La Universidad Nacional Autónoma de México se fundó en 1910 bajo un escenario postrevolucionario caracterizado por la inestabilidad política en el país y bajo los criterios de constante cambio de quienes ejercían en ese tiempo la autoridad.
Paralela a la imposición de reglas para aumentar los grados educativos (como ejemplos: incrementar un año al bachillerato, imponer la obligatoriedad del examen profesional para la Facultad de Derecho), grupos estudiantiles fueron organizando congresos y reuniones cada vez más frecuentes exigiendo puntos diferentes sin éxito y demandando voz en la junta de gobierno. La fuerza estudiantil subida de tono y la falta de diálogo, derivó en enfrentamientos campales donde hubo heridos y muertos, donde se usó la fuerza gubernamental (primero apoyada en el Cuerpo de Bomberos, después en las policías).
Entendiendo lo grave de los sucesos el entonces Presidente Emilio Portes Gil, emitió un decreto el 23 de mayo de 1929, reconociendo a favor de la UNAM su propia Ley Constitutiva, donde se instituye Jefe de la Universidad al titular del entonces Ministerio de Instrucción Pública y reconociendo como Gobierno al Consejo Universitario (de composición múltiple), así como instituyendo la figura del Rector nombrado por el Presidente de la República. Así se dice que ese día, los estudiantes obtuvieron la Autonomía para la Universidad y conmemoran su día.
Las restricciones impuestas por la pandemia, obligó al estudiantado a las clases virtuales y no presenciales, hasta hoy se discute la forma de retorno a clases diferentes en cada Estado. La realidad es que el cambio brusco los viene manteniendo sentados frente a una pantalla por muchas más horas, a los que pueden hacerlo, muchos desertaron, muchos tuvieron que incorporarse a un trabajo para ayudar al sustento familiar.
A esos que a costa de todo han continuado, felicidades en este Día del Estudiante, donde no hay luchas aplaudidas ni conquistas de autonomía necesarias por hacer. Ser estudiante en este tiempo significa que ustedes y las familias que los apoyan se han puesto a prueba y han sido constantes.
Vista la constancia como una cualidad que deben poseer y desarrollar las personas para conseguir sus objetivos en todos los ámbitos de la vida y que con seguridad les fue enseñada por sus padres a temprana edad. Es importante valorar que ningún proyecto ni actividad llega a buen puerto sin una base de esfuerzo y constancia, por eso la celebración del Día de Estudiante y próximo cierre de curso escolar se valora más.
Hay mucho que celebrar, ese simple hecho de incluir como calificativo Soy Estudiante. Puedo seguir y en honor al esfuerzo que mis padres hacen para mí, seguiré siendo constante, pondré mi mejor esfuerzo y me dispondré a seguir aprendiendo. No se vale que amargue su sentir las novedosas formas virtuales que surgen para celebrar con más horas en la pantalla. Sellen en su corazón el agradecimiento simple por poder realizarlo y sonrían con entusiasmo por el logro como premio de su esfuerzo.
Vaya pues desde esta columna, un abrazo de felicitación a los jefes de las familias y los muchachos estudiantes, ojalá el año próximo mas jóvenes puedan continuar.