Dos mujeres... un camino

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    Esta inteligente mujer sabe que sin dinero y sin estructura no podría obtener en un mes 150 mil firmas de apoyo para ser una de las tres finalistas del PRIANRD. Ellas vendrán de los grupos que moverán los dineros de Claudio X, de otros empresarios y de algunos sectores panistas. Lilly Téllez no pudo convencer ni a Claudio X., ni a la burocracia del PAN y por eso en apariencia se baja porque no acepta las reglas del juego. En realidad, lo hizo porque no era la favorita.

    Al igual que una vieja telenovela en la que actuaban Laura León, “La Tesorito”, el actor mexicoamericano, Erik Estrada, y Bibi Gaytán, en el drama de la vida política mexicana de hoy en día dos mujeres se van a disputar la Silla del Águila en 2024, pero sólo una la va a ocupar. Una es Claudia Sheimbaum y la otra es Xóchitl Gálvez.

    Una es la favorita de Andrés Manuel López Obrador y la otra de Claudio X. González y Vicente Fox.

    Tienen razón cuando dicen muchos observadores que AMLO se inclina por la Sheimbaum. Es muy evidente, pero no creo que haya dedazo en Morena. Es decir, López Obrador la hizo candidata, como a los demás pretensos, sin su bendición ella y ellos no podrían ser “corcholatas”, pero que la vaya “destapar” a la vieja usanza priista es una aseveración que no se sostiene cuando vemos la lucha interna.

    Sin duda hay una real competencia entre Claudia y Marcelo. Tan es así que han subido de tono las acusaciones y recriminaciones. Ella se siente segura de ganar porque las encuestas, las independientes de los equipos de campaña, la sitúan muy adelante. La que menos ventaja le da esta semana, la de Reforma, le concede alrededor de 9 puntos por encima de Ebrard y más de 20 por arriba de Adán Augusto. A poco más de dos meses de que se sepa quién es el abanderado de Morena, la científica unamita lleva mucha ventaja sobre el ex Canciller. El que, por cierto, afirman reporteros de Mazatlán, se fue muy molesto por la gira que le organizaron en el puerto. Ya lo ridiculizan en las redes por no saberse bajar de una panga. Sí, pero Ebrard Casaubón no se da por vencido.

    Y el que sí ya tiene rostro de derrota es Adán Augusto. Al menos eso es lo que mostró en su reciente visita a Sinaloa, por más que lo hayan apapachado poderosos empresarios. Claudia y Marcelo tenían méritos para ser candidatos, e incluso Monreal y Noroña, pero Adán Augusto, es una creación artificial de su paisano. Es fruto de las relaciones familiares y el paisanaje.

    En algún sentido, fue López Obrador quien le pintó el rostro de candidata a Xóchitl Gálvez. Cuando se negó a darle entrada a Palacio Nacional y rechazó el derecho de réplica, le abrió los ojos a quienes buscaban a la que verdaderamente desafiara a Morena. Fox, como buen vendedor de publicidad, percibió atinadamente que una figura heterodoxa como la de la hidalguense tenía las características para disputarle narrativa populista a Morena.

    Xóchitl, en efecto, va a ser la candidata populista de la derecha mexicana. Por lo pronto ya dijo que no va a eliminar los programas sociales de López Obrador. ¿No es esto justamente la esencia del populismo obradorista? ¿No es populismo presumir que viene de la extrema pobreza y eso le permite entender mejor a un País donde la inmensa mayoría son pobres?

    Bueno, ya hasta el nombre popular tiene: Xóchitl. El cual sus publicistas van a contrastar con el apellido de Claudia Sheimbaum. La propaganda de los aliancistas, para que la oigan los pobres, va a decir: ¿Por quién va a votar: por Xóchitl o por Sheimbaum? ¿Por una indígena mexicana de origen humilde que se ha superado o contra una fifí clasemediera? En fin, cosas de estas ya se dicen en las redes y las vamos a ver en las campañas.

    Es evidente que Xóchitl decidió buscar la candidatura aliancista cuando, después del sainete de la puerta cerrada de Palacio Nacional, bien aprovechado por ella y sus publicistas, Fox y amigos la animaron y los intelectuales, comunicadores y empresarios anti AMLO le subieron los bonos. En estas circunstancias lo más probable es que la burocracia del PAN, que ya estaba agrupada alrededor de Santiago Creel, se vea obligada a respaldar a la Gálvez.

    Esta inteligente mujer sabe que sin dinero y sin estructura no podría obtener en un mes 150 mil firmas de apoyo para ser una de las tres finalistas del PRIANRD. Ellas vendrán de los grupos que moverán los dineros de Claudio X, de otros empresarios y de algunos sectores panistas. Lilly Téllez no pudo convencer ni a Claudio X., ni a la burocracia del PAN y por eso en apariencia se baja porque no acepta las reglas del juego. En realidad, lo hizo porque no era la favorita. Y lo mismo sucedió con Germán Martínez quien, paradójicamente, rechaza el método de elección por antidemocrático, pero ya hizo su candidata a Xóchitl. ¡La cargada!

    ¿Y el PRI qué va a hacer ante la cargada en favor de la hoy exitosa empresaria filopanista?

    ¿Qué dirán Beatriz Paredes, una mujer intelectual y políticamente muy sólida; Claudia Ruiz Massieu, con su prosapia partidaria y experiencia política; Enrique de la Madrid, con su inteligencia política y alcurnia partidaria? ¿Qué irá a negociar Alito, un negociante de la política?

    La cargada mediática que se ha desatado en favor de Xóchitl ni siquiera menciona a los priistas. Todas las porras son para la hidalguense. Claudio X., va a presionar a los priistas y éstos van a tener que ceder porque con ninguna de sus propuestas ganan. Lo van a hacer, pero van a pedir mucho para aceptarlo. Así que, los acuerdos para que vaya adelante la hidalguense van a amarrar desde un principio a la mujer que se dice una rebelde. Y sí, parece que lo es, pero vamos a ver hasta dónde llega su rebeldía en medio de los tiburones que la rodean.

    No obstante, la van a dejar que compita con su populismo de derecha para que le compita el mercado electoral plebeyo a Morena. No tienen otra. La derecha aliancista no tenía una narrativa. Ya la encontró.