Amar el mar va mucho más allá de apreciar su vasta extensión azul y sus playas de arena suave; implica adentrarse en un mundo fascinante donde la vida florece en formas asombrosas y únicas. Los mares mexicanos, en particular, son hogar de criaturas que despiertan nuestra admiración y nos instan a proteger sus ecosistemas únicos. Entre estas maravillas se encuentra el murciélago pescador.
Con el nombre científico Myotis vivesi, este peculiar murciélago es una joya exclusiva de México, cuya presencia se limita a unas pocas islas del Golfo de California. Su singularidad se debe a un fenómeno llamado “endemismo”, donde una especie se encuentra solo en una región específica del mundo; es decir, este murciélago es una especie endémica de México.
El murciélago pescador se distingue por su dieta, compuesta principalmente por pequeños peces. De hecho, es el único murciélago marino del mundo que depende enteramente del mar para subsistir, pues de sus presas obtiene todo lo necesario para su crecimiento y reproducción, desde nutrientes hasta agua.
Estos diminutos mamíferos, de pelaje blanco en el pecho y café en la espalda, poseen ojos redondos y orejas alargadas ligeramente puntiagudas. Tienen el tamaño de una pluma o bolígrafo, unos 16 cm de longitud, y un peso de tan solo 27 gramos, lo equivalente a la mitad de un huevo de pollo mediano.
Uno de los aspectos más fascinantes de esta especie son sus patas, notoriamente grandes en comparación con su pequeño cuerpo, llegando a medir hasta 2.4 cm. Equipadas con garras aplanadas en forma lateral, estas extremidades se convierten en ganchos hábiles para capturar presas en su entorno marino. Además, la piel en medio de ellas se ha modificado entre los miembros posteriores, formando una bolsa de aproximadamente 7 cm que usa para transportar a sus presas por el agua; es como si el murciélago pescador llevara consigo su propia red de pesca.
Estas adaptaciones únicas son testimonio de la asombrosa evolución del murciélago pescador, un ser excepcionalmente adaptado a la vida en el mar y un símbolo de la rica diversidad que habita en nuestros mares mexicanos. Pero no es la única especie endémica que vive en ellos.
En nuestros mares existen cientos de estas especies, entre las que destacan mamíferos marinos como la vaquita marina (Phocoena sinus), diversas especies de corales, cientos de peces como la totoaba (Totoaba macdonaldi), moluscos, crustáceos, equinodermos y hasta aves marinas. Todas estas especies son un recordatorio de la extraordinaria variedad de vida que habita en nuestros mares y la importancia de protegerlos para las generaciones futuras. Cada vez que admiramos al murciélago pescador, renovamos nuestro compromiso con la preservación del mar y todas sus fascinantes criaturas.
Referencias:
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* La autora Mariana Reyna-Fabián (@marcciana25) es Doctora en Medio Ambiente y Desarrollo en Oceana en México (@OceanaMexico).
