El pertinente regaño de Rocha al Insabi. Hospitales de adorno, afrenta a Sinaloa

OBSERVATORIO
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    El centralismo exacerbado y pernicioso de los viejos regímenes priistas carece de razón de ser en la transformación que postula el gobierno emanado del Movimiento Regeneración Nacional, aunque para extirpar ese quiste todavía aferrado en la praxis del poder sea necesario gritar fuerte, golpear la mesa, para poner al día a los morosos. Algo así como ‘dicho con todo respeto, usted les está causando bastantes problemas a los por mi gobernados’.

    Causó buena impresión el hecho de que el Gobernador Rubén Rocha Moya le haya reclamado al Director del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, Juan Antonio Ferrer Aguilar, el aplazamiento de los recursos públicos para poner a funcionar el Hospital General y Centro de Salud de Culiacán, porque la demora de más de un año irrita a los sinaloenses y pone en entredicho la palabra no sólo del Mandatario estatal, sino principalmente la del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Ya hacía falta el jalón de orejas cuya pertinencia es, así como se escribe, cuestión de vida o muerte.

    El centralismo exacerbado y pernicioso de los viejos regímenes priistas carece de razón de ser en la transformación que postula el gobierno emanado del Movimiento Regeneración Nacional, aunque para extirpar ese quiste todavía aferrado en la praxis del poder sea necesario gritar fuerte, golpear la mesa, para poner al día a los morosos. Algo así como “dicho con todo respeto, usted les está causando bastantes problemas a los por mi gobernados”.

    Es que desde el gobierno que presidió Quirino Ordaz Coppel ha venido tantas veces a Culiacán Juan Ferrer a supervisar tales obras que una vez terminadas en lo físico necesitan del equipamiento clínico, sin concretar las acciones y dando la sensación los flamantes edificios de convertirse poco a poco en “elefantes blancos” destinados al deterioro y emblemas de disimulos faraónicos. En septiembre de 2022 el titular del Insabi ofreció que ahora sí dichas instalaciones estarían listas para entrar en operaciones, pero no cumplió ni esa vez ni las siguientes.

    Y así falló hasta que en la conferencia de prensa semanera del lunes 21 de noviembre el Gobernador tronó. Al tomarse muy en serio esa parte de la triada moral de la Cuarta Transformación, la de no mentir, Rocha Moya decidió asestarle la tunda al titular del Insabi por parte de un Mandatario que no está dispuesto a que lo traten con engaños los funcionarios estatales ni los nacionales porque en el embuste sólo florecen las negligencias y simulaciones que tienen un alto costo para la población.

    El mensaje es claro: con la salud de los sinaloenses no se juega y el Gobernador únicamente notifica a la Federación del hartazgo por las promesas incumplidas que abolla la confianza en el modelo que propone López Obrador de servicios médicos de primer mundo, “como los de Noruega y Dinamarca” con calidad, calidez, medicamentos suficientes y tecnología de vanguardia. Ese es el espíritu del reclamo que se generaliza y halló eco en Rocha Moya.

    A la gente le pareció bien. Muchas muestras de simpatía produjo la reprimenda de Rocha al Insabi en los segmentos sociales que durante más de un año han cultivado la expectativa de hospitales modernos, como son los casos del General y Pediátrico de Culiacán, y que el Centro de Salud Urbano escale a mejorar la medicina de primer contacto, y no se diga la empatía en el sector empresarial que intervino con todas sus capacidades logísticas y solidarias para evitar que la reciente pandemia de coronavirus dejara mayores daños que los ocasionados.

    Es inamisible que la cuantiosa inversión en los tres espacios clínicos, por el orden de los 2 mil millones de pesos, aparezca ante la vista de los culiacanenses como gasto dedicado a crear estructuras fofas, como cascarones sin polluelos. ¿Por qué no inyectarle los recursos adicionales, poco más de 70 millones de pesos, para que se adhieran eficientemente al icónico programa universal de salud IMSS-Bienestar que impulsa López Obrador?

    De seguro el dinero llegará, y pronto. La reclamación que lanzó Rocha Moya como no queriendo la cosa es útil para transitar del “por favor” al “ya estuvo bien que me quieras ver la cara” y sienta el antecedente de que cualquier integrante del Gabinete de AMLO que le haga el fuchi y guácala a Sinaloa recibirá la solicitud de cumplimiento de promesas, primero con la diplomacia requerida y después con la exigencia enérgica y pública.

    Ni modo que el Gobernador no esté acuñando el estilo de exhibir a los miembros de su equipo que aborrecen el fructífero trabajo territorial y aprecian la simulación de la labor desde el escritorio. La novedad es que esa forma de poner en movimiento a su gente la extiende a los integrantes del Gobierno Federal que ni siquiera son capaces de hacer realidad las acciones que López Obrador viene a prometer en Sinaloa.

    Ese será el modo de aquí en adelante porque al entrar al segundo año del sexenio el reloj político espolea a Rocha para que ofrezca los frutos más maduros de la Cuarta Transformación a la sinaloense, luego de 365 días de sentar las bases para los 5 años siguientes con las reformas legales, afinamiento de la estructura gubernamental, limpiar el camino de morenistas que creía leales, y la consolidación primero de los programas sociales.

    Reverso

    No se olvide el Insabi,

    Del término que aquí aplica,

    Que considera kimosabi,

    A quien un aliado significa.

    Actos de justicia

    En otro acierto de la administración que preside, el Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Jesús Madueña Molina, tiene listas en su escritorio las propuestas que presentará ante el Consejo Universitario para que, en caso de ser aprobadas, la Facultad de Medicina lleve el nombre de Carlos Alfredo Zambada Sentíes, y al Centro de Investigación y Docencia en Ciencias de la Salud se le asigne el de Rafael Valdez Aguilar, homenajes y actos de justicia para dos universitarios que le imprimieron una gran huella de vocación y dignidad a ambas instituciones puestas al servicio de los sinaloenses.