Dick Tracy

BUHEDERA
    Estoy estrenando el reloj que se anuncia para niños y, la verdad, no acabo de acostumbrarme a él; supongo que es cuestión de practicar, a pesar de mis temblores en ambas manos. Puedo llamar a cualquier móvil, claro, pero (como todo viejito que se respete) se me dificulta un tanto marcar, el reloj tiene 10 números preprogramados, con nombres de identificación, dígitos más grandes que lo normal y caritas de los destinatarios. En todo caso, hablo cada vez peor y bajito, se me entiende poco, y me pregunto si de verdad este nuevo artilugio tecnológico me va a ayudar o de plano ni me van a oír mis presuntos interlocutores

    Este reloj nació como fantasía en 1946 (historia abajo) pero hasta ahora, 77 años después, yo no lo había visto en vivo. Me lo pidió Marián, vía Amazon, para cubrir los (raros) casos en que ella no está en casa (yo ya casi no salgo del mini apartamento en que vivimos). Estoy estrenando el reloj que se anuncia para niños y, la verdad, no acabo de acostumbrarme a él; supongo que es cuestión de practicar, a pesar de mis temblores en ambas manos. Puedo llamar a cualquier móvil, claro, pero (como todo viejito que se respete) se me dificulta un tanto marcar, el reloj tiene 10 números pre programados, con nombres de identificación, dígitos más grandes que lo normal y caritas de los destinatarios. En todo caso, hablo cada vez peor y bajito, se me entiende poco, y me pregunto si de verdad este nuevo artilugio tecnológico me va a ayudar o de plano ni me van a oír mis presuntos interlocutores.

    Dick Tracy era en los años 60 uno de mis preferidos en los “monitos” a colores que venían los domingos insertos en el periódico Novedades al que mi papá estaba suscrito (ya he contado que él consideraba “comunista” al Excélsior de entonces, antes de llegar Julio Scherer a la dirección; el Presidente era Ruiz Cortines, casado con una mazatleca). Otros personajes de mis domingos (puros gringos) eran Lorenzo y Pepita, Popeye (Pop Eye), el Príncipe Valiente, la Pequeña Lulú, Toby, Joe Palooka, Archie, Tarzán, Supermán y otros (Charlie Brown con Snoopy, la perversa Lucy y toda su banda llegaron un poco más tarde, a Mafalda la descubrí después, como a la familia Burrón, etc).

    Wikipedia

    “Dick Tracy es una tira de prensa estadounidense, protagonizada por el personaje homónimo, quien lucha contra el crimen desde su cargo como inspector de policía. Fue creada por Chester Gould en 1931, fue muy bien recibida en la cultura popular, y tuvo multitud de adaptaciones a otros medios.

    La tira empezó a publicarse el 4 de octubre de 1931 en el Chicago Tribune, después de haber rechazado otras ideas del autor. Transcurren entonces los últimos años de la Ley Seca, cuando los antiguos héroes populares, los reyes del hampa, rodeados por una aureola romántica, iban cayendo de su pedestal ante los ojos de los estadounidenses, atemorizados por la creciente ola de violencia, y la balanza de las simpatías terminaría inclinándose por los últimos, mas no por los corruptos policías de uniforme, sino por los nuevos intocables del FBI.

    Poco después, era traducida ya a otros idiomas, como el francés (Spirou, 1938). En español, fue publicada en revistas como Puño Fuerte (Argentina, 1950) o El Globo (España, 1973).

    Argumento y personajes

    El protagonista de la tira es Dick Tracy. Su nombre Dick ‘designa en el argot estadounidense al policía, al sabueso, mientras que Tracy no es sino una deformación de ‘tracing’, investigación, o de ‘trace’, ‘pista’. Junto a él, Tess Trueheart, su prometida y luego esposa, y Junior, rescatado de las malas calles por Dick.

    Como explica Francisco López-Mora: ‘La historia de Dick Tracy es la de una caza de criminales y éste es un punto fundamental para comprender esta historieta, porque, pese a pertenecer a un género genuinamente policiaco, rara vez la deducción ocupa un lugar importante dentro de ella. Desde el principio solemos conocer la identidad del culpable. Dick también lo averigua pronto, y el episodio será en su mayor parte el relato de una persecución, una persecución implacable en la que a menudo el destino trágico saldrá al encuentro del perseguido. No interesa, pues, la intriga, sino el castigo, la demostración palpitante y reiterante de lo que espera al que coja el camino del crimen’.

    Gould era conocido por su uso de villanos muy coloridos, a menudo deformes,como en los casos de Flattop (Cabeza Plana), Prunceface (Cara de pasa), Big Boy Caprice (Grandullon Caprice), Mummble (Murmullon), Little Face (Cara de Niño) y otros.

    Con los años, la serie irá incorporando elementos de ciencia-ficción como los transmisores de pulsera en 1946 o una nave antigravitacional en los años 60”.

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