El Gobernador y los pretensos al Senado. Anticipada en Sinaloa la ‘euforia guinda’
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A punto de darse la voz de arranque para el proceso electoral de 2024, sitio de partida que el 18 de marzo adelantó atisbos de lo crucial y atroz que será, empieza a cobrar forma la pregunta de cuáles serán los funcionarios del Gabinete de Rubén Rocha Moya que en pocas semanas tendrán que renunciar para competir por cargos de elección popular, pero la interrogante bien puede virar a ¿quiénes están dedicados a proyectos políticos personales y pasan a segundo término la obligación de sacar adelante el régimen de la Cuarta Transformación de Sinaloa?
Más allá de hacerle consultas a la ouija, importa poner atención a lo que expresa en público Rocha Moya de sus colaboradores. La sinceridad que permea de La Semanera (ayer no fue la excepción al insistirle a sus funcionarios que atiendan solicitudes de información que hacen los periodistas), en las entrevistas banqueteras o los quirúrgicos cambios en secretarías, vale para los cálculos en torno a los perfiles que pintan para el Senado de donde podría salir el siguiente Gobernador en 2027. Casi por nada se nota cada día más el desasosiego en algunos de los pretensos.
En vez de los nombres lo que importa es la lealtad al movimiento de izquierda que encabezan López Obrador en México y Rocha Moya en Sinaloa, elemento a valorar que a la fecha deja fuera de la jugada a los ex alcaldes de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, y de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, quienes desde 2018 se perfilaban a la Cámara alta. La misma coyuntura le sube los bonos futuristas a Édgar González Zataráin y Juan de Dios Gámez Mendívil, actuales presidentes municipales.
Si viéramos una fotografía del instante actual, en el team rochista puntean Feliciano Castro Meléndrez y Graciela Domínguez Nava, por aquello de la paridad de género. Sin embargo, la integración de esta dupla depende de que la actual Senadora Imelda Castro determine buscar o no la reelección en una especie de servicio civil de carrera que al interior del Movimiento Regeneración Nacional se valora mucho en razón de los buenos resultados que la sinaloense le ha aportado a la función legislativa.
En el caso de Feliciano Castro Meléndrez, hoy presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, la evaluación consistirá en qué tanto le han afectado la imagen y la aceptación electoral las muchas batallas que libra como líder de la 64 Legislatura. Y antes de que la decisión se tome falta por ver cómo opera en la prueba de fuego a la que en estos momentos es sometido: la reforma a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa por derivación de la recién aprobada Ley de Educación Superior.
A Graciela Domínguez también le quedan varias asignaturas por aprobar. La labor que realiza en la Secretaría de Educación Pública y Cultura le representa escollos a librar después de que el Gobernador le allanó el camino para un mejor desempeño, no obstante que un cambio de titular en la SEPyC a estas alturas y en tales circunstancias pareciera inviable. En tanto, un factor de rencor se prepara para saltar a la hora adecuada y tiene que ver con los recientemente cesados de la dependencia, y aparte acusados de corrupción, con Horacio Lora al frente, que lavarían sus nombres en el contexto electoral.
Otra de las piezas de Rocha Moya en el ajedrez sucesorio lo es sin duda el Secretario de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, a quien le vendría la nominación al Senado directamente del Mandatario sinaloense pues no anda en precampaña ni tiende puentes aspiracionales hacia el partido en el poder. En caso de ocurrir, el que perdería sería el jefe del Ejecutivo al desprenderse del funcionario de mayor confianza y quien tiene bastante que ver con la gobernabilidad sinaloense.
Adicionalmente, si se tratase de cubrirle las cuotas al sector femenino, allí están Merary Villegas, la actual dirigente estatal de Morena, que todo indica ha moderado sus filias con “El Químico” defenestrado, y los resultados de la elección de síndicos le podrían significar subirse a la lista; María Inés Pérez Corral, cuyo manejo de la Secretaría del Bienestar y Desarrollo Sustentable le exige dar más, y María Teresa Guerra Ochoa, Secretaria de las Mujeres, cuyo trabajo arroja buenos logros en el área de su competencia.
Un elemento externo que operaría como efecto dominó tiene que ver con la eventualidad de que Adán Augusto López Hernández resulte con la postulación de Morena a la Presidencia de la República y meta a Héctor Melesio Cuén Ojeda, líder del Partido Sinaloense, en la pelea por las senadurías. De ser así, repercutirá en aquellos que sienten que ya tienen en la bolsa la candidatura y en realidad no pueden estar seguros hasta que Rocha Moya los palomee, y se defina la mujer o el hombre que buscará suceder a López Obrador.
En concreto, los episodios previos a la elección de 2024 se han desatado y las piezas del ajedrez sucesorio se mueven hasta por inercia propia, adelantándose a los desplazamientos que haga el ajedrecista. Además, la euforia guinda tiende a desencadenar pasiones y en caso de salírsele de control al Gobernador Rocha repercutiría en la solidez de la administración pública estatal que se enfila a los dos años con cambios permanentes respecto al equipo original de gobierno.
De Mocorito y su gentío,
Rocha aprendió que aquí,
Es mejor “caballo” un rocío,
Que cualquier alazán fifí.
Rubén Rocha se adhirió ayer a la condena que planteó López Obrador respecto a la incitación a la violencia que hicieron algunos morenistas al quemar durante la concentración del 18 de marzo un monigote que representaba a la Ministra Norma Piña, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Muy bien que Rocha Moya se anticipe y prevenga en Sinaloa ese tipo de fanatismos que proponen el exterminio del contrario, como el panfleto distribuido el mismo día que advierte que serán eliminados los periodistas con malos pensamientos contra AMLO.