"El frágil CPC del Sistema Anticorrupción. Si el gato se duerme, el ratón hace fiesta"
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Si el Sistema Estatal Anticorrupción es tan eficiente como lo creen y presumen sus integrantes, sin duda alguna las organizaciones de la sociedad lo estarían reconociendo. Sin embargo, el posicionamiento dado a conocer ayer por las ocho entidades no gubernamentales de mayor participación cívica en Sinaloa enciende los sensores de fallas que los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, podrán apagar solamente con la determinación para corregir un mecanismo precozmente enmohecido y muy cerca de trabarse por completo.
Podrá haber alegatos en defensa propia al interior del Sistema Estatal y Municipal Anticorrupción de Sinaloa, pero las razones que expone la sociedad pesan mucho más y desestimarlas o descalificarlas agudizaría la crisis en el aparato que defiende la transparencia. Esta iniciativa para reformar y reforzar el modelo actual, más que una embestida contra lo que hay es la oportunidad de bordar enmiendas a lo que está mal y amenaza con empeorar.
Cualquiera que alucine un interés distinto al de la enmienda en el pronunciamiento, procede a autoeliminarse como miembro de la maquinaria anticorrupción. De ninguna manera puede estar en la trinchera institucionalizada a favor de la impunidad aquel que cobra un salario o blande una convicción por la rendición de cuentas y la sanción jurídica en la comisión de delitos contra el patrimonio público. Nunca se les dijo que ese recurso público que los remunera es para elaborar una venda de billetes para que no vean los agujeros del queso de la corrupción donde duermen a placer los roedores del erario.
Entonces urge asumir como faro en la oscuridad de las negligencias lo que plantean el Colectivo de Mujeres Activas de Sinaloa, Coparmex Sinaloa, Iniciativa Sinaloa, Mexicanos Primero Sinaloa, No se Metan con Nuestras Hijas, Observatorio Ciudadano de Mazatlán, Parlamento Ciudadano Sinaloa, Vigilantes Ciudadanos y activistas anticorrupción como Evangelina Arellano, Magdiel Leyva Obeso, Marlene León Fontes, Sheila Arias y Sibely Cañedo. ¿Busca el SEMAS una luz al final del túnel de la pasividad y abulia? Pues aquí la tiene.
Los núcleos cívicos detectan que “el Sistema Anticorrupción de Sinaloa se halla en un punto crítico, a más de dos años de haber iniciado no mantiene una agenda dinámica, pública y abierta orientada al combate a la corrupción, como es su esencia, y no hay muestras claras de que opere como un sistema coordinado para disminuir la corrupción”.
“El Sistema Estatal y Municipal Anticorrupción de Sinaloa parecía que tenía el andamiaje legal para operar de forma adecuada. Como al Sistema Nacional, al de Sinaloa se le proveyó de elementos innovadores, uno de ellos fue la creación de una Comisión de Selección elegida por el Congreso del Estado que tiene la responsabilidad de designar al Comité de Participación Ciudadana. Es decir, en teoría: ciudadanos y ciudadanas eligiendo a ciudadanos y ciudadanas”.
“Parecía que con estas leyes se iba a garantizar un modelo eficaz, pero no ha sucedido, ya que ha sido muy complejo, por ejemplo, que la Comisión de Selección transparente los procesos y calificación de las personas que concursan para integrar el CPC, y que garantice la paridad de género. Grupos de sociedad civil notamos una Comisión de Selección enfocada en elegir a personas que, a su criterio, cumplen con los requisitos de ley, pero en algunos casos sus hojas de vida revelan mayor formación en estructuras del poder político y/o administrativo de Gobierno, y escasa formación en temas de combate a la corrupción desde la participación ciudadana, considerando que este último debe de ser el requisito ideal para ocupar estos cargos”.
Plantean que sean aspirantes al CPC aquellas personas que hayan dejado el servicio público al menos siete años atrás de su inclusión en el órgano ciudadano. “Ese lapso, consideramos, es el prudente para que un funcionario haya disminuido considerablemente sus vínculos con las estructuras gubernamentales de poder y de intereses. La ley actual solo contempla candados para algunos cargos, pero deja abierta la puerta para una alta cantidad de mandos similares, altos y medios, lo que aumenta el riesgo de una captura oficial”.
Ajustarle las partes flojas al CPC se tiene que hacer partiendo de nivelar los tornillos oscilantes de la Comisión de Selección. Nada es tan preocupante para las sociedades modernas que el hecho de notar que duerme el gato de la vigilancia ciudadana mientras pasan por encima de él los ratones que con descaro lúdico se llevan las grandes tajadas del queso de la corrupción. Y sí: con el CPC ausente, las ratas de dos patas andan de fiesta.
Reverso
A los órganos anticorrupción,
Se les mira con frecuencia,
Haciéndoles reverencia,
A la madriguera y al ratón.
Al que obra mal…
Una vez publicadas las reformas a la Ley de Obras Públicas de Sinaloa, el siguiente paso, más rápido que el anterior, es la implementación de las nuevas disposiciones. En esta área gubernamental está la costra una y otra vez removida de la llaga purulenta de la corrupción. A todos conviene, más al Gobernador Quirino Ordaz Coppel, que se sanee todo el proceso de licitación, asignación y supervisión de obra pública y que bajo la vigilancia de más y auténticos testigos sociales la deshonestidad deje de ser el estigma que invariablemente arrastra cuanta administración pública pasa por palacio de gobierno. Obras son amores y no buenos negocios hechos al amparo del poder político.