El empleo y las presiones inflacionarias

TIERRA NUESTRA
04/06/2022 04:05

    INEGI hizo públicos los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondiente al cierre del mes de abril del año en curso. Según estos datos, el país registró una tasa de desocupación de 3% en abril, un nivel bajo no observado desde abril de 2005, 3.1%.

    Para una mejor apreciación de lo que implica dicha tasa porcentual, tómese como referentes a las tasas anuales observadas en diferentes momentos de la evolución del ciclo económico de México. En el año 2000 se registró una tasa de 2.6%, mayor a la observada un año antes, 2.5%. Sin embargo, la tendencia se mantendría ascendente en general hasta situarse en 3.5% en 2008. Este último año corresponde al estallido de la crisis financiera global.

    La crisis global afectó severamente a la economía del país, llevando la desocupación hasta una tasa de 5.1% en 2009, para llegar a 5.3% en 2011. Desde entonces, con algunas oscilaciones, bajaría hasta 3.6% en 2018. En 2019, el primer año de la presente administración federal, la tasa caería a 3.1%, pero la pandemia vendría a elevar la tasa de desocupación hasta un 4.5% en 2020 y 4.1% en 2021.

    Lo que se está observando es una recuperación del empleo mucho más rápida al salir de la pandemia que después de la crisis global. Una tasa de 3% en un marco de tendencia a la baja expresa la inclinación a la recuperación del mercado laboral. No obstante, dado que se está en una situación de alza en los precios, también sugiere un apretamiento de los márgenes para hacer disminuir la desocupación sin alentar presiones inflacionarias.

    De acuerdo con la información de Inegi, la recuperación del empleo ha ocurrido en 7 de 12 actividades económicas, las cuales están relacionadas con el sector servicios, como comercio, restaurantes y servicios de hospedaje.

    No se trata de las actividades de mayor productividad del trabajo, pero han permitido la absorción de mujeres y el aumento de los demandantes de empleos, es decir de la Población Económicamente Activa (PEA), así como la disminución de la tasa de informalidad laboral, de 55.8% a 55.5%. Esa pauta de comportamiento sugiere que ha sobrevenido una recuperación sólida del mercado laboral.

    En el contexto actual del ciclo económico, el crecimiento sostenido es producto de la tendencia a la recuperación de las actividades económicas del sector servicios, el cual es altamente demandante de fuerza de trabajo. Desde luego hay otros factores que también están influyendo, como la estabilidad que se observa en las finanzas pública o el comportamiento del sector externo. En el presente, la aspiración debe ser recuperar el marco estable de precios para no dar espacio a una desaceleración económica.

    En el momento actual, los problemas en los mercados laborales son de otro tipo, no propiamente la existencia de un desempleo elevado. Cabe señalar que empresas en diversas actividades están encontrando dificultades para encontrar suficientes trabajadores a los niveles salariales vigentes. Una manera de ver esta falta de fuerza laboral es la frecuencia con la que se encuentran avisos ofreciendo empleos en Culiacán.

    La escasez de trabajadores eventualmente podría alentar el incremento de las remuneraciones, si bien aún no se está en esta circunstancia; o estimular que los sindicatos demanden aumentos salariales más allá de lo conveniente, para reponer el poder adquisitivo dañado por el alza de los precios. Por otra parte, también podría afectar la trayectoria hacia el aumento de los salarios mínimos definida por el Gobierno Federal.

    El país está en otro momento en lo que se refiere a fuera laboral, existen factores estructurales que están condicionando el aumento de la oferta de trabajo que van más allá de la coyuntura, pero esto requiere de otro abordaje.