|
"ÉTHOS"

"Educar para colaborar"

""

    rfonseca@noroeste.com
    @rodolfodiazf

     

    Se habla mucho de educar en competencias, pero en ocasiones se entiende en el renglón de las habilidades individuales para triunfar, mas no se insiste en el desarrollo de la solidaridad y lo que a cada quien le compete hacer.

    Atento a este desfase de acentuación, el biólogo y filósofo chileno Humberto Maturana señaló: “la cultura en la que vivimos, genera dolores y resentimiento. Hacemos promesas que no cumplimos, invitamos todo el tiempo a la lucha a través de la competencia. Pero la competencia es la negación del otro. Para que alguien gane, el otro tiene que perder. Para tener una convivencia democrática no es la competencia lo importante, sino la colaboración”.

    ¿A qué mundo nos lleva esta forma de educar por competencias? se preguntó José Gimeno Sacristán, de la Universidad de Valencia. Y respondió: “Para unos, nos conduce a una sociedad de individuos eficientes respecto de la gran maquinaria del sistema productivo, la cual requiere una adaptación a las exigencias de la competitividad de las economías en un mercado global”.

    Sin embargo, este enfoque no basta, como agregó el chileno Jorge Osorio Vargas: “No solamente es preciso un nueva educación, sino también una novísima alfabetización ético-cultural que habilite, capacite y haga competente a los seres humanos en la creación de nuevos códigos para las relaciones humanas, para organizar el poder y la participación, para resguardar los derechos humanos, para superar las discriminaciones, para construir sociedades de equidad”.

    A su vez, Gimeno Sacristán aclaró: “La educación no mejorará si se practica una política educativa que, en vez de ayudar a los centros y al profesorado a alumbrar buenas prácticas se distrae y se recrea en la divulgación de lenguajes extraños que solo producen inquietud e inseguridad, además de abocar inexorablemente al fracaso”.

    ¿Educo para colaborar?