El paro frustrado de Candelario Ortiz
Demasiadas lupas fiscalizan a la UAS

OBSERVATORIO
    La irreflexiva parálisis que impuso Ortiz Bueno, reprimiendo a quienes mostraron la osadía de rebelarse ante dicho dictado, ya adquiere mayor resonancia en los ámbitos local y nacional y pone sobre la mesa las cuestiones inherentes a la triste circunstancia uaseña, pues en instituciones, organismos y ciudadanos ocasionó la solidaridad con los jóvenes que exigían retomar el campus como espacio de la academia, inteligencia, civilidad y libertad.

    Resultó un mal cálculo político el que hizo el nuevo encargado del Despacho de Rectoría de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Candelario Ortiz Bueno, al proceder en forma precipitada al paro generalizado de actividades en la institución educativa, mismo que tuvo que detener ayer y soltar a miles de estudiantes y trabajadores que había tomado de rehenes para presionar a que interviniera en el conflicto la Presidenta Claudia Sheinbaum. Finalmente logró el efecto contrario al enfocar la atención del Gobierno federal hacia los tres ex rectores sujetos a procesos judiciales, el episodio del 25 de julio en Huertos del Pedregal y la Ilegitimidad de quien toma en sus manos la papa caliente que es la UAS.

    Ortiz Bueno, que era considerado un universitario templado y sesudo hasta antes de la respuesta irascible que dio cuando un Juez de Control resolvió sustituir a Robespierre Lizárraga Otero como el anterior encargado de Rectoría, decidiendo en dicha coyuntura ponerse al frente de la medida que afectó sólo por dos días a alrededor de 160 mil estudiantes, cerrándoles a éstos las aulas y enderezando la burda represión contra profesores insumisos ante el desafortunado paro.

    A como actúa la camarilla que pelea para que la UAS siga siendo una sucursal más del Partido Sinaloense, es evidente el desespero y la pérdida de pericia en la defensa de un cacicazgo. No logró sujetar a la Universidad a la anarquía que profesan unos cuantos, a quienes sí colocó bajo las lupas de la Presidencia de la República, Cámaras de Senadores y Diputados y de la Fiscalía General de la República. Y también obligó al gobierno de Rubén Rocha a llevar a otro nivel la estrategia de réplica a quienes lo acusan de atacar la autonomía universitaria.

    En realidad la publicación en medios locales y nacionales que hizo ayer el Gobierno del Estado informándole con detalle a la opinión pública sobre “los actos de corrupción de funcionarios de la UAS son los que en verdad violan la autonomía universitaria”, que dan cuenta de 10 causas penales por malos manejos de recursos públicos que suman 535 millones de pesos, es parte del expediente que la Secretaría de Gobernación les solicitó a la Fiscalía General y Poder Judicial de Sinaloa.

    La irreflexiva parálisis que impuso Ortiz Bueno, reprimiendo a quienes mostraron la osadía de rebelarse ante dicho dictado, ya adquiere mayor resonancia en los ámbitos local y nacional y pone sobre la mesa las cuestiones inherentes a la triste circunstancia uaseña, pues en instituciones, organismos y ciudadanos ocasionó la solidaridad con los jóvenes que exigían retomar el campus como espacio de la academia, inteligencia, civilidad y libertad. Por lo pronto se le frustró el paro como arma de chantaje que forzara a la Presidenta Claudia Sheinbaum a salvar a los que inmovilizan a la UAS.

    Al margen de la presión que ejercen sobre él los ex rectores Jesús Madueña y Robespierre Lizárraga, que ahora son el poder detrás del trono, a Candelario Ortiz le urgía mandarles a los centros nacionales de interlocución el guiño de reanudar las tareas académica y administrativas de la UAS dado el mal resultado y la peligrosa ruta que derivó del paisaje rosalino exánime porque ninguno de los cabecillas del pasismo tiene la voz completa ni la mente sosegada para determinar hacia dónde debe ir la Universidad. Quizá debieran consultar más a ex rectores como Jorge Luis Guevara Reynaga, David Moreno Lizárraga y Víctor Antonio Corrales Burgueño para que les alumbren a las conciencias oscurecidas que una y otra vez dan palos de ciegos.

    Otra prioridad en la UAS es la de subsanar la falla de origen que merma la representación legal de Candelario Ortiz. Lo puso en el cargo Lizárraga Otero sin tener facultades para ungirlo por haber sido inhabilitado en su desempeño, por orden judicial. Pero desde antes Robespierre había perdido legitimidad para conducir el gobierno rosalino: en octubre de 2023 rindió protesta en sustitución de Jesús Madueña; a los 40 días hábiles el Consejo Universitario debió designarlo como Rector interino y si la ausencia de Madueña excede los 80 días hábiles, como así sucede, tenía que convocar a elegir al nuevo Rector titular que concluyera el período con finiquito en junio de 2025.

    Es decir, las autoridades federales y estatales podrían desconocer de un momento a otro la aptitud legal de Candelario Ortiz al tomar, con la investidura hecha garras, decisiones en nombre de la Universidad. La pifia del paro patronal, insubsistente en la normatividad laboral, constituyó la primera pifia del Rector ilegítimo. La prisa por implementar la táctica consistente en agregarle desestabilización al Sinaloa de por sí en crisis de seguridad pública le evitó ser más astuto para que fuera el sindicato, afín también al PAS y al cuenismo, el que paralizara a la UAS.

    Pero a Jesús Madueña, Robespierre Lizárraga y ahora Candelario Ortiz, que en los hechos son tres rectores anómalos en funciones en la UAS, se les está cerrando el mundo y no ven más allá de los apetitos personalísimos. Qué van a percibir que aún en el PAS o en el campus hay refrentes de dignidad que los pueden ayudar a tomar conciencia del itinerario al colapso que tal gavilla perniciosa le traza a la UAS. Debieran aprender la lección del paro que naufragó al tener la vida efímera de todo aquello que se gesta en la sinrazón.

    Reverso

    Este paro universitario,

    Fundado en la alevosía,

    Será la huella de Candelario,

    En su paso por la Rectoría.

    Malos aprendices

    Se está notando demasiado en la UAS la ausencia del liderazgo y rectorado de facto que Héctor Melesio Cuén Ojeda ejerció de 2005 a 2024, porque con el trágico final de éste sus pupilos han incurrido en error tras error olvidando en dos meses y medio todo vestigio del esquema “aprieta y suelta” que “el maestro” les enseñó. Los malos aprendices se van al extremo con el modelo que traen, de apretar hasta asfixiar, aplicándoselo inclusive a la Universidad . Ni se le hubiera ocurrido a Cuén secuestrar de esta manera a la máxima casa de estudios, tomando de rehenes a los estudiantes.

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