Éxito, del latín exitus “salida”, se refiere al resultado final y satisfactorio de un asunto, negocio, situación. Por lo general se asocia al triunfo o victoria sobre algo que nos hayamos propuesto, aunque la noción de éxito está vinculada a la interpretación que se realiza por parte del sujeto y no es absoluta, porque siempre se va a prestar a discusión. La palabra éxito a menudo la relacionamos con lograr grandes resultados o logros, aunque podríamos decir que cada vez que nos proponemos algo y lo conseguimos estamos siendo exitosos, es necesario re-educar el cerebro como paso fundamental para un cambio radical y para esto es mejor conseguir ayuda para lograrlo.
Existen distintas teorías del tiempo necesario para lograr un cambio real, la más común es la del doctor Maxwell Maltz que dice que se necesitan un mínimo de 21 días para que se pueda efectuar un cambio perceptible en la persona, es por eso que algunas de las herramientas que buscamos llámense “cursos, capacitaciones, platicas motivacionales” que en el fondo parecen ser las indicadas para producir un cambio por ser demasiado cortas y no dar el seguimiento indicado, no logran producir un cambio real y es común que volvamos a las prácticas y comportamientos que, buenos o malos, son las que están arraigadas como un ancla en nuestra mente y que probablemente sean las que nos impidan seguir creciendo en los distintos ámbitos de nuestra vida.
Por eso, al compararnos y ver las buenas prácticas, los patrones y comportamientos que han llevado a ser exitosas a otras personas o empresas, es importante tener en cuenta que no bastará con hacerlo una vez o dos, si no que debemos de buscar que se vuelva un hábito. La mayoría de las veces el éxito es precedido por: trabajo, constancia, errores, fracasos, pequeños logros, subidas, bajadas y es común que nosotros solo veamos el resultado y no el camino que a veces es liso, fácil y otras rugoso y espinoso.
Un ejemplo podría ser: digamos que yo quiero encestar canastas tan bien como mi ídolo, un jugador profesional de baloncesto, entonces me propongo a estudiarlo, a compararme con él y comienzo por observar detenidamente sus movimientos, como coloca los pies, observo la postura de sus brazos como apuntan hacia el aro, el movimiento con el que sube y baja su cuerpo al tirar el balón y cuando ya lo tengo grabado en mi mente comienzo a practicar, tratando de reproducir todo lo que observé, si me concentro y me esfuerzo por hacerlo lo más parecido quizá funcione una vez, pero es aquí donde debo de preguntarme, ¿cuál fue el camino para que él llegara a perfeccionar su técnica?, y entendería que la práctica y la constancia hicieron la diferencia. Entrenar varias horas por día, varios días a la semana, en distintas canastas, de distintas ubicaciones, es decir trazar un plan de “entrenamiento” o trabajo con objetivos y tiempos definidos, es el primer paso en un proceso de cambio o mejora, lo que me recuerda una frase de Napoleón Hill: “Un propósito definido no es el éxito, pero es el primer paso que debes dar para alcanzarlo”. Al definir nuestra visión, podemos determinar con quién queremos realmente compararnos y entonces definir el camino, trazar el plan para lograrlo.
Y quiero terminar contándote una fábula que explica esto: Cuenta la fábula que un agricultor decidió plantar un bambú, así que preparó la tierra, y sembró la semilla, comenzó a regarla y abonarla, pero durante un largo tiempo no pasó nada, había días que él estaba decidido a abandonar, pero recordaba lo que su padre le había platicado alguna vez, –“el bambú no es para los impacientes”, así que decidió seguir regando y abonando y durante siete años todo siguió igual, pero un día el bambú comenzó a salir y en menos de dos meses la planta había crecido más de ¡30 metros!, y entendió que los primeros años solo se estaban formando las raíces que les permitirían sostener el crecimiento.
Muchas veces no vemos los beneficios de la formación y el perfeccionamiento, pero es un hecho que forma las raíces que sostendrán el crecimiento de una persona y como creemos en ICAMI, mejores personas llevan a mejores resultados.
francisco.quintero@icami.mx
Gerente de Vinculación de Proyectos.
ICAMI, Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo.