El 2024 México experimentará las elecciones más grandes de las que se tenga registro. Junto con la elección presidencial se disputarán más de 20 mil puestos de elección popular a nivel federal, estatal y municipal. Quienes salgan victoriosos de esta encrucijada tendrán que enfrentar los múltiples desafíos sociales, económicos y políticos que vive el país; y además recorrer la recta final en la agenda de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) al 2030. En este contexto, priorizar el fortalecimiento educativo debiera ser una prioridad en la agenda de temas de campaña.
Aunque gran parte del funcionamiento del enorme sistema educativo nacional, con sus más de 34 millones de estudiantes y 2 millones de docentes descansa en la inercia de la tradición, este año las decisiones políticas pueden influir enormemente en su futuro. Especialmente importantes, resultan las siguientes rutas de reflexión y acción políticas.
El principal punto en la agenda educativa de los candidatos debería ser la atención a la crisis de aprendizaje académico y socioemocional en México. Tal como los resultados de diversas evaluaciones han dejado ver, en este país ir a la escuela no se traduce en aprendizaje. La solución a esta compleja situación implica discutir medidas que ataquen directamente las causas del problema.
En primera instancia, la vinculación entre el poder político en sus diversos niveles y las secciones sindicales, a menudo marcada por el corporativismo, debe evolucionar hacia una agenda enfocada en la justicia educativa. La revaloración magisterial en México debe ser mucho más que la cuestión salarial.
La mejora de los aprendizajes del País debe ir de la mano de la formación inicial y continua de maestras y maestros. Ello implica mejorar las condiciones y la calidad de la oferta formativa en escuelas normales e instituciones formadoras del magisterio. Y también, dar la necesaria importancia al desarrollo de los liderazgos intermedios (supervisores, jefes de sector, asesores) en su tarea de acompañar a las escuelas en el proceso de mejora educativa.
Junto con considerar las condiciones humanas con las que cuenta el sistema educativo para generar aprendizaje, se deben considerar las condiciones materiales. La renovación de escuelas con infraestructura antigua y deteriorada, así como su adaptación a las exigencias propias del clima extremo, deben ser una prioridad de gran importancia.
Contar con un inmueble seguro es un paso fundamental para mayor justicia educativa. Y también lo es asistir a la escuela durante una mayor cantidad de horas, en condiciones físicas y de salud óptimas. Durante la campaña se deben proponer alternativas para que México recupere la jornada escolar extendida con alimentación, sin obligar a las familias a optar entre eso o mejorar la infraestructura de los centros escolares.
La situación crítica en el aprendizaje de conocimientos y habilidades básicas, especialmente en matemáticas y lectura, requiere de una acción decidida. El país debe escuchar a los candidatos expresar su opinión respecto a la importancia que la evaluación y la evidencia tienen para lograr más justicia y equidad educativa en México. Deben oírse propuestas para abatir de forma sólida el problema del abandono escolar que se experimenta entre educación secundaria y media superior.
Y por último, también debe ser un tema prioritario conocer de qué manera se continuará con la agenda de desarrollo infantil temprano, que gobierno federal, estatales y municipales, junto con el apoyo de la sociedad civil, han impulsado a través de la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI). Esto es un punto clave para comenzar a cerrar las profundas brechas de oportunidades educativas desde el inicio de la vida de las personas.
La elección de 2024 representa un momento decisivo para México. La educación debe estar en el centro de las agendas políticas, no solo como una respuesta a las necesidades actuales, sino como una inversión en el futuro del país. Es hora de que los líderes políticos se comprometan con una visión educativa que esté a la altura de los desafíos y oportunidades del Siglo 21.