El PRI a dirigir el Congreso: fósil o moderno. Asoman apetitos en pos de Mesa Directiva
Cuando cobra fuerza la tentación de grupos políticos para capitalizar la oportunidad que tendrá el Partido Revolucionario Institucional de presidir la Mesa Directiva del Congreso del Estado durante el segundo año de ejercicio constitucional de la 64 Legislatura, bien que vale la pena analizar las presencias y ausencias en el PRI en situación de debacle para conjeturar si de las ruinas tricolores emergerá la rara avis que haga la labor de redención y espante a los pájaros negros que vienen a roer sobre la misma carroña que ya carcomieron en exceso.
A diferencia de la escena nacional y la crisis que el mismo Alejandro Moreno Cárdenas significa para el partido, en Sinaloa se abre la coyuntura de generarle al priismo local puentes entre el naufragio persistente y la eventualidad del salvamento de lo fundamental. Sin embargo, ese refuerzo de lo esencial requiere de la condición de base por el momento no negociable: un priista probado en la actual resistencia frente a adversidades y tsunamis políticos de todo tipo.
Al dirimirse quién de los ocho diputados que integran el grupo parlamentario del PRI asumirá la conducción de la Mesa Directiva proceden a activarse intereses que, oh sorpresa, habían permanecidos en las sombras para no salpicarse de las afrentas electorales que sufrieron estas siglas en 2018 y 2021, de mermas empeoradas y vergüenzas repetitivas. Ahora, al corroborar que al Revolucionario Institucional aún se le mueve la colita, saltan al tinglado del poder reclamando derechos a los cuales por espanto habían renunciado.
Si los pocos priistas de a deveras que quedan analizan qué es lo que tienen, se darán cuenta de lo poco disponible y los muchos que se creen beneficiarios. Más allá de la bancada en el Congreso, únicamente cuentan con la Presidencia del Municipio de Sinaloa, la Senaduría de Mario Zamora Gastélum, la Embajada de Quirino Ordaz Coppel en España y las incorporaciones que ha hecho a su Gabinete el Gobernador Rubén Rocha Moya, como son los casos de Fernando Pucheta Sánchez, Mayra Gisela Peñuelas, Tony Castañeda, Margarita Villaescusa y también Rosa Elena Millán y Juan Ernesto Millán Pietsch.
Pero del grupo parlamentario deberá salir la presidencia de la Mesa Directiva y desde allí debe derivar la indicación de que hay un nuevo PRI, con rostros y mentalidades emergentes que está dispuesto a aprovechar la circunstancia para combatir la percepción de que en caso de que el partido no haya muerto, sí está agonizante. ¿Quiénes aparte de Cinthia Valenzuela, la actual dirigente priista en Sinaloa, y Ricardo Madrid Pérez, coordinador de la bancada, pueden realizar con éxito dicha labor de reanimación?
En tal tesitura están, por ejemplo, Feliciano Valle Sandoval, que ha concentrado muchas oportunidades que debieron prorratearse entre sus demás compañeros, pues se desempeñó como Secretario en la Mesa Directiva que concluye funciones y ocupa la misma posición en la actual Diputación Permanente, o Gloria Himelda Félix, que al haber dirigido las asambleas legislativas en la anterior integración de la Cámara, sin pensarla le cedería la oportunidad a otros que engrosen la reserva de priistas de carrera.
Sergio Mario Arredondo es otro buen perfil siempre y cuando se le deje de asociar con padrinazgos que recalcan la era de los “dinosaurios” del PRI y tome distancia de la hipótesis del ascenso en la política a causa de “palancas” genealógicas. En tanto, Luis Javier de la Rocha Zazueta a veces se destiñe del verde, blanco y rojo y tiende a adoptar la tintura azul, al grado de simpatizar con la estrategia de adherirse a la solitaria diputada panista Giovanna Morachis para darle forma a la bancada del PAN en el Congreso.
Concepción “Connie” Zazueta Castro posee un buen perfil social que le puede ayudar más al PRI en rehacer el clic con la comunidad, en vez de arriesgarla al desgaste que significa ordenar el debate parlamentario, mientras que Deisy Judith Ayala Valenzuela es una activo joven con la buena imagen que desde puestos de dirección del CDE contribuiría a organizar a la sociedad civil para temas como cuidado del medio ambiente, rentabilidad y certeza jurídica para los productores del campo, así como hacer la labor de lavarle la cara al PRI frente al sector juvenil.
A ver qué pasa. Presidir la Mesa Directiva del Congreso del Estado trae consigo el reto de reponerle al PRI la enjundia que ha perdido con las demoledoras derrotas electorales y desde esa importante plataforma bosquejar un semblante nuevo sin las arrugas de los dinosaurios ni las garras de los depredadores internos que por algún tiempo han guardado las codicias para sacarlas a relucir en temporada de zafra como la que viene en septiembre. Bien dice el dicho que al nopal se le arriman solo cuando da tunas.
Al notar mejores condiciones,
Ya abandonaron sus madrigueras,
Dinosaurios y camaleones,
Chapulines y aves carroñeras.
Cómo darle el voto de confianza a la justicia si 11 años después de que le quitaron la vida al periodista Humberto Millán Salazar los asesinos intelectuales y materiales siguen libres, mientras el gremio es rehén de autoridades e instituciones que entre más comunicadores ven caer (15 en 2022 con el asesinato de Fredy Román en Chilpancingo, Guerrero, el lunes) mayor impunidad proveen a los criminales. La Asociación de Periodistas y Comunicadores 7 de Junio que preside Lidia Oralia Sarabia alzó la voz en demanda de transparencia en todos los procesos que se tienen pendientes de asesinatos de periodistas y comunicadores, así como sanción a “servidores públicos que, sin justificación alguna, no han cumplido con su deber y obligación en dar seguimiento y esclarecer los homicidios”.