La lucha contra la corrupción, librada por el gobierno de la Cuarta Transformación contra poderosos intereses creados, ha logrado avances importantes. Uno reciente: se solucionó el desabasto de medicamentos, rompiendo verdaderos monopolios que los acaparaban y en donde, además, se había establecido una simbiosis increíble entre funcionarios del Sector Salud y los farmacéuticos.
Romper esas complicidades no fue cosa fácil, el Gobierno hubo de vencer fuertes intereses para lograr el abasto de medicinas. Podría decirse que logró romper el cerco construido por los monopolios que manejaban las medicinas en México y, para ello, tuvo que contar con el apoyo de las Naciones Unidas. Y es que los monopolios se resisten a perder sus cuantiosos beneficios, ya que vendían sus insumos con exorbitante sobreprecio a las instituciones de Salud públicas.
No es remoto pensar que incluso esos monopolios y sus socios -ex funcionarios públicos- son quienes crean artificialmente burbujas de desabasto, y luego lanzan maquiavélicas campañas contra, por ejemplo, la falta de medicinas para “los niños con cáncer”. Actúan tan malévolamente, que tiran la piedra y esconden la mano. Aunque ni esa campaña, que busca presionar al Gobierno para que no barra la corrupción del Sector Salud, les da resultado, pues sabemos que durante el triste gobierno prianista de Javier Duarte, en Veracruz, la corrupción llegó al extremo que a los niños con cáncer les inyectaban agua, en lugar de los medicamentos de quimioterapia.
Por eso, nos congratulamos que el Gobierno informó con certeza que se acabó el desabasto de los medicamentos y que la salud ha pasado a ser un derecho universal de todos los mexicanos. Con la reforma constitucional, promovida por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, tienen garantizado el acceso a la atención médica y medicinas gratuitas todos los ciudadanos. Esto, hay que subrayarlo para que se grave en la memoria, es un paso trascendente para los desvalidos.
Los ciudadanos no se equivocan en su concepción sobre el actual régimen; su apoyo no es gratuito, saben que al apoyar al Gobierno defienden sus propios intereses, porque es un gobierno al servicio del pueblo, y todo su quehacer está cifrado en sacar de la pobreza a millones de mexicanos.
Hay una larga lista de logros en beneficio de las capas paupérrimas, la gente lo reconoce y lo valora en toda su dimensión; en eso se funda el apoyo popular al Presidente de la República. Esto contrasta con los gobiernos del pasado, que solo pensaban en los intereses de los monopolios y despreciaban la atención de la agenda social. La política del gobierno de López Obrador busca detonar el desarrollo del País, con acendrado sentido popular, privilegiando primero a los más pobres; y esto no es solo una frase, encierra un profundo significado en la lucha que libra el Presidente por la liberación de los pobres de esta gran Nación.
Los cambios realizados en el presente sexenio han sido históricos, por muchas razones. Aún hay muchos entuertos e injusticias que deben ser atendidos, tomando en cuenta lo devastado que dejaron al País los anteriores gobiernos en muchos aspectos. Ha tenido que ser, la administración del actual régimen, verdaderamente de reconstrucción nacional, de recuperar las riquezas acaparadas por los poderosos y comenzar a lograr que los frutos de la Constitución sean gozados por todos y no por unos cuantos.
No se trata del discurso únicamente sino de hechos que los ciudadanos comprueban en su vida diaria, y esas son las razones de la solidez del gobierno de la cuarta transformación, dando resultados en bien de la gente.
Se viven nuevos tiempos. La política del actual régimen ha dado un vuelco de 180 grados respecto al anterior, porque ahora la estrategia que se viene aplicando es de justicia social; de ahí se derivan un sinfín de cuestiones, que repercuten en favor de las mayorías de la población y que se pueden corroborar con facilidad, sin mayores rebuscamientos; todo con el fin de adelgazar la ancha brecha de desigualdades.
Con justa razón, el grueso de la población apoya a su Presidente, porque está cierto 100 por ciento de su febril trabajo, enfocado en lograr que los ciudadanos cada vez vivan una vida mejor en el amplio sentido de la palabra.