El PRI traicionó al PRI

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    Si algo le faltaba al PRI para reducirse aún más era la autodestrucción. Faltaba la traición así mismo. Y no porque postule a una panista como candidata a la presidencia, sino porque ante la posibilidad de que Beatriz Paredes ganara la consulta interna el próximo domingo aceptó que ésta no se llevara a cabo. El triunfo de la tlaxcalteca hubiese implicado un empate de porcentajes con la hidalguense y con ello un serio conflicto en el Frente Amplio, pero sobre todo habría debilitado la imagen política de Xóchitl Gálvez, razón por la cual panistas y priistas decidieron ‘bajar’ a Beatriz.

    En lavaderos políticos y columnas periodísticas se decía que, en el proceso interno del Frente Amplio por México, Alito Moreno, el presidente del PRI, traicionaría de último momento al PAN y al PRD. No lo conocían lo suficiente, no sabían que este personaje era capaz de traicionar a su propio partido, y lo hizo.

    Si algo le faltaba al PRI para reducirse aún más era la autodestrucción. Faltaba la traición así mismo. Y no porque postule a una panista como candidata a la presidencia, sino porque ante la posibilidad de que Beatriz Paredes ganara la consulta interna el próximo domingo aceptó que ésta no se llevara a cabo. El triunfo de la tlaxcalteca hubiese implicado un empate de porcentajes con la hidalguense y con ello un serio conflicto en el Frente Amplio, pero sobre todo habría debilitado la imagen política de Xóchitl Gálvez, razón por la cual panistas y priistas decidieron “bajar” a Beatriz. Incluso, cabía posibilidad de que la ex Gobernadora de Tlaxcala hubiese ganado ampliamente la consulta porque se dieron cuenta que, ante el enorme lío en la ubicación de las casillas para votar y la posibilidad de la injerencia de votantes movilizados por partidarios de Morena, así como la mayor capacidad movilizadora tricolor iba a avasallar a la panista. Lo que no querían ni Marko Cortés ni Alejandro Moreno.

    Pero, además, el presidente del PRI le aventó todo el aparato partidario a la señora Paredes para minimizarla, al decir que” los 32 comités directivos estatales, los 2 mil 450 comités municipales, los 90 mil seccionales, los sectores y organizaciones nacionales, tomaron la decisión de respaldar la candidatura única de Xóchitl Gálvez para encabezar el Frente Amplio por México”. Lo cual es rotundamente falso porque es imposible que esa enorme estructura se reuniera en uno dos días para decidir su inclinación por Xóchitl. Para colmo, ni siquiera le avisaron a Beatriz, lo supo a través de los medios.

    Este pronunciamiento, declaró Moreno, privilegia la unidad, reduce el desgaste político y alista un proyecto para todas y todos los mexicanos. “Cuando hay ventajas consolidadas, tenemos que ir congruentes, en una sola dirección, para mantenernos cohesionados e ir con la alternativa más competitiva. Nosotros siempre queremos impulsar a uno de los nuestros, pero primero está la decisión en pro de nuestro país”. En los próximos días sabremos que negociaron PAN y PRI, y que le cedieron a Beatriz.

    En efecto, la ya candidata del Frente Amplio es más competitiva que la señora Paredes, pero no porque sea políticamente más capaz, ni tenga una visión de Estado más completa, ni porque tenga más preparación, ni más experiencia, sino porque sabe venderse mejor en un contexto en el que la enorme mayoría de las clases medias y altas, así como algunas franjas populares quieren sacar a Morena del poder a como dé lugar, tanto por los constantes yerros que han cometido sus gobernantes como, y sobre todo, por razones ideológicas. El PAN, el PRI, PRD y Claudio X. González quieren como candidata más que una sólida política a un producto comercial.

    La ingeniera Gálvez es una mujer inteligente y carismática, aunque no lo honesta que dice ser, pero queda claro, sobre todo después de los foros en los que contrastó ideas con Beatriz Paredes, que sus planteamientos e interpretaciones de la realidad mexicana son muy elementales. Y sin un equipo propio, la van a arroyar las burocracias partidistas, y los intelectuales y empresarios que se agrupan alrededor de Claudio X. González. Es decir, Xóchitl es un buen producto político de mercado, pero no una candidata para dirigir un país tan complejo y desigual como es México.

    Por otra parte, está muy claro que Claudia Sheinbaum va a ser la abanderada de Morena, así lo dicen todas las encuestas, tanto porque López Obrador cargó mucho los dados en su favor como porque ha sabido ganar un apoyo propio entre mujeres y sectores universitarios del País.

    Es evidente que la señora Sheinbaum no es un producto comercial, no tiene ninguna característica para serlo. Es muy seria, no sabe hacer bromas, usa huipil de vez en cuando porque lo hacía desde que cantaba en grupos folklóricos desde su adolescencia y no se disfraza con él, no utiliza malas palabras ni bromas pícaras que provoquen risas, no es una gran oradora y, ya lo he dicho muchas veces, no es carismática. Ella genera confianza no carcajadas.

    Al igual que Xóchitl es una mujer muy inteligente, pero ha utilizado su talento para la investigación científica, incluso patentando tecnologías en beneficio de mujeres indígenas y no para obtener ganancias bancarias porque no es una empresaria; y también es una mujer que ha puesto sus conocimientos al servicio de la administración pública desde hace varios lustros.

    Si Claudia va a ser candidata de Morena lo será por sus cualidades intelectuales, éticas, sociales y políticas. Y claro, también porque la gran mayoría de los ciudadanos de abajo la ven como la más cercana a AMLO, cosa que el Presidente se ha encargado sobradamente de decirlo.

    No obstante, primero, tanto ella como el conjunto de Morena, tendrán que demostrar que su proceso electivo superó los conflictos, desencuentros y problemas internos. Entre ellos están dándose muchas patadas bajo la mesa y tendrán que limpiar sus métodos de participación y decisión. Sin embargo, aun con todo y las desigualdades en el manejo de recursos y los golpes sucios que se dan, han mantenido la competencia hasta el final, no han bajado a nadie, no han simulado competir, ni han traicionado a su partido.

    Posdata

    ¿El Diablo Azul será capaz de no inmiscuirse en la política mazatleca y dedicarse exclusivamente a su nuevo cargo en la Secretaría de Turismo? Está por verse.