Desplaza Morena a liderazgos femeninos
Vetan a mujeres en alcaldías importantes

OBSERVATORIO

    Llamó la atención el viernes 19 de marzo que dentro de los 14 diputados suplentes que se incorporaron a relevar en el Congreso del Estado a los asambleístas que pidieron licencia para buscar candidaturas no figurara María de la Luz Reyes, la sustituta de Graciela Domínguez Nava, presidenta en situación de permiso de la Junta de Coordinación Política que aspiró a la postulación del Movimiento Regeneración Nacional para la Alcaldía de Culiacán.

    Tal vez Graciela Domínguez oteó antes que otras precandidatas la maniobra que el domingo materializó su partido con el registro de Jesús Estrada Ferreiro para buscar la reelección en Culiacán. Y sí: ella fue una de las muchas mujeres capaces y dignas que resultaron atropelladas por el tráiler de las imposiciones en que se convirtió Mario Delgado Carrillo, el mismo que ha tomado las peores decisiones en Sinaloa.

    Nadie entiende el motivo por el cual Mario Delgado Carrillo le está arruinando la campaña al candidato de Morena a Gobernador, Rubén Rocha Moya. Ni por qué manda una pésima señal en contra de la equidad de género que el Presidente Andrés Manuel López Obrador implementa en el Gabinete. A simple vista es totalmente perceptible que el dirigente nacional morenista va desbaratando, decisión tras decisión, la esperanza de que la Cuarta Transformación se instale en ésta, la tierra de los 11 ríos.

    Incomprensible por donde se vea que cuatro mujeres que han luchado para hacer valer los principios torales del amloísmo, los de no mentir, no robar y no traicionar, sean discriminadas políticamente, como son los casos ya consumados de Graciela Domínguez Nava en Culiacán, Elsa Isela Bojórquez Mascareño en Mazatlán, Angelina Valenzuela Benites en Ahome y Aurelia Leal López en Guasave. Más inaudito es que la exclusión de ellas haya permitido que las candidaturas se les dieran a perfiles tan cuestionados como los de Jesús Estrada Ferreiro y Luis Guillermo Benítez Torres, quienes van por la reelección en Culiacán y Mazatlán, así como Gerardo Vargas Landeros que es el candidato a Alcalde de Ahome.

    En la lista de candidaturas a alcaldes registradas por la alianza Morena-PAS figuran mujeres, aunque se trate de municipios de baja aportación de votos cuando se trata de ganar también la elección de siendo los casos de Carla Úrsula Corrales en Cosalá, Amalia Gastélum en Choix, Olga Lidia García en Elota, Blanca Estela García en Escuinapa, María Elizalde en Mocorito, Claudia Liliana Valdez en Rosario, Camelia Lizbeth Zamora en San Ignacio y Margot Urrea en Navolato. La caraja misoginia está a la vista: otorgarles a ellas las posiciones más escondidas, donde nadie las vea.

    Todos los desaciertos de Mario Delgado en Sinaloa convierten a Morena en parte del problema, no de las soluciones. Ningún haz de luz es posible encontrar en nominaciones que, por más que se esfuercen los obstinados morenistas en mostrarlas como factibles, parecieran haberles sido consultadas al oráculo del diablo. Ahí están las redes sociales, escúchenlas, recriminando los enredos cuya única intención pareciera el aniquilamiento moral del partido que ocupa la Presidencia de México.

    No obstante, el mal del machismo tenazmente aplicado a la elección 2021 lo padecen la mayoría de los partidos. El Partido Revolucionario Institucional y su coalición con PAN y PRD desplazaron al sector femenino de las candidaturas en municipios importantes. Inclusive en Guasave fue quitada Diana Armenta de las postulaciones y sí quedaron Cinthia Maribel Vega Quintero en El Fuerte, Ricarda del Carmen Pérez en Choix, Aglaé Montoya en Angostura, Liliana Cárdenas en Salvador Alvarado, Guadalupe Iribe Gascón en Badiraguato, Griselda Quintana en Cosalá, Acela Zataráin en Concordia y Laura Valenciana Tamayo en Rosario.

    El único que sí registró mujeres a alcaldías importantes fue Movimiento Ciudadano con Elizabeth Rafaela Montoya en Culiacán y Rosario Yamira López en Guasave, y también a Tomasa Cabanillas en Badiraguato, María Emilia Elizondo en Concordia, María Elena Pérez en Cosalá, Josefa Magdalena Osorio en Choix, María Elisa Valdez en Rosario, Jehovanea Guadalupe Lugo en Sinaloa y Luz Alicia Gordoa en Elota.

    A todos los partidos se les nota el prejuicio contra las mujeres, pero más a Morena. No tiene nombre lo que les hicieron a figuras femeninas que han dignificado a la Cuarta Transformación en Sinaloa al enfrentar cacicazgos que resultaron ser peores que los del viejo PRI. No merecían el veto político Graciela Domínguez constantemente asediada por Jesús Estrada, Elsa Bojórquez enfrentado los ataques de dictadorcillo de “El Químico” Benítez, Angelina Valenzuela lidiando con la demencial intolerancia de “Billy” Chapman y Aurelia Leal tratando de mantener a raya a la narcopolítica.

    Reverso

    El costo habrán de ver,

    Cuando los sinaloenses voten,

    Y ausencias en las urnas noten,

    De propuestas de mujer.

    Migajas misóginas

    Con Lucila Ayala de Moreschi y la postulación a la Gubernatura que de última hora le despojó Redes Sociales Progresistas, igual que con Rosa Elena Millán en la circunstancia donde el PRI la privó de ser una excelente aspirante al gobierno de Culiacán y ella ganó la oportunidad de ser la mejor mujer candidata al Gobierno de Sinaloa por Fuerza por México, se completa el cuadro del pensamiento arcaico que prevalece en los partidos y en los políticos en el poder, más allá de las encendidas frases hipócritas y de ocasión que se avientan cada vez que tienen que hablar de igualdad de género. Los hombres agandallan lo mejor del pastel electoral y a las mujeres les dejan las sobras.

    Nadie entiende el motivo por el cual Mario Delgado Carrillo le está arruinando la campaña al candidato de Morena a Gobernador, Rubén Rocha Moya. Ni por qué manda una pésima señal en contra de la equidad de género que el Presidente Andrés Manuel López Obrador implementa en el Gabinete.