El mes de los gimnasios y la sociología del cuerpo

ENTRE COLUMNAS

    Muy probablemente uno de sus objetivos para este año nuevo fue volver a hacer ejercicio y bajar de peso, ¿O me equivoco? En todo el mundo occidental éste es uno de los deseos más anhelados por la población cada año, sobre todo en esta época pos navideña, en la que ganamos algunos kilos; producto de las posadas y cenas familiares. No es casualidad que en el mes de enero es cuando hay mayor número de asistentes en los gimnasios y las visitas al nutriólogo aumenten.

    Más allá de la salud física, la preocupación por la apariencia corporal, es relativamente nueva. Se podría decir que ésta llega a mediados del siglo XX con la llamada “revolución sexual” y la consecuente “liberación del cuerpo”.

    Después de la Segunda Guerra Mundial, en Estados Unidos surge un movimiento social que supuso la reivindicación y recuperación plena del cuerpo humano y su exposición pública, que rápidamente se expande por toda América Latina. Es en este periodo histórico en el que los concursos de belleza y de fisiculturismo tuvieron su auge, eventos fuertemente criticados en años anteriores.

    Esta revolución social, impulsada por los jóvenes principalmente, fue contra un sistema de valores considerado represor, anticuado, y cuya transformación se consideraba necesaria para promover el desarrollo individual. Las prácticas y los discursos que surgieron de ahí proponían o exigían un barrido radical de las viejas estructuras sociales.

    En aquellos años sesentas, las mujeres se incorporaron al mercado laboral, liberaron su cuerpo y empezaron a usar prendas como la minifalda; que vendría a revolucionar tanto el pensamiento, como el armario de las mujeres de aquella época. Hasta entonces, el largo de la falda no había rebasado la rodilla. También las chicas estadounidenses importan de Francia el famoso bikini y se populariza en las playas de California.

    Por supuesto con esta liberación del cuerpo y su creciente exposición pública, trajo consigo la preocupación por cuidarlo; por tener un porte atlético, y es cuando nace la demanda por los gimnasios, por los spa´s, por el arte corporal y otros tratamientos cosméticos.

    A raíz de estos movimientos sociales, el físico es objeto de estudio por una parte de la sociología: la sociología del cuerpo. Ésta se interesa por la corporalidad humana como fenómeno social y cultural, como materia simbólica. Desde este enfoque, el hombre no es producto de su cuerpo, sino que el cuerpo es producto de su interacción con el mundo que lo rodea.

    Y es que, el cuerpo dice mucho del individuo, habla de su status socioeconómico y de sus hábitos. Por ejemplo, en el periodo del renacimiento, en un contexto de pobreza y subdesarrollo, en el que el grueso de la población era muy delgada, el tener sobrepeso era un signo de distinción y prestigio. Esos cuerpos obesos quedaron plasmados en obras de arte en las que la “barriga burguesa” era un símbolo de superioridad económica.

    Pero volviendo a la actualidad, el cuidado estético del cuerpo se ha convertido también en una distinción, y por lo tanto, en una necesidad de lujo. Tal vez una necesidad construida y potenciada por los medios de comunicación masiva y las redes sociales. Tal cual otras necesidades y símbolos de distinción, como tener el celular más costoso, ropa de marca, o aquel auto deportivo. Un cuerpo atlético dice que la persona tiene el tiempo libre para trabajarlo, recursos económicos para su cuidado, que se alimenta bien, y que goza de salud.

    El cuidado del cuerpo es importante en primer lugar, precisamente por salud personal, paradójicamente, algunas personas en ese deseo de verse cada vez mejor, toman “atajos” usando anabólicos y/o esteroides, que a la postre su consumo es negativo para la propia salud. O cirugías estéticas que están tan de moda.

    Es tradición de año nuevo, proponerse mejorar en todos los aspectos personales, o alguno en particular. Y por supuesto, el vernos bien ante la sociedad, es un anhelo que todos tenemos en las sociedades occidentales modernas.

    Así que, estimado lector, si usted es un amante del gym, tenga paciencia y motive a esa persona nueva que se incorporó en el mes de enero. Igual que usted, es víctima de una necesidad socialmente construida.

    Es cuanto...