Disciplina, disciplina, disciplina... conocimiento, conocimiento...

    Si el doctor Rocha Moya ya entendía la importancia del deporte en la formación de los sinaloenses, motivo por el cual apoyó y asistió a este encuentro, seguramente el diálogo con los participantes de su panel y el interés de los asistentes, que, por cierto, desbordaron el auditorio, le confirmó que Sinaloa está produciendo abundantes deportistas de alto nivel en las diferentes disciplinas y que, por lo tanto, el impulso al deporte y su estudio merecen un lugar destacado en su gestión.

    Esta palabra puede espantar a muchos y hacernos pensar que es una exigencia de padres, patrones y gobiernos autoritarios. Y sí, tal exigencia puede convertirse en un pretexto de poderes excedidos. Sin embargo, incluso diría que, en realidad, es una práctica psicosocial o una conducta insustituible para lograr un mejor orden social.

    Ciencia, estudio, conocimiento no hacen pensar negativamente a nadie, pero en la práctica no son palabras muy respetadas. No obstante, sin conocimiento a fondo de un tema, de una realidad, ni los individuos ni las sociedades avanzan mucho.

    Bueno, pues lo anterior volvió a quedar muy claro en las extraordinarias conferencias magistrales y en los diálogos de destacados practicantes, estudiosos y dirigentes deportivos y políticos de Sinaloa en el Coloquio “El Futbol en el Noroeste de México. Las habilidades y el talento del futbolista sinaloense”, que organizó exitosamente la Universidad Politécnica del Mar y la Sierra, asentada en La Cruz, Elota, del 16 al 18 de marzo.

    Así es, la palabra que más se escuchó en el coloquio por parte de los hombres y mujeres que practican, estudian y dirigen el futbol de alto rendimiento fue la de: disciplina. Sin ella, ningún atleta destacado, y yo añadiría: ninguna mujer ni ningún hombre que quiera salir exitosamente en la vida lo pueden lograr sin constancia, perseverancia, organización, voluntad y decisión, incluso al margen del talento que tenga.

    Las participaciones del miércoles y jueves (ya no alcanzo a comentar las del viernes, entre las que estuvieron las del presidente de la Liga MX, Mikel Arriola y el presidente del Mazatlán FC, Mauricio Lanz), fueron, sin excepción, notables, pero quiero destacar las de Jared Borgetti, Martha Elena Vázquez Ontiveros, Graciela Delgadillo Wong, Melanie Villavicencio, Benito Flores y la del Gobernador Rubén Rocha Moya.

    Jared demostró, aun sin balón, por qué ha sido el mejor futbolista que ha parido Sinaloa y porque ha sido uno de los más grandes futbolistas de la historia del futbol en México: goza de una notable inteligencia tanto emocional como analítica. Ambas le permitieron enfrentar enormes retos, plantearse grandes metas y saber qué decisiones tomar dentro y fuera de la cancha, y sobre todo dentro del área, donde en fracciones de segundo se deben tomar decisiones que definen el rumbo de las cosas. Jared es un extraordinario comunicador y motivador, al nivel de su talento para meter goles con la cabeza, sin duda el mejor de todos los centros delanteros que han pisado canchas mexicanas.

    Las mujeres futbolistas, nos confirmaron Martha Elena, Melanie y Graciela, tienen que luchar mucho más que los hombres, como en casi todos los campos de la vida, para ser aceptadas y reconocidas en diferentes prácticas sociales. Si quieren salir adelante y destacar tienen que romper múltiples barreras y tener una disciplina aún mayor que la de los varones, porque siempre enfrentan prejuicios y obstáculos para hacer lo que ellas desean. El futbol no fue una excepción, ellas han sufrido burlas, insultos, descalificaciones por practicar un deporte que se consideraba exclusivamente masculino, pero su inteligencia, tenacidad, voluntad y disciplina, cualidad que más que ninguno otro destacó en el coloquio, han derribado gruesos y altos muros culturales y sociales. Estas mujeres son realmente inspiradoras, a tal grado que la Universidad Politécnica de la Sierra y el Mar se comprometió a crear una escuela de futbol para niñas este mismo año.

    Desde la práctica científica, los asistentes nos quedamos asombrados cómo la genética, la inteligencia artificial, la neurología y otras especialidades científicas y tecnológicas están investigando el deporte y proponiendo rutas y alternativas no tan solo para producir mejores deportistas sino para mejorar la condición humana. Benito Flores, para orgullo nuestro es un sinaloense, guamuchilense para ser más específico, de los pocos mexicanos especializados en el estudio de la genética y energía en el deporte. Nos explicó con gran claridad, a pesar de la complejidad del tema y de conceptos poco comunes para los no especializados, de la enorme importancia de la ciencia para el estudio del deporte que, en sí, es el estudio del ser humano en su complejidad biofísica, psicológica y cultural.

    Finalmente, quiero decir, que si el doctor Rocha Moya ya entendía la importancia del deporte en la formación de los sinaloenses, motivo por el cual apoyó y asistió a este encuentro, seguramente el diálogo con los participantes de su panel y el interés de los asistentes, que, por cierto, desbordaron el auditorio, le confirmó que Sinaloa está produciendo abundantes deportistas de alto nivel en las diferentes disciplinas y que, por lo tanto, el impulso al deporte y su estudio merecen un lugar destacado en su gestión. Y ahí nos dijo que el deporte tendrá un lugar muy importante en su programa de gobierno porque entiende perfectamente su importancia para impulsar una mejor Sinaloa.

    No es ningún alarde gratuito decir que, según nos demuestra la más reciente delegación olímpica mexicana en Tokio, y los constantes triunfos de beisbolistas, boxeadores, futbolistas, basquetbolistas, y otros atletas de alto rendimiento, tanto en categorías infantiles, juveniles y profesionales, que nuestro estado es uno de los principales polos deportivos del País. Y hay que decirlo por todas partes por el bien de los sinaloenses.