¿Cuál será el peor de los pecados? Dante Alighieri, cuando describió en su comedia los horrores del infierno, afirmó que el lugar de tormento se conforma por nueve círculos, donde se encuentran confinados, distribuidos y clasificados todos los más grandes pecadores.
En el anteinfierno, el poeta colocó a los cobardes e indecisos, entre los cuales se encontraba Poncio Pilato.
En el primer círculo colocó a los no bautizados, como Aristóteles, Horacio, Homero y Ovidio.
En el segundo círculo comienza propiamente el infierno; aquí se encuentran los lujuriosos e incontinentes, como Cleopatra, Helena y Aquiles.
En el tercero están los golosos; en el cuarto, los avaros y derrochadores, mientras que, en el quinto, los iracundos y los perezosos.
En el sexto círculo, Dante colocó a los herejes, pero con una notable peculiaridad: sus tumbas o sepulcros estaban en llamas, puesto que a los herejes se les quemaba en vida.
En el séptimo están los que actuaron con violencia, divididos en tres grupos: contra otros (asesinos), contra sí mismos (suicidas), contra Dios (blasfemos, sodomitas, usureros).
El octavo círculo contiene a los fraudulentos, divididos en 10 bolsas: seductores, aduladores, simoníacos, magos y adivinos, estafadores, hipócritas, ladrones, malos consejeros, sembradores de discordia, y, por último, los estafadores.
El noveno círculo es frío por encontrarse alejado y el aleteo de Satanás. Ahí se encuentran los traidores en un lugar dividido en cuatro zonas: traidores a su familia, a la patria, a los huéspedes, y, finalmente, a los bienhechores.
Sin embargo, Borges, desde una concepción muy diferente, en su poema El remordimiento, indicó el peor pecado: “He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz... No me abandona. Siempre está a mi lado la sombra de haber sido un desdichado”.
¿Me perdono?