El líder, ¿nace o se hace?

DUEÑEZ* EMPRESARIA
    La pregunta de si los líderes nacen o se hacen sigue generando debate. Las respuestas suelen ser ambiguas y varían según la perspectiva. Para muchos empresarios, el saber cómo identificar el talento de líderes potenciales en su organización es fundamental.
    La esencia del liderazgo moderno radica en saber ejercer el poder, que se ha convertido en la ventaja competitiva personal más relevante en estos tiempos de cambio. Un líder que no puede hacerse escuchar ni influir en los demás difícilmente será efectivo.

    Es común que las empresas en crecimiento no encuentren a las personas idóneas para aprovechar las oportunidades que se les presentan. Entonces, surge la pregunta: ¿qué necesitamos para dar el siguiente paso? La respuesta suele ser la misma: ¿Quién se hará cargo de los nuevos proyectos?

    Al evaluar a los candidatos para puestos importantes en organizaciones en transición, encontramos individuos con conocimientos, habilidades técnicas y experiencia. Sin embargo, la gran incógnita es si podrán liderar efectivamente desde posiciones gerenciales y directivas. Esta duda complica el proceso de selección. Es esencial clarificar cómo identificar la capacidad de liderazgo en los candidatos.

    Los conceptos de liderazgo han evolucionado. Hoy en día, los directivos no solo supervisan y controlan, sino que también integran equipos complementarios, coordinan a sus colaboradores y fomentan su crecimiento personal y profesional. Este nuevo enfoque requiere un tipo de líder diferente. Ya no es suficiente ser el más competente en las tareas del área; ahora, es esencial conocer a las personas: sus comportamientos, personalidades, talentos, y cómo se adaptan al equipo. Se valoran atributos distintos.

    La esencia del liderazgo moderno radica en saber ejercer el poder, que se ha convertido en la ventaja competitiva personal más relevante en estos tiempos de cambio. Un líder que no puede hacerse escuchar ni influir en los demás difícilmente será efectivo. Pero el ejercicio del poder ha cambiado de significado. Ya no se trata de dominar, mandar u obligar. Ese estilo de liderazgo está quedando en el pasado. El líder de hoy impulsa el crecimiento de los demás, motivándolos a alcanzar metas más altas, tanto por el desarrollo de sus habilidades como por su capacidad de compromiso.

    En la actualidad, el liderazgo se enfoca en tres grandes tareas: desarrollar y compartir una visión de futuro, empoderar a los colaboradores y brindar retroalimentación constante. Estos son los ámbitos donde debemos buscar las habilidades de nuestros líderes.

    Desarrollar y Compartir una Visión de Futuro: La primera y más crucial tarea de un líder es ser visionario. En este sentido, las capacidades necesarias están relacionadas con la proactividad y el pensamiento sistémico. Quien tiene una perspectiva global comprende los complejos procesos de negocio y se atreve a hacer propuestas sensatas; puede proyectar una visión. Luego, el reto es comunicar y crear compromisos. El visionario no solo diseña su visión, sino que también la comunica y compromete a su equipo con ella. Busquemos dirigentes que sepan lo que quieren, piensen por cuenta propia y se comuniquen eficazmente; estos suelen convertirse en líderes visionarios.

    Empoderar a los Colaboradores: La habilidad para empoderar a los colaboradores es la segunda cualidad gerencial que buscamos. Es fundamental que el líder sepa trabajar en equipo, se adapte a personas con diferentes perfiles y comparta la responsabilidad. Lo importante es identificar a aquellos que sepan hacer que las cosas sucedan con el apoyo de los demás, compartiendo el esfuerzo y el mérito. Un líder efectivo sabe que su éxito depende del éxito de su equipo.

    Retroalimentación constante: La última característica clave es la capacidad de dar retroalimentación a los colaboradores. Quien domina esta habilidad da seguimiento y apoyo a su equipo, mide su progreso y los motiva. Esta cualidad es más difícil de detectar en quienes no han ejercido un rol de liderazgo. Es crucial verificar que el aspirante cumpla con sus compromisos y sepa exigir lo mismo a los demás. Un líder que no se exige a sí mismo ni a los otros no podrá liderar efectivamente.

    Aprender a manejar el poder es vital en cualquier organización que aspire a competir en el mercado global. Podemos hacerlo desde nuestros talentos personales. Algunos ejercerán el poder siendo buenos administradores, optimizando recursos a través de la planificación y el control. Otros serán mejores emprendedores, optimizando oportunidades mediante la innovación y la toma de riesgos. Algunos serán excelentes operadores, respondiendo con diligencia y habilidad en el terreno. Otros, finalmente, destacarán como directores, diseñando estrategias, fijando objetivos y guiando a su equipo para alcanzarlos. Ninguno tendrá todas estas características, pero brillará en alguna de ellas.

    Además, tanto hombres como mujeres con habilidades de liderazgo tienen diferentes capacidades y conocimientos, así como distintos estilos para relacionarse y desempeñar sus funciones. No obstante, la relevancia de estas diferencias parece estar disminuyendo. Lo crucial son esas cualidades humanas que sustentan el trabajo visionario, la capacidad de empoderar y la habilidad de proporcionar retroalimentación. Conocer bien a nuestro equipo nos permitirá tomar decisiones acertadas y fortalecer el liderazgo dentro de nuestra organización.

    * “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.

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    Presidente y Socio Fundador de CEDEM.

    c_dumois@cedem.com.mx / http://www.cedem.com.mx

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