Las mujeres se han unido para exigir “ni una más”, para poder caminar por la calle a cualquier hora del día o de la noche; para que ser mujer no sea sinónimo de peligro. Protestamos afuera y adentro. El primer paro ha sido todo un éxito. Ha creado más consciencia, nos ha hecho reflexionar y han hecho que se voltee a ver el gran problema de violencia contra las mujeres.
Mucha gente cree que ser feminista es odiar a los hombres, cuando lo que busca es acabar con el patriarcado y con el machismo, para lograr los mismos derechos y oportunidades para mujeres y hombres. Las que están haciendo vandalismo no son feministas, son grupos de choque pagados para deslegitimizar el movimiento.
Es alentador escuchar testimonios como el de María Teresa Zazueta, una madre que acompañó a su hija María José del Olmo a la marcha: “Hoy debo de confesar a mis 54 años fui a la primera marcha feminista por cuidar y apoyar a mi hija. Quise ser congruente con la formación que les he brindado a mis hijos. Fue impactante a nuestro paso ver más de un ciento de mujeres ancianas asomarse entre los barrotes de las ventanas a gritar vivas y consignas de apoyo. Vi a muchas mujeres vestidas de morado o de negro desde su trabajo apoyar y aplaudir un contingente formado de cientos de jovencitas; las mayores no llegamos a 20. Los hombres replegados al final, igualmente no pasaron de 10, pero al llegar a la Unidad Administrativa de Gobierno, todos los balcones que dan al patio central estaban lleno de hombres que observaban y grababan en silencio. Hoy aprendí mucho; hoy descubrí todo lo que mi generación ha tenido que callar y hacer como si nada pasara. No pude dejar de notar a las mujeres que lloraron cuando se escuchaba el grito desgarrador de “¡A las niñas no se les viola, no se les mata, no se les lastima...!”
Por otro lado, el concepto de “me sentí rara”, fue el más respondido cuando les pregunté “¿Cómo te sentiste haciendo paro?” Para la mayoría de las mujeres es muy “raro” no “hacer nada”, sin embargo, apegadas a su compromiso, no salieron, no usaron sus redes sociales, no limpiaron la casa.
Lo que se buscaba con este paro, es sentir la ausencia de muchas mujeres, como se sufre la ausencia de la amiga desaparecida o víctima de un feminicidio. Este ha sido el primer gran paso. Sé que vamos por más y me alienta ver a las más jóvenes ser ahora nuestras maestras y motivadoras.
El siguiente paso, lo sé, será que los hombres de nuestras vidas se unan a poner fin a este sistema machista que mata mujeres y que mata hombres. Necesitamos cambiar tanto mujeres como hombres, reestructurar nuestros paradigmas. Sé que no está lejos; sé que un día esto será parte de la historia. Por tus hijas y por las mías; por nosotras, por nuestras madres y abuelas, el patriarcado y el machismo se van a caer.
Para reflexionar: ¿Qué haces para combatir el machismo desde tu espacio?
Invitación: el próximo viernes 13 a las 19:00 horas, inauguraremos la exposición colectiva de fotobrdado “Mexicanas Ilustres”, en el Centro Cultural de COBAES. Les esperamos.