Annibale Carracci fue un pintor del periodo barroco que nació en Bolonia y se formó en Roma, considerado el rival de otro gran artista apodado Caravaggio (Michelangelo Merisi). Es conocido sobre todo por los frescos que pintó en el techo del Palazzo Farnese (hoy Embajada de Francia), en Roma (curiosamente, en ese palacio también tiene lugar el segundo acto de la ópera Tosca, cuando el maquiavélico Scarpia intenta seducirla).
Carracci pintó muchos frescos, pero hoy queremos recordar su pintura denominada “Hércules en la encrucijada” (Ercole al bivio), realizada en 1596, que se puede admirar en el Museo di Capodimonte de Nápoles.
La pintura muestra a un Hércules pensativo, mientras reflexiona qué camino tomar en una encrucijada, pues está ante dos damas que le señalan escenarios muy diferentes. A su derecha, tiene un camino áspero y sinuoso, que le muestra a lo lejos una imponente montaña y un cielo azulado. A su izquierda, por el contrario, es un camino ancho y plano, con un atractivo bosque con muchas flores y aves; sin embargo, después de este bello escenario, el paisaje se ensombrece y termina en una densa e inhóspita bruma.
La dama de la derecha (Afrodita), le dijo que se llamaba Placer, alegre y dichosa, y le prometió una vida cómoda y tranquila, sin ninguna dificultad, problema ni tormentas; todo sería felicidad, música y alegría.
La de la izquierda (Atenea), a su vez, se identificó como Trabajo, virtud, deber. Indicó que no le prometía nada fácil ni sencillo: el camino no era recto y llano, sino difícil y serpeante, por lo que todo lo que consiguiera sería con base en su trabajo, esfuerzo, paciencia y dedicación.
Ése, también, es nuestro dilema y encrucijada.
¿Elijo el vicio o la virtud, el camino fácil o el difícil?