Desde niño alentó dos pasiones: la lucha libre y el canto. Se trata del mazatleco, Jorge Echeagaray, quien actualmente está por cumplir un año perteneciendo al grupo de jóvenes elegido para formarse en el Estudio de Ópera de Bellas Artes.
Las dos pasiones son igualmente de fuertes, pero solamente una práctica profesionalmente: el bel canto; de todas formas, la lucha la lleva en el corazón y es la que lo ha impulsado a destacar en la ópera, sin dejar de cantar también la música popular, que forma parte sustancial en su proyecto de distinguirse entre el selecto grupo de Los Tenores del Norte.
Colecciona máscaras y figuras de luchadores como uno de sus grandes pasatiempos, pero el canto constituye su bastión y columna vertebral, como lo demostró el martes en el Teatro Ángela Peralta, de Mazatlán, y el miércoles en el Teatro Pablo de Villavicencio, de Culiacán, al participar en el espectáculo que ofreció el Estudio de Ópera del INBA, como parte del Festival Cultural Sinaloa 2022, Lo Nuestro, que promueve el ISIC.
La asistencia en Mazatlán fue muy buena, mientras que, en Culiacán, estuvo el teatro a medias de su capacidad. Lástima que los culiacanenses se hayan perdido de este magnífico concierto, en el que se interpretaron arias de ópera, zarzuela y canciones sinaloenses.
Todo comenzó con fragmentos de “Los cuentos de Offenbach”; la popular Barcarola fue interpretada de manera sublime. El concierto continuó con “Toreador”, de Carmen, de Bizet; “Recóndita armonía”, de Tosca, de Puccini; “Soave sia il vento”, de Cosí fan tutte, de Mozart; “O suave fanciulla”, de La Bohemia, de Puccini; “La tromba”, de I Puritani, de Bellini; “Dunque é proprio finita”, de La Bohemia, de Puccini. El programa cerró con romanzas de zarzuela y música sinaloense.
¿Disfruto el bel canto?