser galardonada con el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2023, distinción que es concedida por la UNAM y la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
Al hablar de “Elenizar”, queremos incitar a la imitación del trabajo esforzado, perseverante y meticuloso que ha realizado la reconocida cronista, a quien la cigüeña realmente trajo en París, lugar donde nació, aunque radica en México desde los 10 años. Nació el 19 de mayo de 1932 y recibió el nombre de Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor (es sobrina de la poeta Pita Amor).
A consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, su familia emigró a México, donde hizo sus estudios y comenzó a trabajar como periodista, distinguiéndose como gran cronista, según reveló su famoso libro de “La noche de Tlatelolco”, y otras muchas obras, entre las que destacan “Hasta no verte, Jesús mío”, para desmentir a su controvertida y citada tía, quien le había espetado:
“¡No te compares con tu tía de fuego! ¡No te atrevas a parecerte junto a mí, junto a mis vientos huracanados, mis tempestades, mis ríos de lava! ¡Yo soy el sol, muchachita, apenas te aproximes te carbonizarán mis rayos! ¡Soy un volcán!... Tú eres una pinche periodista, yo una diosa”.
¿Elenizo la cultura?