Wikipedia (ficha editada): En psicología, el término disonancia cognitiva hace referencia a la tensión o desarmonía interna del sistema de ideas, creencias y emociones (cogniciones) que percibe una persona que tiene al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto, o por un comportamiento que entra en conflicto con sus creencias. Es decir, el término se refiere a la percepción de incompatibilidad de dos cogniciones simultáneas, todo lo cual puede impactar sobre sus actitudes.
El concepto fue formulado por primera vez en 1957 por el psicólogo estadounidense Leon Festinger, en su obra A Theory of Cognitive Dissonance(edición en español, Teoría de la disonancia cognoscitiva). La teoría de Festinger plantea que, al producirse esa incongruencia o disonancia de manera muy apreciable, la persona se ve automáticamente motivada para esforzarse en generar ideas y creencias nuevas para reducir la tensión hasta conseguir que el conjunto de sus ideas y actitudes encajen entre sí, constituyendo una cierta coherencia interna.
La manera en que se produce la reducción de la disonancia puede tomar distintos caminos o formas. Una muy notable es un cambio de actitud o de ideas ante la realidad.
La motivación para la reducción de la disonancia se debe a la tensión psicológica que un individuo tiene que soportar cuando su sistema cognitivo presenta una gran disonancia o incoherencia interna. Por ejemplo, una persona con valores y creencias morales inculcadas desde su infancia puede verse envuelta en acciones que él mismo rechazaría (guerras, muertes, torturas,...), por lo que se ve motivada a introducir nuevos valores que justificarían su actitud: la defensa de la Patria, el evitar males mayores, etcétera.
En la toma de decisiones, es también muy importante el efecto de la disonancia cognitiva. Cuando hay un esfuerzo o se produce un coste, lo consistente es que a este costo o penalidad le siga una recompensa apreciable. Toda persona busca el éxito, que no es otra cosa que la recompensa ante el esfuerzo. Por el contrario, el fracaso es disonante; ocurre cuando al esfuerzo o costo no le sigue la recompensa. En estos casos, el individuo puede reducir la consiguiente disonancia buscando otra posible recompensa futura: Sólo se aprende del error, esto servirá para evitar futuros errores... Otras veces, cuando se ha elegido una alternativa que no ha resultado lo satisfactoria que se pensaba, se pueden encontrar ventajas que antes no se habían detectado. Por eso, después de una compra importante, el comprador suele valorar mejor el producto adquirido que antes de la compra.
En filosofía, sin embargo, tal tipo de disonancia cognitiva no se interpreta como un fenómeno inherente al ser humano, sino como una mentalidad procedente del pensamiento religioso como respuesta al malestar o al dolor. Tal mentalidad se conoce como mentalidad retributiva, debido a que se comprende como una retribución moralmente necesaria al esfuerzo, sacrificio y dolor que per se carecen de valoración. Es lo común en el conjunto de las religiones de todo el mundo y forma parte como residuo en la mentalidad moderna en numerosos momentos de nuestra vida.
Consumo de carne
El consumo de carne puede conllevar discrepancias entre la acción de comer carne y los valores internos de una persona. Algunos investigadores llaman a este conflicto moral la paradoja de la carne. Hank Rothgerber postuló que los consumidores de carne pueden hallar un conflicto entre su hábito alimenticio y su afección por los animales. Esto ocurre cuando la disonancia involucra el reconocimiento de la conducta propia como consumidor de carne y la creencia, actitud o valor que esta acción contradice. La persona en este estado puede emplear varios métodos para prevenir que esta disonancia ocurra, tales como la evasión, la ignorancia deliberada, la disociación, el cambio en la percepción de la conducta y la derogación del bienhechor. Cuando la disonancia ocurre, la persona puede contrarrestarla con cogniciones impulsadas a justificar ese acto, como la denigración de los animales, búsqueda de argumentos a favor de la carne, o la negación de responsabilidad propia”.