El drama de la pobreza
y el desempleo en México

    Ni los subsidios del gobierno, ni las benditas remesas son suficientes para mejorar la condición de los mexicanos, si no se tienen suficientes empleos, lo que este gobierno no quiere ver.

    Este mes se han dado a conocer dos estudios muy importantes y muy inquietantes no sólo a nivel de México como país, sino a nivel global pues afecta e interesa a todos los países. Uno de ellos es el resultado de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI y el otro es el primer informe de evaluación del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU. En esta ocasión se verá el primero de ellos y en otro artículo se tratará el informe de la ONU.

    Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), México tenía en 2020, 55.7 millones de pobres, es decir, 3.8 millones más que los que se tenían en 2018. Se considera que se es pobre cuando no se tienen ingresos suficientes para sus necesidades, más alguna de las siguientes seis carencias: rezago educativo; servicios de salud; vivienda, alimentación, seguridad social y servicios básicos. Así el porcentaje de la pobreza en México llega ya a 43.9 por ciento y se reporta que aumentó la pobreza en 19 Entidades. Aumentó el número de pobres en Quintana Roo llegando a 47.5 por ciento de su población; Baja California Sur con 27.6 por ciento de su población y Tlaxcala que tiene 59.3 por ciento.

    Lo más grave es que también se incrementó la pobreza extrema que pasó de 8.7 millones en 2018, a 10.8 millones en 2020; ahora se tienen 2 millones más de personas en pobreza extrema, se pasó de un 7 por ciento a un 8.5 por ciento en dos años. Por pobreza extrema se entiende que está una persona sin ingresos suficientes para la canasta alimentaria y sufre tres o más de las carencias sociales mencionadas. Todo esto, a pesar de que en 2020 se contó con un presupuesto de 293 mil millones de pesos (El Universal del 6 de agosto) para los programas sociales.

    Según los analistas, una parte de estos resultados se debe a la pandemia que obligó a cerrar negocios y a despedir empleados, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas, pero además porque el gobierno no implementó una política de apoyo a estas empresas, ni incrementó la inversión pública, obstaculizó la apertura de nuevos negocios principalmente en el sector energético y además entró en conflicto con las empresas farmacéuticas, las distribuidoras de medicamentos y con empresas extranjeras.

    Habría que agregar que el ingreso total por persona cayó un 6.9 por ciento, pero en el ingreso específico de los trabajadores con empleo el ingreso disminuyó 10.3 por ciento.

    El factor que más debió de haber ayudado es el de las Remesas que en 2020 alcanzaron más de 40 mil millones de dólares, es decir, alrededor de 800 mil millones de pesos, más del doble del presupuesto para programas sociales en México. Sin embargo, parece ser que no todas las remesas llegan a los pobres, sino que se sospecha que parte de ellas son envíos hormiga de los narcotraficantes: en cualquier caso, benditas remesas de los mexicanos en situación de legalidad o ilegalidad.

    Según análisis de Carlos M. Urzúa, se calcula que precisamente la carencia de servicios de salud fue una de las más afectadas pues subió de 16.2 por ciento a 28.2 por ciento en los dos últimos años, esto como consecuencia de que el gobierno desmanteló el sistema de salud eliminando el Seguro Popular que atendía a 16 millones de personas, estableciendo en su lugar el INSABI, sin experiencia ni vocación, desplomando así el servicio de salud universal y gratuito y con ello se incrementó la pobreza con más de 2 millones de mexicanos por este factor.

    Toda proporción guardada, en Estados Unidos, a pesar de la pandemia que les pegó incluso más fuerte que en México, se calcula que este año habrá 20 millones de pobres menos que en 2018, es decir bajarán en 45 por ciento, lo cual se atribuye a los múltiples apoyos del gobierno con el seguro al desempleo, los subsidios a las empresas para que no cerraran ni despidieran personal y mejorando e incrementando los servicios públicos, principalmente en salud.

    Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, la población ocupada en México era de 55.1 millones de personas a junio de 2021, es decir, 678 mil puestos menos que en marzo de 2020 cuando empezó la pandemia, pero habría que agregar que durante ese tiempo los jóvenes mayores de 15 años se incrementaron en 2.2 millones de jóvenes que tampoco encuentran trabajo, por lo que el problema del desempleo es todavía mayor pues casi llegaría a 3 millones de mexicanos.

    La conclusión a la que se puede llegar es que ni los subsidios del gobierno, ni las benditas remesas son suficientes para mejorar la condición de los mexicanos, si no se tienen suficientes empleos, lo que este gobierno no quiere ver.