Es muy conocida la ópera de Ruggero Leoncavallo, Payasos, en la que se narra un inmenso drama. El payaso debe actuar, aunque no esté en las condiciones adecuadas para hacerlo, ya que el dolor le corroe el alma.
Hoy, sin embargo, queremos referirnos a unas conferencias que dictó Joseph Ratzinger en 1967 a los estudiantes de la Universidad de Tübingen, y que fueron recopiladas en un libro titulado Introducción al Cristianismo, editado en 1983 por Ediciones Sígueme.
En esta obra, el actual Papa Emérito, Benedicto XVI, se fundamentó en el conocido relato del filósofo Sören Kierkegaard sobre el payaso de la aldea, y que el teólogo baptista Harvey Cox resumió en su libro La ciudad secular.
Un circo de Dinamarca se incendió y el director pidió a un payaso que pidiera ayuda a la aldea vecina, para evitar que las llamas llegaran hasta esa aldea. Sin embargo, por más que el payaso urgía a los habitantes de esa comunidad no logró que le creyeran.
Los aldeanos reían pensando que se trataba de un truco del payaso para atraer más audiencia a la siguiente función. Entonces, el fuego se extendió por los pastizales secos y llegó hasta la aldea, la cual fue consumida totalmente.
Ratzinger explicó que Harvey Cox utilizó esta metáfora para explicar la razón de que el mensaje teológico no arraigue en el corazón del hombre actual: “Con esta narración ilustra Cox la situación de los teólogos modernos, y ve en el payaso, que no puede conseguir que los hombres escuchen su mensaje, una imagen del teólogo a quien no se le toma en serio si viste los atuendos de un payaso de la edad media o de cualquier otra época pasada”.
¿Soy congruente con mi mensaje? ¿Me adapto a la situación vital?