Cerrar los caminos para la operación del crimen organizado requiere de inteligencia policial y financiera, así como de la intervención corresponsable de autoridades, empresarios y ciudadanos.
La complejidad de delitos como el lavado de dinero exige compromiso y entendimiento, desde la conceptualización hasta las formas básicas en las que se desarrolla.
Contrario a lo que se podría pensar, que esta conducta delictiva solo puede ser enfrentada por instituciones financieras y policiales, desde la ciudadanía se pueden conformar esquemas de prevención y denuncia que permitan identificar los espacios de acción de los delincuentes.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que en México representa Kristian Hölge, encabeza un esfuerzo conjunto con la Unidad de Inteligencia Financiera, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México para visibilizar y reportar el lavado de dinero desde todos los sectores.
Las instituciones lanzaron una campaña de conocimiento y prevención bajo el lema #ElDineroFácilSePagaCaro, y la Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 5533 5533 del Consejo Ciudadano quedó abierta para recibir reportes que contribuyan a limitar las operaciones del crimen organizado.
Las operaciones con recursos de procedencia ilícita o lo que comúnmente llamamos lavado de dinero son un delito autónomo de aquellos que originan los bienes ilegales, como el narcotráfico, tráfico de armas, trata de personas o extorsión, entre otros.
Los delincuentes dedicados a introducir al mercado financiero el dinero ilícito emplean mecanismos complejos en los que involucran a personas que desconocen que forman parte de esa red. Por ello, en la presentación de la campaña, Isaac Morales, coordinador de Seguridad Multidimensional de la Cancillería, mencionó que la prevención es la clave.
Y esto demanda fortalecer la visión ciudadana, comprender, como lo dijo Sandro García Rojas, vicepresidente de la CNBV, que el problema es de todos, desde aquel que recibe un pago en efectivo considerable, sin conocer el origen del dinero, hasta el que presta su nombre para abrir una cuenta bancaria.
Reducir los flujos financieros ilícitos es central. Entre diciembre de 2018 y agosto de este año, comentó Mireya Valverde, directora de Asuntos Normativos de la UIF, en representación del titular Santiago Nieto, dos mil 505 personas fueron involucradas en 386 denuncias, además que se bloquearon 41 mil 646 cuentas y congelaron más de seis mil 516 millones de pesos.
Sin recursos, los delincuentes pierden la capacidad de movilidad, expansión e inversión para la planeación y ejecución de nuevos delitos.
Esta estrategia demanda inteligencia y trabajo conjunto, desde los reportes de las y los ciudadanos ante conductas sospechosas hasta la colaboración entre naciones, con un necesario replanteamiento de programas.
El director de Asuntos Antinarcóticos de la Embajada de Estados Unidos, Alberto Rodríguez, adelantó una reformulación de la Iniciativa Mérida enfocada, en una parte, al lavado de dinero.
México es un país intermedio en la clasificación internacional que sobre la materia que realiza el Grupo de Acción Financiera Internacional, que identifica al mexicano como un sistema financiero sólido.
La labor de las instituciones requiere de la contribución de una ciudadanía participativa, para golpear el bolsillo del crimen organizado entre todas y todos.