El precio de ser un macho alfa: la soledad masculina y sus riesgos

28/07/2024
    En México, de cada diez fallecimientos por suicidio, ocho son hombres y dos son mujeres. Paradójicamente, según la misma fuente, en la población de 18 a 29 años un 14.7 por ciento de las mujeres reportaron sentirse deprimidas durante la semana, mientras que solo un 8.4 por ciento de los hombres de esa misma edad declararon sentirse de dicha manera.

    Normalmente se habla del impacto del machismo en las mujeres, pero es importante reconocer cómo también afecta a los hombres. Desde la perspectiva de la masculinidad tóxica, un hombre emocional o expresivo es etiquetado como volátil e irracional, lo que lleva a muchos a evitar mostrar sus sentimientos por miedo a ser percibidos como menos masculinos. Este estigma genera sensación de no ser comprendido ni siquiera por sus amigos cercanos, lo que resulta en un profundo aislamiento por el miedo de expresar su sentir. Esta soledad ha desencadenado una “pandemia” entre los hombres, con consecuencias que van desde casos graves de depresión hasta un aumento preocupante en los casos de suicidio.

    De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente 280 millones de personas sufren de depresión, siendo esta la cuarta causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años. Además, la OMS asegura que este padecimiento es al menos un 50 por ciento más común en mujeres. Sin embargo, este trastorno afecta a hombres y mujeres de diferentes maneras, aunque los síntomas son los mismos.

    Dicho de otro modo, la forma es igual para ambos géneros, pero el fondo de la depresión masculina es diferente y se refleja en los datos de la misma OMS, pues a nivel mundial se suicidan más del doble de varones que de mujeres.

    En Estados Unidos, el círculo social de los hombres ha disminuido desde 1990, cuando solo el 2 por ciento de la población declaraba no tener amigos cercanos, aumentando hasta el 15 por ciento en 2021. Además, de acuerdo con un estudio de Equimundo, el 65 por ciento de los hombres estadounidenses de 18 a 23 años sienten que nadie realmente los conoce bien, y un 44 por ciento ha tenido pensamientos suicidas en las últimas dos semanas.

    De acuerdo con datos del Inegi en México, de cada diez fallecimientos por suicidio, ocho son hombres y dos son mujeres. Paradójicamente, según la misma fuente, en la población de 18 a 29 años un 14.7 por ciento de las mujeres reportaron sentirse deprimidas durante la semana, mientras que solo un 8.4 por ciento de los hombres de esa misma edad declararon sentirse de dicha manera.

    Algo similar ocurre en España, pues de 4,003 fallecimientos por suicidios en 2021, 75 por ciento fueron hombres y 25 por ciento mujeres, es decir 3/4 fueron varones. Sin embargo, 51.2 por ciento de las mujeres españolas declaran haber tenido pensamientos suicidas alguna vez, mientras que en la población masculina de la misma edad solo un 34.3 por ciento declaro haber tenido estos pensamientos y los expertos señalan que esta dualidad se mantiene en gran parte del continente europeo.

    Ante la evidencia presentada, se puede inferir que los hombres jóvenes enfrentan un mayor riesgo de suicidio en comparación a las mujeres de su misma edad. Mientras las mujeres tienden a expresar abiertamente sus emociones y buscar apoyo, los hombres a menudo optan por ocultar sus sentimientos y enfrentar crisis como el desempleo, rupturas amorosas o dificultades familiares sin buscar ayuda especializada. Además, algunos hombres pueden ser víctimas de violencia física o sexual en algún momento de sus vidas, y enfrentar exclusiones debido a su orientación sexual, factores que también contribuyen a una mayor vulnerabilidad.

    Sin embargo, esta información puede ser manipulada y malinterpretada para transmitir un mensaje victimista donde se argumenta que los hombres sufren más en comparación con las mujeres. Este discurso ha sido aprovechado por figuras red-pillers del internet como Andrew Tate y El Temach, conocidos por divulgar ideas machistas y misóginas bajo la máscara del empoderamiento masculino, ofreciendo consejos de seducción y promoviendo cómo ser un macho Alfa. Este tipo de contenido refleja las masculinidades reaccionarias, fortaleciendo ideas conservadoras de género que son manifestaciones de masculinidades incómodas. Según Luciano Fabbri, estas se presentan en hombres que han tenido dificultades para adaptarse a una sociedad con mayor igualdad de género y mujeres más empoderadas. Desde esta perspectiva, se podría argumentar que se está sobrevalorando a la mujer a costa de restarle valor al hombre.

    Mencionado anteriormente, El Temach es un influencer y creador de contenido mexicano que ha sabido aprovechar los temores e inseguridades de la juventud masculina latinoamericana, en particular la mexicana, lucrando a través de cursos, conferencias y membresías en su comunidad online, donde promueve fervientemente su filosofía del modo guerra. Este concepto promueve una actitud constante de alerta y defensa, equiparando la vida cotidiana a un conflicto armado, para eliminar la vulnerabilidad en la masculinidad ante desafíos diarios como rupturas amorosas, desempleo y otras experiencias frustrantes y dolorosas para los hombres.

    El riesgo de este tipo de mensajes radica en explotar las vulnerabilidades e incomodidades de los hombres con y hacia la sociedad actual, dando lugar a comunidades que promueven un sentido de pertenencia basado en ideas de género tradicionales. Estas comunidades idealizan al hombre como una figura viril y dominante, capaz de enfrentar cualquier desafío y que expresa sus emociones a través de la violencia, principalmente física. En la película de 1999, Fight Club, vemos cómo un protagonista frustrado por su vida profesional y amorosa funda un grupo donde los hombres pueden liberarse a través de peleas clandestinas. Este tipo de espacios presentan una oportunidad para que los hombres “puedan ser hombres nuevamente”.

    En LEXIA, a través de la búsqueda y observación de tendencias, entornos sociales y expresiones culturales, captamos señales para comprender con mayor profundidad el comportamiento actual y futuro de las personas. Los datos citados antes en este artículo son un indicio de la problemática de la soledad masculina. La propia existencia y auge de los red pillers reflejan esta situación, sirviendo al mismo tiempo como un indicador de dicha problemática. En algunos de nuestros proyectos relacionados con la equidad de género, aunque no siendo el eje central, también hemos observado masculinidades incómodas que se sienten atacadas por el creciente empoderamiento femenino.

    Es evidente que todo lo mencionado refleja no solo un conjunto de señales, sino una problemática concreta: los hombres jóvenes se sienten solos debido a las presiones sociales y culturales impuestas por los roles de género. Una corriente machista tradicionalista ha sabido aprovechar esta situación para generar un discurso de disconformidad y resentimiento hacia la sociedad. Esta situación ya se manifiesta en el mainstream, como se puede ver en el programa mexicano Lo que dice el dicho, con un episodio dedicado a un personaje que hace alusión al Temach y su contenido.

    Parece entonces que la masculinidad se encuentra atrapada en un ciclo sin fin donde la soledad consume al hombre joven, quien, en su deseo de pertenencia, busca grupos que lo empoderen a costa del resentimiento hacia las mujeres. Sin embargo, hay otro camino para que los hombres enfrenten el aislamiento provocado por ideas de género anticuadas: reconocer sus emociones, comprender que es natural sentirse vulnerable y expresarlo. En otras palabras, adoptar una nueva masculinidad.

    Así como el Temach se ha convertido en el referente de la masculinidad incómoda, la nueva masculinidad necesita referentes mediáticos: personajes o modelos que represente estos nuevos valores. La masculinidad tradicional limita a los hombres a una única forma “correcta” de ser, y esta nueva alternativa de pensamiento deberá evitar caer en ese absolutismo.

    Como friki o geek no puedo evitar mencionar a Superman como uno de los mejores prospectos para las nuevas masculinidades. El encanto de Superman radica en que, pese a ser extremadamente poderoso, se permite expresar su vulnerabilidad, y a veces eso es lo más valiente que alguien puede hacer. Por otro lado, tenemos a Batman, un personaje que pierde a sus padres en un trágico incidente y dedica su vida a la venganza. Aunque el fin pueda ser comprensible, el caballero de la noche aleja constantemente a quienes intentan acercarse a él para que enfrente sus traumas.

    Puede sonar cursi y anticuado tomar como referencia a personajes no machos como base para las nuevas masculinidades... pero considerando la situación actual, tal vez necesitemos de esa clase de ejemplos.

    * El autor Guillermo Ángel González Aguilar es mercadólogo apasionado por la investigación de mercados; fanático de los comics, superhéroes, mangas, D&D, anime y cualquier cosa relacionada con la fantasía y la ciencia ficción.

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