El desagravio a Gonzalo Armienta Calderón. Fuera del Archivo Histórico que él impulsó

OBSERVATORIO
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    Si es que la memoria existe como ejercicio de justicia que ensalza la obra meritoria de los sinaloenses de bien y en cambio les da el olvido a los que usaron el conocimiento y el servicio público para fines perversos, entonces que alguien les explique a la familia y amigos de Gonzalo Manuel Armienta Calderón por qué quieren borrar su pisada por la historia de Sinaloa. Y de una vez que digan la razón de la permanencia del culto a políticos de mala traza cuyos nombres se han perpetuado en calles, estatuas y espacios comunes.

    Solamente cuatro años duró el busto en memoria del gran procesalista sinaloense Gonzalo Manuel Armienta Calderón que fue instalado en el patio del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa, acción furtiva que nadie justificó ni le explicó al homenajeado qué culpa debió pagar al ser ocultado su torso de bronce de la mirada pública. Sin embargo, la pregunta que intriga al gremio sinaloense de la abogacía es quién ordenó la faena que dejó firme el pedestal como huella del escarnio.

    Es verdad que la estatua se parecía muy poco a quien en vida fuera Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y Universidad de Occidente, pero la sigilosa maniobra por sacarlo del Archivo Histórico que él impulsó resultó contraproducente: lo hace resplandecer en vez de disminuirlo y el disparate da lugar a que quienes lo admiran estén convocando a acudir al lugar en que estaba el busto, a exigir que lo reinstalen, como acto de desagravio.

    El desplazado del Archivo Histórico es un personaje controversial a pesar de la aportación a la justicia administrativa que se le reconoce a nivel internacional. En la efeméride de la UAS tiene la ficha negra de la represión al movimiento estudiantil que mantiene la herida abierta en Culiacán con el cenotafio en el sitio en que fueron asesinados los universitarios María Isabel Landeros y Juan de Dios Quiñónez, ocurrido el 7 de abril de 1978, cuando protestaban por la imposición de Armienta como Rector.

    No obstante, en el ámbito educativo se le reconoce como impulsor de la UADO y la Escuela Libre de Derecho mientras durante su rectorado en la UAS nació la emisora de radio institucional e inició la construcción de Ciudad Universitaria. Inclusive él se graduó en leyes en la Universidad Socialista de Occidente, el origen de lo que ahora es la máxima casa de estudios de Sinaloa. En 1974 se doctoró en la UNAM y empezó la carrera en el campo jurídico siendo agente del Ministerio Público, Juez de Primera Instancia del Ramo Civil, Consultor del Ayuntamiento de Culiacán, Subprocurador de Justicia en el gobierno de Enrique Pérez Arce y fue designado Magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado en el período de Gabriel Leyva Velázquez.

    Cada 27 de septiembre, fecha en la cual falleció en 2013, se le rinde homenaje y el lugar de encuentro era aquel busto que para honrar su legado se colocó en el mismo mes de 2018, punto de rememoración que hoy ya no existe. La familia, alumnos y amigos escucharon aquel día decir al Secretario de Gobierno del Gabinete de Quirino Ordaz Coppel, Gonzalo Gómez Flores, que “a nuestro homenajeado lo podemos recordar como maestro, no sólo porque dio cátedra, sino porque enseñó a generaciones de jóvenes sinaloenses a que teníamos que tener una convicción de servicio, de justicia y de luchar por las causas que beneficiaran a la sociedad y el pueblo”.

    Hoy las emociones y estado de ánimo son de irritación. Aquellos que promueven fortalecer la imagen y el legado de Armienta Calderón consideran una crueldad el retiro de la efigie. “Vemos con profunda indignación porque su busto (patrocinado con aportaciones ciudadanas) fue retirado del lugar que ocupaba (el acceso a las escaleras del edificio que alberga al Archivo Histórico del Estado de Sinaloa) y tapado con mampara para ocultar la atrocidad a la memoria de un sinaloense fundador de instituciones educativas, ex Magistrado del STJE, ex Procurador, hombre de letras, jurista nacional y destacado procesalista, constitucionalista, ex Rector de la UAS y UADEO. ¿Sabrá el Gobernador Rubén Rocha Moya, del sacrilegio cometido?”

    En otro mensaje que circula en las redes sociales, el abogado constitucionalista Ernesto Cebreros Murillo, quien fuera Secretario de Seguridad Pública estatal en el sexenio de Jesús Aguilar Padilla y ex Rector de la UADO, lanzó la convocatoria para acudir mañana 27 de septiembre, a las 10:30 horas, al Archivo Histórico a un acto de desagravio a Armienta Calderón y de exigencia para que el busto en su memoria sea reinstalado. Califica ese hecho como intolerancia, desfachatez e ignorancia.

    El absurdo podría estar en que el impulsor del Archivo Histórico, quien consideró que a un estado y gobierno sin memoria no lo conocería su pueblo, sea expulsado del recinto creado precisamente para evocar y estudiar el pasado. También podría ser que estamos en la era autodenominada Cuarta Transformación y que algún activista de aquella época siga con la conciencia atormentada sin importar que la misma UAS ha perdonado el manotazo autoritario del 78 cuando gobernaba Alfredo Valdés Montoya.

    Si es que la memoria existe como ejercicio de justicia que ensalza la obra meritoria de los sinaloenses de bien y en cambio les da el olvido a los que usaron el conocimiento y el servicio público para fines perversos, entonces que alguien les explique a la familia y amigos de Gonzalo Manuel Armienta Calderón por qué quieren borrar su pisada por la historia de Sinaloa. Y de una vez que digan la razón de la permanencia del culto a políticos de mala traza cuyos nombres se han perpetuado en calles, estatuas y espacios comunes.

    Reverso

    ¿Cuál resentimiento los tienta,

    Para quitar de la historia,

    Aquellos fragmentos de gloria,

    Que tuvo Gonzalo Armienta?

    Celebración y congoja

    A tus 491 años solamente un reclamo, Culiacán. Cómo permitiste que a la memorable leyenda de héroes que te forjaron con singulares luchas y titanes que todos los días te honran con la tenacidad lícita sin límites, se le agregara la página negra de ciudadanos víctimas de desapariciones forzadas y madres que los buscan en tus calles y plazas, preguntándote a ti, brillante Perla del Humaya, dónde están y quiénes se los llevaron. Y si algo se te puede pedir importunando en tu aniversario es que los regreses con sus familias, ciudad piadosa.