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@rodolfodiazf
De acuerdo a diversos intelectuales la confianza va en picada en nuestra sociedad individualista, mientras que la desconfianza avanza con facilidad extraordinaria.
Existen muchas personas que se hacen eco del antiguo refrán: “la confianza mata al hombre,” y recelan con gravedad ante cualquier contacto con el prójimo. En efecto, se ven y escuchan tan terribles cosas que uno quiere protegerse ante cualquier peligro, amenaza o calamidad.
Pastor David Vico escribió un libro titulado Filosofía para desconfiados, en el que maneja que la confianza es el pegamento natural de la sociedad humana. Sin embargo, refirió, se está disolviendo porque solamente el 14 por ciento de los mexicanos confía en los demás, mientras que en Finlandia supera el 90 por ciento, a la vez que ese país tiene la salud democrática más alta y la corrupción más baja.
Vico insistió en que percibimos al otro como totalmente diferente a nosotros, de ahí que busquemos protegernos y resguardarnos sin confiar en él.
Subrayó que el aumento de la violencia se explica porque ha bajado la confianza interpersonal. En la sociedad no hay espacios vacíos, de ahí que es totalmente normal que el delito y la violencia los llenen si nosotros los abandonamos.
Tiene mucha razón Vico; es necesario recuperar la confianza para recomponer nuestros vínculos sociales. Empero habría que evitar incurrir en un exceso de confianza que arribe al rango de despiste, como se cuenta del general Metaxás, quien fue Primer Ministro y dictador griego.
Conducía un hidroavión y se dirigió al aeropuerto de Atenas. Su ayudante le advirtió: “Recuerde, señor, que esto es un hidroavión y sólo puede amarizar”.
Metaxás reconoció su error, corrigió el rumbo y acuatizó perfectamente. Después, abrió la puerta y saltó como si hubiera aterrizado en el aeropuerto.
¿Refuerzo la confianza?